Las clases en línea generan problemas de «privacidad y equidad» para los estudiantes latinos.
Por EFE
Las clases a distancia que imparten las universidades en respuesta a la pandemia del coronavirus han perjudicado a los estudiantes latinos, especialmente inmigrantes o hijos de inmigrantes, revelan tres reportes difundidos esta semana.
En Colorado, un informe publicado este viernes por tres universidades públicas indica que «la falta de interacción en persona» sería una de las razones claves de la «dramática disminución» de latinos inscritos en esos centros de estudios terciarios.
En Filadelfia, un reporte publicado este jueves en el periódico estudiantil de la Universidad St. Joseph (SJU) subraya que las clases en línea generan problemas de «privacidad y equidad» para los estudiantes latinos, debido a la «brecha digital» que separa a los hispanos de la comunidad en general.
Y este miércoles, la prestigiosa Universidad Cornell publicó un análisis sobre «los desafíos académicos» que estudiar virtualmente representa para los latinos al impedirles desarrollar una conexión cercana con profesores y compañeros como sucede en las clases presenciales.
«Nuestras inscripciones han descendido, pero el enrolamiento ha bajado desproporcionadamente entre la primera generación de estudiantes, los estudiantes latinos y los estudiantes indocumentados», comentó en un comunicado Ruthanne Orihuela, vicepresidente de asuntos académicos del Colegio Comunitario de Denver (CCD).
Ese colegio, junto a la Universidad de Colorado en Denver y a la Universidad Estatal Metropolitana de Denver, indicaron que a partir de agosto volverán a las clases presenciales si las condiciones de salud son las apropiadas, precisamente como una manera de revertir el impacto negativo de las clases en línea entre latinos, afroamericanos y personas de bajos recursos.
«Realmente queremos enviarles a los estudiantes el mensaje de que, si el aprendizaje remoto no es lo mejor para ellos, vamos a ofrecerles opciones para que regresen al campus», expresó Orihuela, subrayando que se mantendrán las normas de distanciamiento social.
Por su parte, la Universidad St. Joseph recordó que las clases en línea tienen un «impacto desproporcionadamente negativo» en los hispanos, ya que sólo el 61 % de las familias latinas tiene acceso a internet de banda ancha, comparado con el 66 % de afroamericanos y el 78 % de blancos.
Además, un importante número de estudiantes adultos, no sólo latinos, «son padres o se esfuerzan por cumplir múltiples funciones en sus familias», aseveró Chris Heasley, profesor de liderazgo educacional en SJU, por lo que, para esos estudiantes, asistir a clases desde su hogar o mantener la cámara encendida genera problemas de privacidad.
Una estudiante latina de SJU, Heavenly Pérez, quien vive en un apartamento en Nueva York contó que, por ser parte de una familia numerosa, «siempre hay conmoción» cuando ella asiste a clases en línea, algo que le impide concentrarse y, por lo tanto, afecta su aprendizaje y sus calificaciones.
Y en análisis de la Universidad Cornell, basado en entrevistas y testimonios de estudiantes latinos, encontró que para esos estudiantes la experiencia en línea hace que resulte difícil participar activamente en la clase.
Por eso, la Asociación Latina de Cornell coordina encuentros en persona de los latinos con sus compañeros de estudios para promover la interacción social más allá de las clases en línea, una experiencia a la que el estudiante Brayan García Soriano calificó de «superadora» y «fortalecedora».
Según información difundida a principios de mes por el Centro Nacional de Investigación y Datos Estudiantiles (NSCRC, en inglés), un 18 % menos de estudiantes latinos pidieron ayuda financiera para carreras universitarias este año en comparación con 2020 y un 26,4 % menos de latinos recién graduados de escuelas secundarias se inscribieron en universidades.