Todavía quedan muchas incógnitas por resolver. La primera de ellas, claro está, es cómo va a ser esa realidad virtual que promociona el Metaverso.
Por Revista Summa
Según los expertos, vivimos en un momento crucial de la evolución digital y, muy pronto, comenzarán a sucederse avances que cambiarán por completo nuestro día a día.
Los interfaces cerebro-computadora o ICC no son nada nuevo. También se les conoce como interfaces cerebro-máquina (ICM), interfaces neuronales directas (IND), interfaces cerebro- ordenador (ICO) o, simplemente, tecnología BCI, siglas que provienen del nombre que se le da generalmente en inglés (Brain-Computer Interfaces). Su origen se remonta a nada menos que 1875, cuando Richard Caton usó un galvanómetro para analizar los impulsos eléctricos existentes en la superficie del cerebro vivo de algunos animales.
En cualquier caso, hubo que esperar casi cien años, hasta 1970, para que se iniciar aun investigación formal con los primeros dispositivos BCI. Esta investigación tuvo lugar en la Universidad de California, Los Ángeles (la UCLA).
A grandes rasgos, esta tecnología se basa en la adquisición de información neuronal para su procesamiento e interpretación a través de un ordenador. Aunque la mayor parte de avances al respecto se han aplicado en el sector médico y de la salud (prótesis neuronales para recuperar audición, vista o movilidad), según los expertos, la tecnología BCI está llamada a revolucionar la industria del ocio, y también la de nuestra cotidianidad, tan vinculada, por ejemplo, a los smartphones y las computadoras.
Esto se debe, en gran parte, a los derroteros que ha ido tomando la evolución tecnológica durante los últimos años. Sin ir más lejos, en la actualidad, nos encontramos en plena batalla de los gigantes del mundo digital por convertirse en los primeros en cautivar al gran público con sus dispositivos de realidad virtual.
El ser humano lleva decenios anhelando un dispositivo que pueda no solo transportarnos a un mundo tan real como el nuestro, en un soporte digital, sino que nos permita viajar a lugares que nunca hemos visto y vivir grandes aventuras, como las que vemos en las películas.
Esto también responde a una tendencia que se ha mantenido constante durante los últimos años: la sustitución de productos y servicios físicos por virtuales. Un claro ejemplo de ello lo vemos en el sector de los juegos de casino y en cómo esta industria ha crecido vertiginosamente en el mundo digital, desbancando a sus alternativas físicas y convirtiéndose en uno de los sectores del ocio virtual que más crece.
Plataformas como VegasSlotsOnline dejan claro el porqué de este crecimiento: juegos completamente gratuitos, reseñas que nos orientan a la hora de escoger el mejor casino y métodos de pago para casinos online populares como tarjetas de crédito mastercard y visa con unos altísimos estándares de seguridad. De esta forma, el usuario solo tiene que preocuparse de elegir el momento y el lugar que más le gusten y disfrutar del juego.
Algo similar ha ocurrido con productos audiovisuales físicos como el DVD o el Blu-ray, que se han vistos sustituidos por plataformas virtuales de streaming como Netflix, quien cerró 2021 con un beneficio neto de más de 5.100 millones de dólares, una cifra que supone una mejora de nada menos que un 85 % con respecto a los resultados obtenidos en 2021.
No cabe duda que ambos ejemplos nos sirven para entender la tendencia hacia la virtualización, que muy pronto se materializará en una acogida cada vez mayor de la realidad virtual, a través de dispositivos más accesibles y eficaces; y que, a medio plazo, se traducir también en dispositivos de BCI que nos permitan llevar a cabo todo tipo de tareas directamente con nuestro pensamiento.
Sin embargo, todavía quedan muchas incógnitas por resolver. La primera de ellas, claro está, es cómo va a ser esa realidad virtual que promociona el Metaverso. ¿Qué tipo de dispositivos se pondrán a la venta durante los próximos años? ¿Serán realmente accesibles para llegar al gran público? ¿Se habrá mejorado la experiencia del usuario para cumplir con las expectativas de las que hablábamos al comienzo del artículo?
Según dicen los especialistas, la realidad virtual está cada día más cerca del gran público, pero los dispositivos de BCI son otro cantar. Si, como se ha venido diciendo, el desarrollo de diademas u otro tipo de formatos de interfaces cerebro-computadora culmina en la salida al mercado de diversos productos, bien seguro, no serán baratos.
En cualquier caso, todavía tenemos que resolver unos cuantos enigmas antes de llegar a este punto, y los próximos años serán apasionantes en lo que respecta a la evolución digital.