Al parecer, en Costa Rica no tenemos muy claro cómo funciona eso de negociar con organismos internacionales las reformas de los sistemas tributarios.
MDT. Raymundo Volio Leiva Director de Actualidad Tributaria
La noticia de que Costa Rica ha sido incluida en la lista gris de la Unión Europea (UE) por su sistema tributario y su falta de regulación en cuanto a la Renta Mundial ha generado un gran revuelo. ¡Y no es para menos! No todos los días uno puede decir que vive en un país listado por la UE. ¿Qué orgullo, verdad?
Comencemos con la renta mundial, un tema que ha ganado relevancia en los últimos años. La idea de gravar la renta de las personas en todo el mundo se ha presentado como una forma de redistribuir la riqueza y reducir la evasión fiscal. Sin embargo, no todos están a bordo de esta idea. Muchos países, especialmente aquellos con economías en desarrollo, se oponen a la renta mundial porque temen que esto desincentive la inversión extranjera y genere más problemas que soluciones.
Costa Rica no es que cuente con un sistema tributario diferente del clásico sistema territorial imperante en toda Centroamérica; su diferencia es la brillante idea de las autoridades fiscales de sugerir la adopción, a la UE, de ser parte del sistema de Renta Mundial. La consecuencia de esta inclusión es el resultado de las gestiones de las autoridades fiscales y no una diferencia del sistema tributario de Costa Rica respecto de toda la región.
Al parecer, en Costa Rica no tenemos muy claro cómo funciona eso de negociar con organismos internacionales las reformas de los sistemas tributarios. De repente resulta más sencillo endilgar la responsabilidad a otros que a nuestras propias ineficiencias.
En cuanto al sistema tributario, digamos que es un tema delicado. Por un lado está elhecho de que algunos evaden impuestos con la mayor de las naturalidades y por el otro, los que pagan sus impuestos son tratados como tontos. ¿Por qué pagar impuestos si podemos aparecer en la lista gris de la UE?
Pero no todas son malas noticias, ¡al fin y al cabo estamos en una lista! Eso debería contar como un logro, ¿no?. Y si la UE nos considera merecedores de una lista, entonces deberíamos celebrar por todo lo alto. Podríamos organizar una fiesta, invitar a todos los que contribuyeron a que Costa Rica apareciera en la lista gris y brindar por nuestro sistema tributario, que tantos buenos momentos nos ha dado.
En resumen, aparecer en la lista gris de la UE no es algo que suceda todos los días, así que deberíamos sentirnos afortunados. Al fin y al cabo, estamos haciendo historia y demostrando que tenemos un sistema tributario que no se queda atrás en cuanto a la evasión y la falta de regulación. ¡Salud por Costa Rica!