Guatemala es uno de los 25 países más violentos del mundo, según datos de organismos internacionales.
Por EFE
Guatemala tiene la tasa más alta de ocupación penitenciaria de América Latina, solo superada por Bolivia, según un estudio presentado este miércoles por el Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (Cien).
La investigadora de este centro académico privado guatemalteco, Corinne Dedik, explicó en una presentación virtual sobre el análisis que la tasa de ocupación de las cárceles en el país centroamericano es del 363 %, mientras que en Bolivia asciende al 264%.
Belice, con el 50 %, y Chile con el 91%, son los países de América Latina que tienen las tasas más bajas de ocupación penitenciaria.
Dedik explicó que Guatemala cuenta con 22 cárceles del Sistema Penitenciario distribuidas en 12 de los 22 departamentos en los que se divide geográficamente el país, pero solo cinco de ellas son para el cumplimiento de sentencias, mientras que el resto son preventivas.
La investigadora del Cien añadió en la presentación virtual desde Ciudad de Guatemala que las cárceles locales fueron diseñadas para 6.842 presos, pero en la actualidad hay 24.833 personas detenidas por diferentes delitos, es decir una amplia sobrepoblación.
Según el estudio, del total de presos, 12.769 cumplen diferentes condenas y los otros 12.064 están en prisión preventiva.
La experta recomendó a las autoridades del Gobierno que preside Alejandro Giammattei la construcción de un plan de infraestructura a mediano y largo plazo que contemple cárceles para el cumplimiento de condenas y también de alta seguridad.
Dedik manifestó que en las cárceles de mujeres también se ve el hacinamiento y como ejemplo citó la prisión de Santa Teresa, en Ciudad de Guatemala, que tiene un 517 % de su ocupación, y el Centro de Orientación Femenina (COF), con el 758 %.
La expresidenta (2012-2015) guatemalteca Roxana Baldetti se encuentra precisamente en la prisión de Santa Teresa, imputada por varios casos de corrupción.
Guatemala es uno de los 25 países más violentos del mundo, según datos de organismos internacionales, y solo en la década entre 2010 y 2020 contabilizó más de 60.000 asesinatos, de acuerdo a información de entidades humanitarias.