La propiedad de estas supercomputadoras optimizadas para IA podrá transferirse a las entidades anfitrionas cinco años después de que la máquina haya pasado una prueba de aceptación.
Por EFE
Los países de la Unión Europea (UE) alcanzaron este jueves un acuerdo político para poner sus ordenadores de alto rendimiento a disposición de las empresas europeas que desarrollan inteligencia artificial (IA), a fin de entrenar los modelos algorítmicos de los que se alimenta esta tecnología.
La medida forma parte de un reglamento adoptado por los ministros de Ciencia e Innovación de los Veintisiete, reunidos en Bruselas en el Consejo de la UE, el órgano comunitario que representa a los Gobiernos de los países miembros.
Las supercomputadoras que se pondrán a disposición de empresas privadas pertenecen a la Empresa Común Europea de Informática de Alto Rendimiento, una plataforma conjunta que cuenta con la participación de la UE, sus países miembros y socios privados.
En beneficio de pymes y compañías emergentes europeas
La medida pretende beneficiar a las pymes y a las compañías emergentes europeas de nueva creación que se dedican al desarrollo de la inteligencia artificial.
La comisaria europea de Innovación, Investigación, Cultura, Educación y Juventud, Iliana Ivanova, celebró el acuerdo logrado por los países de la UE y les aplaudió por su «determinación para abrir sus fábricas de IA» al sector privado.
«Con este paso demostramos que realmente tratamos de ayudar a las pymes a acceder a estos datos para que puedan impulsar su competitividad, y que les ayudamos a estar lo mejor posicionadas posible dentro del mercado global», afirmó Ivanova en una rueda de prensa posterior a la reunión de ministros europeos de Innovación.
Como representante de la presidencia belga del Consejo de la UE, el ministro de Economía e Innovación de la región de Valonia, Willy Borsus, destacó que la iniciativa va a reforzar «el rol mundial de Europa en el campo de la inteligencia artificial», una tecnología empleada en múltiples sectores que van desde la atención sanitaria y la gestión de la energía hasta la fabricación industrial.
En el reglamento acordado hoy, los países de la UE también se comprometieron a crear y operar fábricas de inteligencia artificial, centros en los que pretenden hospedar infraestructuras que apoyen el desarrollo de IA en supercomputadoras.
El acuerdo de los Veintisiete garantiza que las actividades cubiertas por las fábricas de inteligencia artificial den oportunidades de «acceso justo» a las supercomputadoras usadas para desarrollar IA, abriéndolas a «un mayor número de usuarios públicos y privados», según destacó el Consejo en un comunicado.
Los países reclamaron a la Empresa Común Europea de Informática de Alto Rendimiento (la red público-privada que opera los supercomputadores que se abrirán a empresas) que defina las condiciones bajo las cuales las compañías privadas podrán acceder a estos ordenadores de alto rendimiento para desarrollar su IA.
Con el acuerdo alcanzado hoy por los países de la UE, las entidades que hospeden centros de supercomputación podrán cubrir con dinero público europeo hasta el 50 % de los costes de compra de nuevos ordenadores de alto rendimiento preparados para el desarrollo de inteligencia artificial.
La propiedad de estas supercomputadoras optimizadas para IA podrá transferirse a las entidades anfitrionas cinco años después de que la máquina haya pasado una prueba de aceptación.
El reglamento adoptado hoy por el Consejo de la UE solo tendrá que someterse a una revisión jurídica antes de publicarse en el Diario Oficial de la UE, y entrará en vigor a los veinte días de su publicación en este boletín.
A propuesta de la Comisión Europea
La decisión de ceder supercomputadoras europeas a empresas que desarrollen IA nació a propuesta de la Comisión Europea y se trata, en concreto, de un compromiso que lanzó su presidenta, Ursula von der Leyen, ante la Eurocámara durante el discurso sobre el estado de la Unión en septiembre de 2023.
Von der Leyen justificó la iniciativa para que la inteligencia artificial evolucione dentro de unos límites éticos, dado que se trata de una tecnología con grandes posibilidades pero también con riesgos, y pidió en este sentido no «subestimar las amenazas muy reales» que puede conllevar.
«Mitigar el riesgo de extinción (de la humanidad) por la IA debería ser una prioridad mundial junto a otros riesgos a escala social como las pandemias y la guerra nuclear», aseveró.
La UE pactó en diciembre de 2023 la primera ley de inteligencia artificial del mundo, que permite o prohíbe el uso de esta tecnología en función del riesgo que suponga para las personas.