Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica para miles de migrantes procedentes de todas partes del mundo.
Por EFE
Colombia incumple un acuerdo con Panamá que fijó en 500 el número de migrantes en tránsito hacia Norteamérica que podían llegar diariamente al país centroamericano tras cruzar la selva del Darién, la frontera natural entre ambos países, dijo este lunes la oficina panameña de Migración.
El convenio, que fue alcanzado el pasado 11 agosto en medio de una crisis migratoria, estableció que durante ese mes Colombia permitiría el paso de 650 migrantes hacia Panamá de martes a sábado, y que la cifra se reduciría a 500 a partir del 1 de septiembre.
«Realmente no (se está cumpliendo), ahorita mismo tenemos 6.500 personas más que las que deberíamos tener si se hubiera cumplido el acuerdo que tenemos con Colombia», declaró la directora del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá, Samira Gozaine.
En declaraciones a la televisión local desde Bajo Chiquito, la apartada aldea indígena que es el primer punto en Panamá al que llegan los migrantes, Gozaine adelantó que en una reunión de alto nivel el próximo viernes, encabezada por el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino, se notificará a las autoridades colombianas sobre esta situación.
«En esa reunión vamos a notificar a nuestros homólogos y a Cancillería que estos acuerdos no se están cumpliendo, y verificaremos con ellos qué situaciones se están dando para que ellos no cumplan con lo que se comprometieron con Panamá», afirmó Gozaine.
En la cita del viernes también se pedirá a las autoridades de Colombia que «se haga el esfuerzo» de avisar a los migrantes sobre las condiciones extremas de la selva y lo peligroso que es cruzarla.
«Lamentablemente la mayoría de los migrantes que entrevistamos hoy nos dicen que ellos no tienen conocimiento de que es un trayecto tan difícil», argumentó la alta funcionaria panameña.
Migrantes en las estaciones migratorias de Darién han relatado a Efe que han visto morir a compañeros de viaje en la selva, y también han denunciado que son víctimas de delincuentes que cometen asaltos y violaciones contra ellos.
Ya el pasado 26 de agosto la directora de Migración informó de que entre «800 y 900» migrantes estaban llegando diariamente a la provincia panameña de Darién, por encima de los 650 pactados con los autoridades colombianas para el mes de agosto, por lo que valoró entonces que el acuerdo se estaba «respetando parcialmente».
Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica para miles de migrantes procedentes de todas partes del mundo que cada año viajan hacia Norteamérica en busca de una mejor vida.
En los últimos años este flujo migratorio, que llega a Panamá sobre todo a través del Darién, lo componen mayoritariamente haitianos, muchos procedentes de Chile y Brasil, países donde se habían afincado años atrás.
El ministro panameño de Seguridad afirmó el jueves pasado que en lo que iba del año más de 70.000 migrantes en tránsito habían cruzado el país, una cifra que tildó de «récord», registrada en medio de una crisis migratoria que afecta a varios países del continente americano.
Pino reiteró que Panamá da un «manejo de carácter humanitario» a los migrantes y por eso aplica el plan de «flujo controlado», que implica asistencia médica, alimentaria y la toma de datos biométricos a estos viajeros en tránsito.
Este esquema de flujo controlado se aplica desde 2016 en coordinación con Costa Rica, tras una crisis de migrantes cubanos en la frontera común.
Panamá, dijo este lunes Gozaine, igual que Colombia está recibiendo muchos migrantes en tránsito, pero «cumplimos nuestro compromiso con Costa Rica», destacó.
El Gobierno de Panamá ha sostenido que la migración irregular que se dirige a Norteamérica debe ser entendida y tratada como un asunto regional y por ello ha promovido encuentros de alto nivel que conlleven a soluciones conjuntas.