Crecimiento promedio del 4% de la producción durante el año y un crecimiento en exportaciones del 5.7%, permiten mirar un 2025 con optimismo y mejores resultados.
Por Revista Summa
Como un año duro, con un crecimiento estable, donde todas las empresas deben trabajar el doble y hacer un esfuerzo extraordinario para vender lo mismo y no afectar la contratación. Así catalogan los industriales de alimentos el cierre del año 2024, cuyo balance positivo permite generar expectativas de un año 2025 similar y estable.
· Mercado local: La Industria Alimentaria es uno de los sectores industriales más importantes del país. Por su vinculación directa con el mercado de consumo masivo, su comportamiento es uno de los indicadores más claros de lo que sucede en la economía. Con un nivel de empleo directo superior a los 103.000 puestos de trabajo asalariados, una producción cercana al 5% del PIB y un nivel de exportaciones superior a los $US2.600 millones de dólares, este sector se coloca como el tercero más importante en materia de ventas al exterior.
Para 2024 el sector tuvo un crecimiento promedio del 4%, muy por encima de 2023 donde esa cifra estuvo por debajo del 1%,lo cual se considera positivo, dado el entorno internacional que golpeó a toda la actividad empresarial durante los últimos años.
· En materia de exportaciones: Este año 2024 tuvo un crecimiento moderado en sus exportaciones que rondó el 5.7%, pasando de $US2.538 millones en 2023 a $US2.683 millones de dólares en 2024; no obstante, hubo sectores con crecimientos extraordinarios tales como purés y pastas de frutas (38%); snacks y cereales (31,3%); lácteos (25%); cerveza (22,6%); concentrados para bebidas (17,4%); pastas alimenticias (17,1%); chocolatería (15,6%); panificación y galletas (15,1%); conservas del mar (15,1%); mezclas panadería (10%) y salsas con un 7%. Este año se consolida Centroamérica como el mercado más relevante donde se destina cerca del 50% de las ventas al exterior de esta industria.
Economía durante 2024 y perspectivas para 2025
La mayoría de los empresarios de la industria alimentaria describen 2024 como un año muy difícil, mejor al año 2023 pero que requirió un gran esfuerzo adicional para mantener las ventas. El desempeño del turismo y la inversión fueron factores que impulsaron la comercialización de alimentos, pero se percibe un consumidor en alerta y cauteloso en sus decisiones de consumo. Entre los elementos que explican esa cautela se encuentra el impacto de la reducción del tipo de cambio en la población que gana en dólares.
En el mercado de exportación hay positivismo entre los empresarios puesto que 2024 reportó crecimientos importantes; no obstante, generan algún nivel de incertidumbre el cambio de gobierno en Estados Unidos, a partir de una visión más nacionalista y sus conflictos geopolíticos con Mexico, Canada y China.
Desempeño de gobierno
En cuanto a los aciertos, la reactivación económica depende necesariamente del tipo de señales que se reciben desde quienes administran el Estado, puesto que de sus decisiones y de los riesgos que estas generen, se toman las decisiones de inversión y consumo. De acuerdo con los empresarios de alimentos, entre los principales elementos que generan señales de confianza tenemos:
· Señales claras como un estado que deja trabajar al empresario y facilita su actividad mediante la eliminación de cuellos de botella regulatorios:
o Avance importante en el tratamiento de productos sujetos al registro de productos de interés sanitario.
o Eliminación de regencias veterinarias en procesos industriales en los que no se hace necesaria la duplicidad de competencias con otras formaciones técnicas.
· Mensajes claros hacia la ciudadanía sobre la importancia de eliminar ineficacias y excesos de intervencionismo estatal en los procesos de contratación administrativa y de desarrollo de obra pública.
· Avances en el proceso de licitación de Puerto Caldera.
Temas pendientes que requieren un abordaje urgente desde la Presidencia de la República:
Entre los temas que la industria señala como de especial atención para el año 2025, los empresarios de alimentos señalan:
· La reducción del tipo de cambio a niveles cercanos o inferiores a ¢500 colones, enciende las alarmas en buena parte del sector productivo, cuya estabilidad y capacidad de crecimiento tiene una fuerte dependencia de las ventas al exterior y una estructura de costos vinculada a la realidad local. Por tanto, los industriales de alimentos solicitan al Poder Ejecutivo y al Banco Central, el análisis de esquemas novedosos que generen un tipo de cambio de equilibrio, estable en el largo plazo y que evite un descalabro cambiario, capaz de desmantelar buena parte de la estructura productiva sobre la que el país ha construido buena parte de su modelo económico.
· La implementación de las obras para un nuevo puerto en Caldera es URGENTE. Igual los cuidados que deben tener las autoridades para que la nueva obra cumpla los siguientes requisitos:
o Se ajuste a las previsiones reales de crecimiento actual y futuro de la economía.
o Se realicen todos los planes de contingencia para que las obras no generen un caos insostenible que paralice al sector productivo o encarezca la producción y la alimentación del país.
Industria Alimentaria envía solicitudes concretas a la Asamblea Legislativa.
En materia legislativa, los industriales de alimentos envían señales de alerta a los Diputados, a quienes solicitan centrar la energía de este año electoral en temas clave para la competitividad y las posibilidades de generar empleo, por lo que solicitan la aprobación urgente de iniciativas de ley como:
· Aprobación del proyecto de jornadas excepcionales 4×3
· Apertura del monopolio del alcohol, que permita a las industrias abastecerse de manera directa con la producción nacional y de los mercados internacionales.
· Revisión y mejora de la Ley de modernización del INA, recientemente debilitada a partir de un fallo de la Sala Constitucional que no permite la aplicación de esquemas modernos y eficientes de contratación.
Ley de Armonización del Sistema Eléctrico Nacional es una oportunidad país para mejorar eficiencia, lograr nuevos esquemas de negocios entre agentes para la prestación del servicio de electricidad, mayor competencia en el sector eléctrico y mejorar las tarifas.
Por su parte, señalan también las iniciativas de ley que representan serias amenazas a la seguridad jurídica de la industria alimentaria y solicitan su no aprobación:
· Expediente 24.509 busca declarar las botellas plásticas como residuos de manejo especial, pese a que la Ley No9786 para combatir la contaminación por plástico y proteger el ambiente, aprobada en 2019 genera el mismo impacto, pero aún no ha sido reglamentada.
· La iniciativa de economía circular bajo el expediente N ° 23.847 en un proyecto en que el MEIC, PROCOMER, HACIENDA, MINAE y la Contraloría General de la República expresaron dudas que no son atendidas en el texto final, corriendo en riesgo de incurrir en paralelismos y contradicciones con la actual Ley para la Gestión Integral de Residuos, Ley 8839. La Contraloría alertó que el proyecto vendría a agrandar la ya compleja realidad del sector público, en especial en cuanto a sus distintas rectorías sobre las actividades privadas, siempre en contraste con los beneficios a obtener. Incluso el órgano contralor, alertó que hay una gran cantidad de esfuerzos ya en ejecución o así consignados en el ordenamiento jurídico, con importantes problemas de operación. Es una iniciativa que crea mayor burocracia y sin mayores impactos sobre las posibilidades de incentivar nuevas industrias generadoras de empleo dentro de la lógica de economía circular.
· El proyecto N.° 24.588, “Ley Marco de Cambio Climático” también es una clara muestra de intentos de sobrerregulación, ya que el proyecto pretende institucionalizar una enorme y costosa estructura burocrática, haciendo uso de ministerios e instituciones claves para gestionar las actividades productivas del país. El abordaje del articulado, es abstracto, lo cual hace que lo pretendido sea poco viable. El proyecto está construido con abstracciones que jurídicamente no aportan ninguna claridad, y lo que se supone debería ser una norma emitida desde una clara técnica legislativa, puede terminar hundiendo a la propia Administración y al sector privado en un mar de inseguridad jurídica.
“Todos los actores sociales debemos abandonar la conflictividad política sobre temas irrelevantes y enfocarnos en los asuntos de verdad, aprovechando el momento de oportunidad que ofrece la economía, por lo que debemos priorizar energía de todo el país en los temas relevantes. 2025 es un año político, tradicionalmente cargado de iniciativas legislativas caracterizadas por su alto aporte a la inseguridad jurídica y su acoso regulatorio al sector generador de empleo, por lo que se hace un llamado a los legisladores para avanzar solamente en las iniciativas generadoras de valor”, acotó Juan Ignacio Pérez.