Con poco más de 13 años de operaciones, se ha consolidado como un modelo de neourbanismo sostenible único en Guatemala y América Latina.
Por Rocío Ballestero
Grupo Cayalá, se propuso dejar un legado con el desarrollo de un complejo de usos mixtos sin precedentes en su estilo que verdaderamente prioriza el buen vivir y la generación de experiencias positivas en ambientes seguros, dinámicos y sostenibles. Así nació Cayalá, una ciudad en plena evolución dentro de la Ciudad de Guatemala que no para de romper paradigmas y sirve de ejemplo sobre lo que es posible cuando se conjugan la innovación, la sostenibilidad y la responsabilidad empresarial.
Bajo una rigurosa planificación y principios de responsabilidad ambiental, social y económica, en un área completamente abierta, la inmobiliaria ha levantado todo tipo de facilidades: más de 33.000 m2 de oficinas, 2.000 viviendas, 260 locales comerciales, 4.000 parqueos, 36 opciones gastronómicas, 12 academias y gimnasios, 7 salas de cine, 7 bancos, 4 centros de atención médica, 1 embajada y amplias zonas verdes.
Hoy, Cayalá se ha consolidado como una ciudad vibrante, moderna, accesible y un punto de interés turístico. Está diseñada para ser disfrutada a pie o movilizándose en bicicleta, dejando atrás los problemas de la congestión y el tráfico vehicular, segura, limpia y 100% amigable con el entorno. De ahí que la empresa invierte decididamente en su capital humano y en sistemas para operar con eficiencia, excelencia y sentido humano. Incluso cuenta con Cayalá ECO-SOCIAL, división que desarrolla programas para el manejo de los residuos, reúso de aguas tratadas, elaboración de biodiésel, reforestación, reproducción de plantas ornamentales y otras acciones de sostenibilidad.
“Para mí es un sueño alcanzado. Cayalá es un lugar modelo, con imponente arquitectura y todos los espacios adecuados para integrar a la comunidad y elevar la calidad de vida de las personas y las familias, que se preocupa y se ocupa de implementar las mejores prácticas para reducir su huella de carbono. ¡Si existieran más ciuda- des como ésta en América el mundo sería distinto!”, asegura Héctor Leal, gerente general de Grupo Cayalá.
Y no se queda ahí: “En contra de la opinión de mucha gente, lanzamos la primera fase en 2011 y desde entonces no hemos parado de construir ni de crecer de manera sostenible, respetando siempre el medioambiente, las áreas verdes alrededor y la buena vecindad. Nuestra planeación y ejecución son casi perfectas, lo cual da mucha seguridad al inversionista y nos permite garantizar experiencias inolvidables a los habitantes, los más de 300 colaboradores directos y las cerca de 650.000 personas que nos visitan al mes”.
Buena parte de esos visitantes son extranjeros, fruto de esfuerzos de promoción y alianzas de Grupo Cayalá con el Instituto Guatemalteco de Turismo (INGUAT), instituciones públicas y otras organizaciones. De hecho, impulsar la hospitalidad destaca entre sus nuevas apuestas.
“Ya estamos construyendo un hotel Marriott y vendrán otros más. También vamos a levantar dos nuevos edificios de apartamentos para renta, un modelo distinto a lo que veníamos trabajando con el que buscamos atraer a profesionales, estudiantes universitarios y nuevos segmentos de personas interesadas en vivir en Cayalá. Otro gran proyecto es la edificación de un centro de convenciones”, cuenta Leal.
La sostenibilidad: un valor fundamental y el corazón del proyecto
Cuidar del presente y el futuro de la ciudad y el país está en el ADN de la empresa, fiel abanderada de la educación para sensibilizar y concientizar sobre la importancia del cuidado de la naturaleza y de innovar para encontrar mejores maneras de hacer las cosas.
Con espacios abiertos y muy verdes, Cayalá invita al disfrute y la sana convivencia, procura la gestión óptima de recursos y selecciona todos los materiales que utiliza en las construcciones para aportar a la misión de ser responsable con el medioambiente, incluyendo parámetros que sus pro- veedores deben cumplir.
“Ser una ciudad dentro de una ciudad nos brinda autononomía para operar e integrar la sostenibilidad en todo lo que hacemos; así nos hemos convertido en un modelo a seguir. Por ejemplo, sabiendo que la mayoría de los vertederos de Guatemala están colapsados, contamos con nuestra propia plan- ta de manejo de residuos sólidos, donde el 77% son debidamente clasificados y tratados para reciclaje o reúso, con la meta de llegar a ser cero residuos al vertedero. Es un aporte trascendental, sobre todo tomando en cuenta la magnitud de nuestra operación, e incluso residenciales y comercios aledaños se nos han acercado para que les extendamos a ellos el servicio”, expone Ruth López, gerente de Asuntos Ambientales de Ciudad Cayalá.
El complejo también es modelo en la gestión responsable del agua. Ha hecho importantes inversiones en sistemas de punta para el tratamiento y retorno adecuado de las aguas residuales al manto freático o su reúso en actividades de riesgo y construcción. El proceso se monitorea en línea, lo cual permite medir y verificar en tiempo real el cumplimiento de diversos parámetros.
“Muchas personas que pagan una ta- rifa fija por el uso del agua no se percatan del valor real del recurso. Aquí eso no ocurre, cada quien paga conforme a lo que consume y si quieren ahorrar en la factura deben adoptar prácticas para evitar el desperdicio. El país ya está impulsando una ley de aguas que va en ese mismo sentido; nosotros siempre vamos un paso adelante”, añade.
Las estrategias ecosociales abarcan además un vivero, la economía circular y los combustibles alternativos. En alianza
con la Universidad del Valle de Guatemala, recupera y recicla el aceite que desechan los restaurantes para convertirlo en biodiésel que utiliza para generación eléctrica y poner en marcha su flota vehicular.
Esa filosofía de trabajo responsable, junto a sus políticas de diversidad, equidad e inclusión, impactan positivamente en toda la sociedad y son aspectos particularmente valorados por la población joven, a la que le preocupa lo que hay detrás de los servicios y productos que consume y aspira a un mundo más verde y próspero.
Otro salto por venir
Con la tecnología como aliada y la creatividad de su gente, la evolución de Cayalá es imparable. Ahora se apresta a traer equipos para monitorear la calidad del aire y el ruido que alertan cuando se superan los niveles aceptados, entre otras soluciones de primer mundo, y se propone generar ciencia, capitalizando de su experiencia y la gran cantidad de los datos que recopila.
“Nos estamos desligando del concepto de si yo contamino mitigo, que es un principio básico y ya no negociable de la sostenibilidad, para generar nuevos conocimientos a través de la investigación.Ya no se trata solo de hacer bien las cosas, monitorear y medir, sino de qué más podemos hacer con la información disponible. Creemos que la generación de datos es básico para tomar mejores decisiones y el país necesita esa data. Nosotros contamos con indicadores que pueden aportar a responder preguntas clave para la toma de decisiones operativas. No obstante, generar líneas base con indicadores es una medida que pocos están dispuestos a asumir. En eso también marcamos la diferencia”, enfatiza la líder de Ambiente.
“No somos una isla; queremos trascender como empresa uniéndonos a otros actores locales e internaciones para bajar la huella de carbono, aprovechar mejor los recursos, generar bienestar social y alcanzar los ODS. Todo lo que hacemos es por convicción, no para ganar reputación. Eso viene por añadidura”, destaca Leal.
LOGROS DE CAYALÁ ECO-SOCIAL (DATOS ACUMULADOS 2015-2024)
79.493 plantas reproducidas en su vivero 11.471 libras de plástico recicladas y convertidas
30.777 m3 de agua reutilizada
+6.104 toneladas de residuos recolectados, clasificados y tratados en su planta de manejo de residuos.
PERFIL PROFESIONAL DEL CEO
Héctor Leal está al frente de la compañía desde 2003. Se caracteriza por ser un líder visionario, transformador y apasionado de la innovación, la sostenibilidad y el bienestar de las personas. Inspira y empodera al equipo, valora y reconoce los aportes de cada quien, practica la escucha activa y su determinación impulsa a Cayalá a seguir rompiendo paradigmas, al amparo de una ejecución precisa y eficaz.