Productores se enfrentan a fuertes alzas en materia prima y la afectación de los fenómenos climáticos El Niño y La Niña.
Por Revista Summa
El productor de leche nacional experimenta una escalada sostenida en los costos de su cadena productiva, lo que generó una contracción en la tasa de crecimiento de la producción de leche en todo el país.
Según datos de la Cámara Nacional de Productores de Leche (CNPL), desde 2019 hasta enero de 2023, los fertilizantes aumentaron su precio un 220%, el maíz importado puesto en Caldera para concentrado animal aumentó un 73,7%, mientras que la soya lo hizo en un 77,1%.
Esto significa que cada quintal (46 kg) de concentrado para vacas en producción aumentó de ¢ 11 .194 en enero de 2019 a ¢16 .690 en enero de 2023, lo que representa un 49,1% de incremento únicamente en el rubro de alimentación animal, sin tomar en cuenta el aumento de otros costos directos como la mano de obra, los insumos veterinarios y combustibles.
A esta situación se unen otras condicionantes como los embates de los fenómenos El Niño (sequía) y La Niña (lluvia extrema), así como el impacto de la crisis de contenedores y la Guerra en Ucrania; factores externos que golpean negativamente la economía de las 12,974 fincas lecheras especializadas y 14,973 fincas de doble propósito con que cuenta el país.
Como consecuencia de lo anterior, es que se genera una merma en la producción de leche en el mercado nacional, la cual es coincidente con el fenómeno global de la disminución de la producción de leche, que incluso ha afectado fuertemente a las grandes regiones productoras del mundo como Nueva Zelanda, Estados Unidos y Europa.
“Ante esta situación, la Cámara impulsa proyectos que buscan capacitar a los productores para enfrentar estos escenarios con alternativas que permitan reducir los costos y mejorar las buenas prácticas. Por ejemplo, se brinda capacitación para optimizar los recursos en finca, tales como la implementación de nuevas modalidades de sistemas de rotación racional, utilización de los purines (mezcla de boñiga y orina de las vacas) para reducir la fertilización química, optimización de la estructura del hato, utilización de derivados agroindustriales en la alimentación de los animales, fomento del cultivo de variedades de yuca amarga, morera, botón de oro, etc., como alternativas para disminuir la dependencia de los alimentos concentrados elaborados con maíz y soya importados, promoción del uso de ensilajes y maximización de pastos durante la época seca”, señaló Ivannia Quesada, Presidenta de la Cámara Nacional de Productores de Leche.
Quesada destacó además que como gremio se genera empleo directo a 28 mil personas en fase primaria y 10 mil en la fase de agregación de valor.
Además, aseguró que como sector procuran que esta merma temporal en la capacidad productiva del sector lácteo nacional afecte lo menos posible a los consumidores, por lo que las empresas productoras están adaptando sus capacidades de logística y producción para garantizar el abastecimiento.
De acuerdo con la estacionalidad en la producción de leche del país, así como de las tendencias que se vienen manifestando en el mercado internacional en la reducción de los precios de los insumos más relevantes para la producción de leche, la CNPL estima que durante el segundo semestre del 2023 se experimente un repunte en la actividad productiva lechera del país.
Por su parte, las diferentes empresas lácteas costarricenses procuran abastecer las líneas de productos más requeridas por los consumidores como la leche fluida y en polvo, sin embargo, algunas categorías menos buscadas podrían ver reducida de manera temporal, su presencia en góndola.