La calidad de la educación que reciben los estudiantes depende en gran medida de la competencia y preparación de sus educadores.
Por Revista Summa
Es hora de priorizar la excelencia en la enseñanza para construir un futuro educativo más prometedor y equitativo para todos. Lamentablemente, Costa Rica enfrenta una crisis educativa profunda que exige una transformación urgente y, según el Informe del Estado de la Educación, está desaprovechando la oportunidad de mejorar la idoneidad del docente.[i][ii]
En dicho informe se señala lo siguiente: “A tres años de aprobación de la Ley 9871 de Contratación Docente de 2020, el país sigue sin contar con el instrumento requerido para aplicar las pruebas de idoneidad requeridas por esta ley. Más aún, los esfuerzos por generar los insumos necesarios para su concreción se paralizaron en 2022 e inicios de 2023. Con ello, el país está perdiendo una ventana de oportunidad para sustituir al personal que progresivamente se acogerá a su pensión en los próximos años por medio de la aplicación de mecanismos que acrediten los conocimientos, destrezas e idoneidad profesional de los reemplazantes.”
El impacto de un educador idóneo en la vida de un estudiante va más allá del aula
¿Cómo asegurar que nuestros educadores estén verdaderamente preparados para guiar a las nuevas generaciones?
Según Josué Sánchez, director de la Escuela de Educación de la Universidad Fidélitas, definitivamente es crucial la implementación de un examen de idoneidad muy completo que mida la capacidad del docente para desempeñar sus funciones de manera integral, efectiva y eficiente. Esta medida no solo promueve la excelencia en la enseñanza, sino que también mejora la calidad educativa en su conjunto, agregó
Explicó que al evaluar las habilidades, competencias y conocimientos tanto pedagógicos como específicos de la materia que imparte, se establece un estándar mínimo que todos los docentes deben cumplir antes de ingresar al sistema educativo, asegurando con ello que poseen lo mínimo necesario para ofrecer una educación moderna de alta calidad y que los centros educativos entonces puedan escoger a los mejores candidatos para formar parte de su cuerpo docente.
Adicionalmente, la evaluación continua de los docentes en concordancia con las competencias establecidas en las políticas educativas es primordial para velar por la calidad de educación que se imparte en el sistema educativo.
Cuando la comunidad docente está compuesta por individuos altamente calificados se crea una base sólida para el aprendizaje de los estudiantes, se propicia un entorno ideal para su crecimiento académico y se fortalece la reputación del centro académico que se pone positivamente en la mira y en la boca de toda la población de interés, detalló Josué Sánchez.
Un maestro idóneo no solo transmite conocimientos
¿Qué debería evaluar el examen de idoneidad ideal?
El examen de idoneidad ideal para docentes debería evaluar una combinación de conocimientos pedagógicos y específicos de la asignatura, habilidades prácticas en la enseñanza, competencias interpersonales y éticas, así como la capacidad de adaptación e innovación.
En otras palabras, debería medir el dominio del contenido curricular, la capacidad para diseñar y ejecutar planes de lecciones efectivos, la gestión del aula, la comunicación asertiva, la capacidad para resolver conflictos, el uso adecuado y oportuno de tecnologías educativas, el trabajo colaborativo, así como el compromiso con su propia educación continua para responder a las necesidades cambiantes del entorno y sus estudiantes.