Gerente general de la compañía, Ricardo Ospina, aboga por urgente modernización del terminal.
Por Revista Summa
La Sociedad Portuaria de Caldera (SPC) ya cumple 14 años al frente de la concesión de Puerto Caldera, período en el cual las cargas transferidas por el terminal se han triplicado, superando los 6 millones de toneladas cada año.
“Desde 2006, cuando llegamos a Puntarenas, nuestra misión ha sido promover servicios portuarios, seguros, modernos y eficientes. En esta tarea ha sido clave el aporte y compromiso de cada uno de nuestros trabajadores”, destacó el gerente general de SPC, Ricardo Ospina.
El ejecutivo agregó que en este período se han invertido más de US$ 120 millones en equipos y mantenimiento, dragados y un nuevo patio para contenedores refrigerados, generando además empleo para la zona y beneficios por cerca de US$ 12 millones cada año para los municipios de Esparza y Puntarenas.
“La coyuntura actual ha revalorizado el rol de los puertos como eslabón esencial de la cadena logística, tanto para abastecer a nuestras comunidades, como para mantener la economía en marcha. El comercio exterior es crucial para reactivar la economía y nosotros, con el respaldo de nuestros accionistas, ejecutivos y trabajadores, queremos tener un rol importante en ello”, agregó Ospina.
Recordó que es urgente modernizar el Puerto de Caldera, pues la ocupación actual está por sobre el porcentaje óptimo. “Aún con las restricciones actuales, se ha aumentado diez veces la transferencia de cargas desde el inicio de la concesión, pero es necesario avanzar. Es la competitividad de Costa Rica lo que está en juego y es necesario desarrollar nuevas obras para recibir buques más grandes e impulsar, especialmente, el intercambio comercial con Asia”, detalló.
Agregó que SPC se encuentra en un proceso de diálogo con las autoridades, dado que la concesión se extiende hasta 2026, para estudiar las alternativas dentro del marco legal y para emprender cuanto antes las obras que permitan proyectar el puerto a futuro. “Aquí cada año cuenta. Hay que hacer las cosas bien, pero pronto, porque el costo del retraso lo paga todo Costa Rica”, concluyó.