La industria de alimentos y bebidas latinoamericana adopta tecnologías inteligentes y procesos circulares para prolongar la vida útil de los alimentos y transformar residuos en nuevos ingredientes.
Por Revista Summa
La pérdida y el desperdicio de alimentos es uno de los grandes desafíos de nuestra región. En América Latina y el Caribe, se pierde aproximadamente el 11,6% de los alimentos disponibles. Estas pérdidas afectan la seguridad alimentaria, generan presión sobre el medio ambiente y también representan un costo para las economías de la región.
En el marco del Día Internacional de Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de la Industria de Alimentos y Bebidas (ALAIAB) resalta la importancia de sumar esfuerzos de manera conjunta para reducir estas pérdidas y avanzar hacia un futuro más sostenible y resiliente.
Innovación y tecnología
Desde la innovación tecnológica hasta la revalorización de ingredientes, la industria de alimentos y bebidas está demostrando que es posible producir más y mejor, con menos pérdidas.
La industria desarrolla alimentos y bebidas con mayor durabilidad, que pueden almacenarse de manera segura por más tiempo. Esto reduce el desperdicio y garantiza la disponibilidad de alimentos inocuos y nutritivos. Productos enlatados, deshidratados, secos o congelados —como legumbres, pescados y vegetales— son ejemplos de cómo se puede ofrecer nutrición sin comprometer la seguridad ni la calidad.
Además, se han adoptado soluciones avanzadas –desde la producción hasta la distribución– de alimentos. Desde sensores inteligentes que controlan la frescura en tiempo real, tecnologías automatizadas que optimizan la logística, hasta herramientas digitales para la gestión de inventarios, entre otras soluciones, han contribuido a reducir significativamente las pérdidas de alimentos tanto en origen como durante el almacenamiento.
Revalorización de ingredientes y conservación inteligente
La industria ha dado pasos firmes para que, lo que antes se consideraba residuo, se transforme en nuevos alimentos. Frutas y verduras con apariencia imperfecta se convierten en salsas, purés o cremas; cáscaras, semillas y huesos se reutilizan para elaborar fibra o caldos concentrados. Esta revalorización no sólo disminuye el impacto ambiental, sino que también genera nuevas fuentes de valor para distintos sectores.
Gracias a tecnologías de conservación y envases inteligentes, los alimentos mantienen su frescura por más tiempo, fortaleciendo la disponibilidad de alimentos seguros y nutritivos y permitiendo que los consumidores reduzcan el desperdicio en sus hogares.
“La pérdida de alimentos es un desafío global que exige liderazgo y colaboración. Cada avance tecnológico y cada mejora en los procesos representa un paso hacia sistemas alimentarios más eficientes, sostenibles y accesibles para todos. En ALAIAB estamos comprometidos a liderar esta transformación junto con gobiernos, sociedad civil y consumidores, con responsabilidad y visión de futuro”, señaló Juliana Cortez, Directora de Sostenibilidad de ALAIAB.
Con estas acciones, la industria de alimentos y bebidas reafirma su papel como agente de cambio en América Latina, demostrando que alimentar mejor a la región también implica hacerlo con inteligencia y responsabilidad. ALAIAB seguirá promoviendo el diálogo, la colaboración y la innovación, con el objetivo de construir sistemas alimentarios más justos, resilientes y sostenibles para las generaciones presentes y futuras.