Se trata de un café arábico de tueste oscuro, 100% puro, con el que robustece su segmento de blends.
Por Carolina Barrantes
Durante casi 86 años, sus cafés únicos, siempre frescos y de gran calidad han conquistado a los costarricenses de generación tras generación, y han creado momentos familiares inolvidables. Ahora, bajo el lema “pasión que se comparte”, Café Volio amplía su gran legado al sumar un nuevo integrante a su línea de productos: Herencia del Fundador.
Es un café arábico, 100% puro, sin azúcar, sin preservantes ni saborizantes, cuya materia prima proviene de fincas selectas y con el que la marca costarricense se enfoca en complacer el paladar de quienes prefieren el sabor incomparable de las tazas de café fuerte.
Además, rinde tributo a su fundador, Federico Volio, quien abrió la empresa en 1938 en el Mercado Central de San José, quién contagió su profunda pasión por el café a clientes y colaboradores, permitiendo que la compañía construyera su camino hasta llegar a ser un referente cafetalero en Costa Rica. Incluyendo su icónica bicicleta, el medio de transporte que utilizaba para visitar a dueños de sodas, pulperías y supermercados para que conocieran y distribuyeran el producto.
Herencia del Fundador es un producto que nace para atender un segmento de consumidores, que buscan un café que cuente con la armonía entre PRECIO, SABOR Y CALIDAD. Los costarricenses ya lo pueden adquirir en diferentes puntos de venta en todo el país, incluida la Tienda del Fundador, lugar donde los consumidores pueden revivir momentos especiales con sabores y aromas únicos al solicitar café molido al instante, según explica Karla Banegas, gerente de Mercadeo de BIA Costa Rica.
“Somos herederos de una gran tradición y queremos que nuestra bebida permita contar nuevas historias. Nuestra meta no es competir por competir ni hacer una extensión de línea para cubrir más mercado; con esta propuesta queremos que el consumidor gane y ofrecerle lo que espera, con valor agregado”, añade.
Una línea conmemorativa con visión integral
El diseño del empaque, a cargo del artista local Sebastián Ayala, también es representativo de la historia del producto y la cultura cafetera del país. Además, incluye el nombre de cada colaborador, en reconocimiento del esmero con el que se desempeñan en los distintos cargos: administrativos, de planta, logística y ventas.
“Café Volio tiene una particularidad y es que la gente es Voliolover: aman la marca, la han seguido de generación en generación y reconocen que ha sido fiel a ellos. Queremos agradecer esa preferencia y sorprenderlos el nuevo integrante de la familia. Tenemos la tecnología más importante de Centroamérica lo que nos permite ofrecer siempre un producto fresco; tostamos tres toneladas de café por hora, somos muy eficientes, orden que entra, orden que sale”, destaca Banegas.