El Ministerio del Interior, que estaba a cargo de la seguridad del Estado y de la Dirección Quinta -encargada de la contrainteligencia en el extranjero-, ejerció un férreo control contra opositores.
Por EFE
La Asamblea Nacional (Parlamento) nicaragüense aprobó este jueves con carácter urgente la iniciativa de «Ley que establece las funciones y estructura del Ministerio del Interior», que tendrá las mismas labores que la cartera que funcionó durante la guerra civil que se vivió en Nicaragua en la década de 1980 durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990).
Esa normativa, aprobada de forma unánime por los 91 diputados que integran el Parlamento, donde el oficialismo tiene mayoría absoluta, tiene como objetivo que el Ministerio del Interior, el más poderoso del Gobierno que preside Daniel Ortega, «continúe garantizando el orden constitucional e institucional del país establecido por la Revolución» sandinista, en 1979, «así como la seguridad ciudadana y el orden interno», según su exposición de motivos.
Esa cartera, que reemplaza al Ministerio de Gobernación, tendrá entre sus funciones «prevenir, neutralizar y terminar con cualquier actividad encaminada a destruir o menoscabar el orden constitucional y la institucionalidad del país, establecidos por la Revolución», según la ley.
Además, garantizar y resguardar la seguridad ciudadana, del Estado y del orden interno del país, y asegurar la protección de la vida y la integridad física de los nicaragüenses.
Será un súper ministerio
También integra a la Policía Nacional como cuerpo armado encargado de garantizar el orden público, la vida y la seguridad de las personas.
Asimismo, coordinará, dirigirá y administrará la Dirección General de Migración y Extranjería, el Sistema Penitenciario Nacional, la Dirección General de Bomberos, la Dirección General Administrativa y los aspectos consulares.
Y garantizará el cumplimiento de la Ley General de Regulación y Control de Organismos sin Fines de Lucro, y de la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros.
La iniciativa de ley fue presentada el miércoles por un grupo de diputados sandinistas por orientación del presidente Ortega -quien retornó al poder en 2007, tras coordinar una Junta de Gobierno de 1979 a 1985, y presidir por primera vez Nicaragua de 1985 a 1990-, según dijo el titular del Parlamento, Gustavo Porras.
Anoche, en un acto en ocasión del 44 aniversario del Ministerio de Gobernación (hoy del Interior), Ortega calificó de un día histórico volver a la vida» al Ministerio del Interior.
«Aquí (en Nicaragua) teníamos realmente dos fuerzas sólidas al triunfo de la revolución: el Ejército y el Ministerio del Interior. Dos fuerzas sólidas y logramos derrotar la contrarrevolución armada, financiada, entrenada por los Estados Unidos, que instaló bases militares en Honduras y en Costa Rica que servían de apoyo» a la «Contra» en la década de 1980, enfatizó el mandatario.
Ortega: es para no permitir avanzar al enemigo
Ortega dijo que al perder las elecciones en 1990 se mantuvieron «intactos estos dos grandes destacamentos», pero que «al llegar el Gobierno de derecha y su modelo neoliberal, lo primero que hicieron fue debilitar estas instituciones para buscar cómo destruirnos».
«Y el paso que estamos dando hoy, de volver a la vida al Ministerio del Interior, es un paso que nos da una fortaleza enorme y volvemos a contar con los dos grandes instrumentos con los que derrotamos la contrarrevolución: el Ejército y el Ministerio del Interior», destacó.
Según el mandatario, el Ministerio del Interior cumplirá tareas «que no le permitan al enemigo avanzar en sus planes, porque ellos siempre están conspirando, siempre están con sus planes».
La cartera del Interior, fundada en 1979, fue dirigida por los excomandantes de la revolución sandinista Tomás Borge (ya fallecido) y el disidente Luis Carrión, quien fue despojado de su nacionalidad en febrero pasado por las autoridades tras ser acusado de ser traidor a la patria.
El Ministerio del Interior, que estaba a cargo de la seguridad del Estado y de la Dirección Quinta -encargada de la contrainteligencia en el extranjero-, ejerció un férreo control contra opositores, religiosos, empresarios, periodistas, activistas de derechos humanos y críticos durante el primer Gobierno sandinista (1979-1990).
Según la plataforma digital Confidencial, «esa cartera se encargó de espiar, perseguir, encarcelar y asesinar a los considerados enemigos de la revolución”.