El objetivo inmediato de Costa Rica será crear luna serie de reglamentos que garanticen el cumplimiento de estándares internacionales.
Por EFE
Con la reciente aprobación de una ley, Costa Rica busca ingresar a competir y atraer inversiones en la millonaria industria del cáñamo y del cannabis medicinal, para lo cual aún le hace falta dar algunos pasos de apoyo a los productores y afinar asuntos reglamentarios.
De acuerdo con datos de la consultora Grand View Research, en el año 2020 el tamaño del mercado mundial del cáñamo se valoró en 3.610 millones de dólares y se espera que tenga un porcentaje de crecimiento anual del 16,2 % de 2021 a 2028 en respuesta a la alta demanda.
En cuanto al cannabis medicinal, los datos presentados en el evento señalan que en 2020 el mercado se valoró en 6.822 millones de dólares, y se proyecta que alcance los 53.883 millones de dólares en 2030.
Ingresar a esa industria y convertirse en un participante importante es ahora el reto de Costa Rica, donde el pasado 2 de marzo el presidente Carlos Alvarado firmó una ley aprobada por el Congreso que abre el camino pero que es apenas el primer paso para desarrollar la industria en este país que apostará por su buen clima de inversión como punta de lanza.
El presidente del Consejo de Cáñamo y Cannabis de Costa Rica, Roy Thompson, explicó a Efe que Costa Rica cuenta con ventajas importantes para competir en el mercado, entre las que destacó la estabilidad política, el clima positivo para las inversiones, el capital humano capacitado y su red de tratados de libre comercio.
«Las inversiones buscan ambientes seguros y estables y nosotros podemos ofrecer mucho de lo que las empresas andan buscando, al igual que la mano de obra calificada. Pensamos que podemos ser un gran jugador y además Costa Rica tiene una marca país muy importante de protección de la naturaleza y de paz», comentó Thompson.
LO QUE VIENE
A partir de ahora, el objetivo inmediato de Costa Rica será crear luna serie de reglamentos que garanticen el cumplimiento de estándares internacionales que estén a la altura de grandes mercados y productores como Canadá, Estados Unidos e Israel.
«Ahora nos enfrentamos en los próximos meses a un trabajo muy fuerte, muy especializado, de conformar reglamentos que establezcan temas como seguridad, importación de semillas, transporte, manejo de desechos, exportaciones y trazabilidad, que tienen que coincidir con estándares internacionales», dijo Thompson.
Por su parte, la ministra de Economía, Industria y Comercio, Victoria Hernández, dijo a Efe que la ley «abre un ámbito completamente novedoso para el país», «un mercado enorme» y un «nuevo nicho» para las empresas.
«Hay 21 países con un mercado de 800 millones de personas donde es legal la importación de todos estos productos. Esto tiene un gran potencial sabiendo que las industrias que se establezcan aquí de naturaleza farmacéutica, alimentaria o comercializadora, van a generar en diferentes territorios un nodo de encadenamientos en la generación de productos y servicios», comentó.
Hernández dijo que la parte que le toca al Gobierno es facilitar trámites, establecer los reglamentos técnicos con agilidad, facilitar esquemas de acreditación, impulsar el financiamiento de capital de trabajo y la generación de alianzas estratégicas con empresas internacionales.
LA LEGISLACIÓN
La ley aprobada en Costa Rica permitirá a las autoridades otorgar licencias para la producción e industrialización del cannabis con fines médicos o terapéuticos.
Además, declara libre el cultivo, la producción, la industrialización, la comercialización de cáñamo o cannabis no psicoactivo y sus productos o subproductos, para fines alimentarios e industriales, sin autorización previa especial o adicional de las autoridades.
El cáñamo industrial es altamente demandado por los beneficios medicinales que ofrece el producto, además de que se puede aprovechar para producir aceites, tinturas, combustibles, lubricantes, pintura, materiales de construcción y otros productos.
El cannabis medicinal se utiliza como parte del tratamiento de síntomas o enfermedades específicas como el cáncer, el dolor crónico y los trastornos mentales.