Por Revista Summa
La crisis generada por la pandemia transformó la economía en todos sus niveles; y las finanzas personales no escapan a esta realidad.
De acuerdo con especialistas a nivel mundial, en los últimos meses se observaron importantes cambios en términos de gasto y ahorro. Los hábitos de consumo se modificaron y el ahorro aumentó significativamente, impulsado, especialmente, por la incertidumbre.
Laura Céspedes, gerente sénior de Productos de Depósito de Scotiabank, explica que situaciones como la pérdida de empleo, la reducción en las jornadas laborales y las medidas de distanciamiento social produjeron variaciones en el comportamiento de los ahorrantes.
“Quien perdió su empleo y dejó de percibir ingresos empezó a vivir de sus ahorros hasta agotarlos; y quien mantuvo un ingreso se convirtió en un ahorrante “forzado” durante el confinamiento ya que, a raíz de las medidas interpuestas para evitar la propagación del virus, desaparecieron las oportunidades de gastar en viajes, entretenimiento o comidas fuera de casa, y otros gastos recurrentes como transporte y combustible también se redujeron”, explicó la especialista.
Además, añadió que es probable que otros hayan aumentado su ahorro por precaución debido a la incertidumbre sobre las consecuencias económicas de la pandemia. “Muchos empezaron planes de ahorro o inversión, principalmente por temor a perder su empleo o sufrir cambios en sus ingresos”, señaló Céspedes.
La especialista de Scotiabank resalta cuatro aspectos que caracterizaron los ahorros durante el 2020 y 2021:
- Más ahorros para emergencias: a raíz de la disminución en el consumo, aumentaron los ahorros con carácter precautorio; fondos disponibles para hacer frente a imprevistos. No se trata de ahorros que serán destinados a la inversión de bienes duraderos sino, más bien, dinero que se guarda en efectivo y depósitos a la vista para poder hacer uso de este en el momento que sea necesario.
- Preferencia por el corto plazo: quienes tenían fondos a la vista empezaron a buscar plazos cortos -hasta 12 meses- ya que la tasa de referencia de la FED empezó a bajar drásticamente.
- Mayor apetito por la seguridad: en cuanto a los depósitos a plazo, la seguridad de los ahorros e inversiones prevaleció sobre la atracción por mayores tasas de interés.
- Ahorros programados: las restricciones de movilidad aumentaron el uso de canales digitales de entidades bancarias para la gestión de productos y servicios financieros. La programación de ahorros automáticos desde canales como la banca en línea ganó terreno.
“En términos generales, en Costa Rica el ahorro ha sido positivo para la economía y así se vislumbra al cierre del 2021, pero también es importante que se reactive el consumo. Es fundamental mantener un equilibrio entre el gasto y el ahorro”, finalizó Céspedes.