La cultura organizacional define a las empresas o entidades, las hace diferentes en comparación con otras.
Por Revista Summa
A raíz de la pandemia la práctica de trabajar bajo una dinámica remota se incrementó en Costa Rica y en el mundo y, llegó para quedarse. Muy probablemente en el año 2021 muchas empresas continuarán operando bajo esta modalidad, ya sea al 100%, o bien, con escenarios híbridos. Se sabe que el teletrabajo aporta grandes beneficios a la compañía, al colaborador e incluso, al núcleo familiar, sin embargo, si no se opera de forma adecuada, también podría ser un potencial componente de afectación a la cultura organizacional que identifica a los colaboradores con la entidad.
A continuación, Amanda Arias Hernández, máster en Capital Humano y coordinadora de los cursos de Recursos Humanos de la Universidad Fidélitas, detalla algunos aspectos valiosos para promover la cultura organizacional en la nueva normalidad:
1. Comunicación: Las jefaturas deben mantener una comunicación clara y constante, procurando momentos clave en las reuniones para realizar actividades innovadoras que funcionen para recordar los valores institucionales y estimular las buenas prácticas.
2. Socialización virtual: Fomentar espacios destinados a la comunicación informal, o sea, lapsos en los cuales los compañeros puedan conectarse para conversar de temas varios que no sean precisamente del ámbito laboral. Estos periodos de interacción son fundamentales para generar vínculo, integración, trabajo colaborativo y lealtad en el individuo.
3. Políticas empresariales: Es clave tener políticas y técnicas de seguimiento precisas y congruentes con la cultura organizacional (sin llegar al control excesivo). Esto permitirá un trabajo enmarcado en los valores y las prácticas de la empresa. Las políticas son un conjunto de condiciones y prácticas que alinean los comportamientos, las decisiones y las tareas ejecutadas desde los hogares.
4. Liderazgo real: Un aspecto importante para promover el compromiso de los colaboradores hacia la organización tiene que ver con el conocimiento que el líder debe tener sobre su equipo de trabajo y con el apoyo de la oficina de Talento Humano, se podrán determinar maneras para conseguir el apreciado “engagement” (compromiso) que la entidad busca. La empresa también debe ser coherente y actuar en pro del bienestar integral de los sujetos, porque al aumentar el sentido de pertenencia en una persona, indudablemente, estará dispuesta a recorrer la milla extra sin titubeos ni evasivas.
5. Celebraciones: Tener una cultura de celebración de hechos relevantes y logros evitará el sentirse aislado. En este caso se recomienda un calendario con aspectos como cumpleaños, graduaciones, nacimientos de hijos, etc., pero también aquellos relacionados con la institución como: aniversarios corporativos, cumplimento de metas empresariales, cierre exitoso de negociaciones, cifras altas en las ventas, resultados sobresalientes de desempeño, entre otros.
La cultura organizacional define a las empresas o entidades, las hace diferentes en comparación con otras, le introduce el ADN y la personalidad que los fundadores o propietarios seleccionaron para el negocio y se logra mantener a través de los años por medio de la contratación de colaboradores que muestran una compatibilidad de valores. Por lo tanto, no es factible permitir que situaciones atípicas o de crisis, lleguen a socavar el esfuerzo realizado para mantener la esencia de la compañía. Esto implica un gran desafío para los líderes, sin embargo, si el esfuerzo no se hace, las consecuencias podrían ser desastrosas.