Las autoridades migratorias hondureñas han comenzado a recibir un masivo flujo de extranjeros.
Por EFE
La región de Trojes, en el oriente de Honduras, se ha convertido en una nueva ruta que migrantes africanos, cubanos y haitianos están utilizando para seguir hacia el norte con el objetivo de llegar a EE.UU., algunos después de hacer escalas en varios países suramericanos.
Desde hace muchos años, la ruta usada por los migrantes, de los que muchos cruzan Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Colombia y todo Centroamérica, para entrar a Honduras ha sido la del departamento de Choluteca, en el sur del país, fronterizo con Nicaragua.
HAITIANOS LA MAYORÍA DE MIGRANTES QUE LLEGAN A HONDURAS
Pero este año, las autoridades migratorias hondureñas han comenzado a recibir un masivo flujo de extranjeros, en su mayoría, por lo general en pequeños grupos familiares, que no han tenido el mejor recibimiento en el municipio de Trojes, departamento de El Paraíso, donde no disponen de un verdadero centro de atención para migrantes.
Una fuente del Instituto Nacional de Migración (INM) en Tegucigalpa dijo a Efe que del 1 de enero al 19 de abril pasados habían ingresado de manera irregular, solamente por Trojes, 1.505 migrantes, de los que 1.048 son de Haití
Agregó que hay unos 300 haitianos que están a la espera de una cita migratoria, lo que supone agilizar la salida del país de manera legal.
Esa cita consiste, según constató Efe en Trojes y Choluteca, en la aplicación de una multa equivalente a 200 dólares, que los migrantes pagan en un banco por haber ingresado de manera irregular al país, por «puntos ciegos», a través de traficantes de personas, también conocidos como «coyotes», quienes no siempre los llevan hasta la frontera con Guatemala.
La situación no es fácil, principalmente para los migrantes que tienen problemas económicos, lo que los obliga a permanecer en territorio hondureño hasta que pueden pagar la multa.
TROJES NECESITA UN CENTRO DE ATENCIÓN AL MIGRANTE
«Los migrantes están entrando a Trojes por puntos o pasos ciegos, si lo hicieran legalmente tendrían que pasar por este punto de aduana, como lo hacen todos los centroamericanos que vienen de Nicaragua o van para ese país», dijo escuetamente a Efe Elmer Valdivia, un oficial del INM en el punto fronterizo.
Agregó que la obligación del INM en el punto fronterizo de Trojes es atender a los migrantes y brindarles la información que requieren, pero que si vienen sin documentos, se les regresa a Nicaragua, su último lugar de procedencia.
Otra fuente del INM, en Trojes, señaló a Efe que la institución fue rebasada con la llegada de tantos migrantes, para los que no hay un centro de atención como tienen otras ciudades como Tegucigalpa, la capital, en el centro del país, o Choluteca, en el sur.
Algunos de los 1.084 migrantes haitianos que llegaron a Trojes se alojaron en centros facilitados por organizaciones humanitarias, entre ellas varias iglesias, y otros en hoteles de la comunidad.
Autoridades municipales, la Comisión Permanente de Contingencias (COPECO), iglesias y personas particulares, se han sumado a brindar atención a los migrantes, aunque no ha sido la mejor por falta de espacios físicos y otros requerimientos, agregó la misma fuente.
Señaló además que el flujo de extranjeros por el sector de Trojes se ha incrementado luego de la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su anuncio de medidas a favor de los migrantes.
LA ONU HACE LABOR DE SEGUIMIENTO CON LOS MIGRANTES
La coordinadora residente de las Naciones Unidas en Tegucigalpa, Alice Schackelford, indicó a Efe que el organismo desde hace varios meses está haciendo un trabajo de seguimiento a la situación migratoria en Trojes a través de una red humanitaria con otras instituciones socias.
Schackelford, quien habló con Efe en Trojes el miércoles, dijo que se trabaja en apoyo a la institucionalidad y la sociedad civil en la comunidad, donde se está viendo «una concentración de personas y movilidad humana que está intentando llegar al norte».
Añadió que se trata de una movilidad que por ahora en Trojes se ha disuelto, no solo de Haití, sino también de otros países.
El día que Schackelford y la misión que la acompañaba llegaron a Trojes ya no había ni un haitiano, de los que muchos pasaron por las oficinas del INM para cumplir con el pago, por ley, de la multa de unos 200 dólares, lo que les permite que puedan seguir con su aventurado viaje.
La alta funcionaria de las Naciones Unidas enfatizó en que «hay una movilidad humana en esta parte del mundo» y que «es una realidad» que hay más personas intentando llegar a Estados Unidos .
Señaló además que este tipo de situaciones se tienen que manejar en países como Honduras, que también está fortaleciendo un sistema seguro para responder a lo que demandan los derechos humanos de los migrantes, pensando a mediano y largo plazo.
En Trojes también se está discutiendo sobre tener un albergue organizado, con todas las condiciones, «porque, naturalmente, las personas que estuvieron aquí, estuvieron en condiciones no aceptables», recalcó Schackelford.