Cualquier reducción en el crecimiento de las economías centroamericanas -con las que Costa Rica también mantiene relaciones comerciales- podría impactar negativamente en el comercio regional.
Por Revista Summa
A poco más de un mes del inicio de la administración Trump en 2025, el panorama económico y político que enfrentará Costa Rica durante los próximos cuatro años presenta desafíos significativos y oportunidades estratégicas. Así lo analizaron Rodrigo Cubero, expresidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR) y Eduardo Ulibarri, periodista y exembajador ante la ONU, quienes participaron en un conversatorio organizado por la Universidad Fidélitas sobre las perspectivas político-económicas del nuevo gobierno estadounidense.
El nuevo enfoque político de Trump hacia Latinoamérica ha estado marcado por un endurecimiento en temas migratorios, medidas arancelarias que afectarían negativamente el comercio internacional, y ahora últimamente con su petición al Congreso de su país de derogar la Ley Chips Act (la cual permite a Costa Rica atraer empresas fabricantes de semiconductores).
Entre los principales riesgos identificados para Costa Rica se destacan la posible imposición de aranceles a exportaciones clave, el impacto de una inflación creciente en Estados Unidos sobre las tasas de interés en el país y la competencia por la atracción de inversión extranjera.
Riesgos latentes y la necesidad de diversificación
Eduardo Ulibarri destacó la importancia de que Costa Rica continúe siendo un socio estratégico de Estados Unidos, manteniendo sus valores y ventajas competitivas. Sin embargo, advirtió sobre el riesgo de que, si el gobierno de Trump percibe un desequilibrio en la relación comercial, pueda imponer aranceles que afectarían gravemente a sectores productivos clave.
«Si se incrementan los aranceles para nuestros productos, la solución sería aumentar la productividad y expandir la gama de mercados a los que dirigimos nuestros bienes y servicios», afirmó Ulibarri. Además, enfatizó que es fundamental fortalecer la diplomacia costarricense en Washington y establecer relaciones más fluidas con la Casa Blanca y el Congreso de EE.UU.
Impacto económico y presión sobre la estabilidad financiera
Por su parte, Rodrigo Cubero hizo hincapié en el impacto que podrían tener las políticas de Trump sobre la economía mundial y costarricense. Alertó sobre el riesgo de un aumento en la inflación estadounidense, lo que podría traducirse en mayores tasas de interés en Costa Rica, encareciendo el crédito y afectando el crecimiento económico.
Asimismo, indicó que cualquier reducción en el crecimiento de las economías centroamericanas -con las que Costa Rica también mantiene relaciones comerciales- podría impactar negativamente en el comercio regional. Otro aspecto crítico es el riesgo de que EE.UU. dé prioridad a la inversión en su propio territorio, limitando los flujos de capital hacia el país.
Costa Rica como socio estratégico: una visión de largo plazo
Pese a los desafíos, ambos panelistas coincidieron en que Costa Rica aún goza de una posición privilegiada como aliado de Estados Unidos. La reciente visita del senador Marco Rubio dejó una impresión positiva, reforzando la imagen de Costa Rica como un país confiable y estable en la región. Este tipo de acercamientos, según los expertos, podría ayudar a reducir el riesgo de medidas proteccionistas.
No obstante, el desafío para el gobierno y el sector productivo será navegar con cautela y estrategia en un entorno incierto y volátil. La clave estará en mantener un diálogo constante con Washington, fortalecer las ventajas competitivas del país y avanzar en la diversificación de mercados y productos.
En el caso específico de la industria de semiconductores, un sector en auge en Costa Rica, cualquier imposición de aranceles o la materialización de retirada de la Ley de Chips y Ciencia podría obstaculizar nuevas inversiones y perjudicar la producción local. Por ello, es crucial posicionarse como un destino atractivo para la inversión en este y otros sectores estratégicos para nuestra economía.
El reto de la unidad nacional ante la incertidumbre
Ante un panorama global incierto, Ulibarri enfatizó en la necesidad de que Costa Rica fortalezca su cohesión política y social. «Todo país que enfrenta incertidumbre debe mirar hacia adentro y trabajar en unidad. La polarización política y la falta de consensos nacionales dificultan la creación de estrategias claras frente a Estados Unidos», advirtió.
Costa Rica se encuentra en un punto de inflexión: si bien la relación con Estados Unidos es clave para su estabilidad económica, el país debe estar preparado para adaptarse a posibles cambios en el panorama global. El diálogo diplomático, la diversificación de mercados y la mejora en la productividad serán fundamentales para asegurar un crecimiento sostenido en los próximos cuatro años.