El presidente Chaves dijo que en caso de ser necesario se desplazará el domingo a las zonas afectadas por las lluvias para conocer en el terreno los daños.
Por EFE
Las autoridades de Costa Rica continúan este jueves implementando medidas preventivas y han evacuado algunos poblados propensos a inundaciones ante la inminente llegada prevista para el viernes de lo que se prevé sea la tormenta tropical Bonnie.
El presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, hizo este jueves un llamado a la población para que acaten las órdenes de las autoridades y afirmó que el país está preparado para enfrentar el impacto de la tormenta y las efectuar las acciones humanitarias y de reconstrucción, en caso de ser necesarias.
«Tenemos el decreto de emergencia preparado para firmarlo el sábado o el domingo en caso de que la situación sea peor de lo que esperamos. Estamos listos para actuar», declaró Chaves.
La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) ha evacuado de manera preventiva a 930 personas que viven cerca del río San Juan, en la frontera con Nicaragua, mientras que unos 2.800 policías han sido desplegados en las zonas de riesgo para colaborar con la atención de la emergencia.
Además, el Ministerio de Educación decidió suspender las lecciones del viernes como medida preventiva ante las lluvias.
El pronóstico del Instituto Meteorológico Nacional indica que el fenómeno tocará tierra alrededor del medio día del viernes (18.00 GMT) en la zona fronteriza con Nicaragua en la costa del Caribe, para luego atravesar todo el territorio fronterizo y salir al Pacífico a eso del medio día del sábado.
En esas 24 horas está previsto que caiga hasta 200 milímetros de lluvia, lo que equivale a todo lo que llueve en un mes.
El pronóstico también indica que podrían haber vientos de 70 kilómetros por hora asociados a la tormenta.
La CNE estableció el miércoles una alerta naranja para casi todo el territorio, con excepción de la zona Caribe sur que se encuentra en alerta amarilla.
Con la alerta naranja se activó la labor de comités locales de emergencias y el traslado de personal y provisiones a las zonas que se prevé serán las más afectadas.
Otras acciones que se llevan a cabo son la revisión de 200 sitios que podrían funcionar como albergues ante una emergencia, así como el inventario de las bodegas de provisiones y de ser necesario, su reabastecidas.
El presidente Chaves dijo que en caso de ser necesario se desplazará el domingo a las zonas afectadas por las lluvias para conocer en el terreno los daños.
La última vez que Costa Rica sufrió el impacto directo de un huracán fue en el 2016 cuando el huracán Otto ingresó por la costa del Caribe, atravesó el país y salió al Pacífico, trayectoria similar a la que trae la onda tropical número 13 que está previsto se convierta en ciclón en las próximas horas.