El mandatario crítica constantemente a las organizaciones no gubernamentales que se muestran inconformes o cuestionan las decisiones del Gobierno y otros órganos de Estado.
Por EFE
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, señaló la noche de este jueves a Estados Unidos de financiar a organizaciones sociales que a su juicio son la «oposición política».
«¿Qué diría el Gobierno de los Estados Unidos si nosotros financiáramos a su oposición política? Porque eso es lo que hacen esas ONG, y eso todo el mundo lo sabe», publicó el mandatario en su Twitter.
El presidente salvadoreño acompañó su mensaje de una publicación de un medio local en la que se informa de que la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) destinará 300 millones de dólares a organizaciones en El Salvador, Guatemala y Honduras.
Dichos recursos se entregarán en los próximos cinco años a las organizaciones que tratan de dar oportunidades en los países de origen para evitar la inmigración irregular.
Los recursos irán al programa «Centroamérica Local», dado a conocer por la administradora de USAID, Samantha Power. El anuncio se realizó en un evento organizado en la Universidad de Georgetown, en Washington, de acuerdo con un comunicado.
«Centroamérica Local» ayuda a organizaciones locales que llevan a cabo programas para promover el crecimiento económico «sostenible y equitativo».
También ayudan a «mejorar la gobernabilidad, combatir la corrupción y proteger los derechos humanos. Asimismo, a fortalecer la seguridad ciudadana y combatir la violencia sexual y de género».
El mandatario crítica constantemente a las organizaciones no gubernamentales que se muestran inconformes o cuestionan las decisiones del Gobierno y otros órganos de Estado.
El 15 de septiembre pasado, Bukele acusó a «países amigos» de la comunidad internacional de financiar a la oposición, sin presentar pruebas, y manifestó que no permitirá «injerencia de ningún tipo».
El mandatario, sin mencionar a ningún país en específico, lanzó esta acusación en una cadena nacional de radio y televisión a propósito del bicentenario de la independencia de Centroamérica.
El gobernante criticó las marchas que concentraron a miles de salvadoreños ese mismo día para protestar contra su Gobierno y denunciar una supuesta deriva «autoritaria».
«Lamentablemente son protegidos por algunos amigos de la comunidad internacional, digo algunos porque no son todos» y «lo triste es que están financiando a una oposición perversa», dijo Bukele ante los embajadores acreditados en el país y acusó a los manifestantes de «vandalizar propiedad privada».
El presidente de El Salvador también acusó en septiembre pasado a Estados Unidos de cometer «injerencia» en la política del país centroamericano después de que se incluyeran a cinco magistrados de la Sala de lo Constitucional en una lista de supuestos actores corruptos y antidemocráticos.
A juicio del Gobierno estadounidense, estas personas «socavaron los procesos o las instituciones democráticas».
Estos magistrados, electos en un proceso exprés el 1 de mayo por el Congreso de mayoría oficialista tras una cuestionada destitución de los anteriores jueces, avalaron la reelección presidencial inmediata.
EE.UU. condenó la acción, que calificó de ser contraria a la Constitución salvadoreña, y señaló a los magistrados de ser «leales» al Gobierno de Bukele.