Trabajo en el hogar para mujeres aumentó con la llegada de teletrabajo y educación virtual.
Por Revista Summa
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL, la pandemia del COVID-19 generó un retroceso de más de una década en los niveles de participación laboral de las mujeres en la región, más allá de los efectos físicos de la enfermedad, es la población más afectada a nivel económico y social.
La ansiada equidad de género se ha visto golpeada por el COVID-19, millones de mujeres alrededor del mundo luchan por mantener sus trabajos, al mismo tiempo que tuvieron un aumento significativo en su doble jornada, es decir, su trabajo
formal aumentó, pero su trabajo doméstico al llegar a casa o trabajar desde casa, también creció significativamente.
Para Karina Cabrera, consultora en temas de género de la firma Assertive Consulting Group, los aspectos culturales y sociales, pasan una cara factura a las mujeres. “La asignación de roles sociales y obligaciones impuestas a la mujer, como la cuidadora, la encargada del bienestar, la organizadora del hogar, han dificultado su desarrollo profesional. Esto ha hecho que, en el contexto del teletrabajo, las clases virtuales y desde mucho antes, las mujeres no puedan dedicarse o enfocarse en su carrera. Como consecuencia, se hace más complicado superarse, crecer y aumentar sus ingresos para dar mejores condiciones de vida a sus hijos”, destaca.
Y es que contratar mujeres tiene múltiples beneficios para las empresas, según el estudio “Cuando las mujeres lideran las empresas ganan”, de la reconocida firma S&P Global, las compañías con directoras financieras femeninas fueron más
rentables y generaron un exceso de beneficios de 1,8 billones de dólares. Además, las que tienen directoras ejecutivas y directoras financieras mujeres obtuvieron un rendimiento superior en el precio de las acciones en comparación con el promedio del mercado.
La investigación también reveló que las entidades con mayor diversidad de género en su junta directiva eran más rentables y grandes que las empresas con baja diversidad de género. Incluso evidenció que, en los 24 meses posteriores a sus nombramientos, las directoras ejecutivas vieron un aumento del 20% en el impulso del precio de las acciones, mientras que las directoras financieras vieron un aumento del 6% en la rentabilidad y un rendimiento de las acciones un 8% mayor.
Acciones para propiciar la equidad de género en el trabajo y el hogar
El año pasado se registró una fuerte salida de mujeres de la fuerza laboral, quienes, por tener que atender las demandas de cuidados en sus hogares, no retomaron la búsqueda de empleo, según el Foro Económico Mundial (FEM). Un 56,9% de las mujeres en América Latina y un 54,3% en el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que se prevé un mayor efecto negativo en términos del empleo y los ingresos por causa de la pandemia.
Ante este panorama, los expertos de Assertive Consulting Group recomiendan un abordaje educativo y práctico que empodere a mujeres, pero que también concientice a hombres.
“Las empresas deben comenzar por educar y romper esquemas educativos en sus colaboradores, debemos crear espacios de educación sobre la doble jornada de las mujeres y concientizar a las parejas de su responsabilidad en las labores del
hogar. Las mujeres difícilmente pueden hacer networking en eventos o actividades, pues deben salir directo a sus casas a atender a sus hijos, este es por ejemplo un escenario donde el apoyo familiar y de pareja es indispensable”, destaca Karina Cabrera.
Por tanto, Assertive recomienda crear espacios que faciliten las labores y descarguen a las mujeres de los temas del hogar mientras trabajan, como por ejemplo lugares de cuido de niños dentro de las organizaciones, facilidades y comodidades para el cuidado personal como el ejercicio o alimentación sana, la salud, así como mayor comprensión y colaboración en ese doble rol de madres y profesionales en el teletrabajo.
“Como sociedad, se deben generar oportunidades de diálogo y discusión que permitan que las mujeres conozcan sus derechos, se empoderen y exijan espacios, beneficios y condiciones que reconozcan su aporte, de manera que la brecha de equidad se vaya cerrando de forma acelerada” destacó Cabrera. Assertive Consulting Group propone también diversas opciones de capacitación, asesoría y entrenamiento para que las empresas cuenten con políticas claras y definidas para la equidad de género. “Para atraer el mejor talento, las organizaciones necesitan espacios seguros para mujeres, condiciones adecuadas y políticas de compensación correctas. Es cada vez más necesario brindar esas posibilidades y ser una opción laboralmente atractiva para el recurso humano, de ahí que diseñamos todo un portafolio de cursos, capacitaciones y asesorías dedicadas al tema de equidad de género”.
A nivel de cada nación, el Foro Económico Mundial (FEM) destaca además que se debe transversalizar la perspectiva de género en todas las políticas de recuperación de los países. Se requieren acciones en el ámbito de las políticas fiscales, laborales, productivas, económicas y sociales, que protejan los derechos de las mujeres alcanzados en la última década, que eviten retrocesos y que enfrenten las desigualdades de género en el corto, mediano y largo plazo.
“Es un reto que debemos asumir como agentes económicos, sociedad e individuos, la equidad de género es un tema que nos atañe y afecta a todos, desde la convivencia sana y feliz de nuestras familias, hasta en las proyecciones de desarrollo de cada país”, explicó la experta de Assertive Karina Cabrera. La equidad de género, más allá de una búsqueda de dar ventaja a las mujeres
FEM, en su informe Global Gender Gap (Informe de la Brecha Global de Género), concluyó que la pandemia ha revertido el progreso global en el logro de la igualdad entre hombres y mujeres. La brecha global de paridad de género actual es de un 68%, según el informe de este año, que analizó 156 países. Esto es medio punto porcentual menos que el año anterior. A este ritmo, se necesitarán 133,4 años para lograr la paridad global entre hombres y mujeres.
En Latinoamérica, además, las mujeres han sido parte crucial de la primera línea de respuesta a la pandemia. Estudios de CEPAL revelan que un 73,2% de las personas empleadas en el sector de la salud son mujeres, quienes han tenido que enfrentar una serie de condiciones de trabajo extremas, como largas jornadas laborales, que se suman al mayor riesgo de contagiarse del virus. Todo esto en un contexto regional en el que persiste la discriminación salarial, pues los ingresos de las mujeres que trabajan en el ámbito de la salud son un 23,7% inferiores a los de los hombres del mismo sector.
“Cuando hablamos de equidad de género especialmente en espacios laborales, no nos referimos a dar ventajas a las mujeres, sino igualar la cancha y crear condiciones para que las dobles jornadas, las diferencias salariales, el apoyo logístico para el cuido y labores en el hogar, sean justas para ellas. Estas cifras y múltiples investigaciones demuestran que efectivamente, el género femenino ha sido tradicionalmente sobreexplotado, y en condiciones de emergencia como la actual está siendo aún más golpeado”, destaca Cabrera.