Si resulta exitoso, será el primer aterrizaje de la NASA en Marte desde Curiosity (2012).
Por EFE
El viaje de casi siete meses de la Tierra a Marte de la sonda espacial Perseverance terminará este jueves con un desafiante intento de aterrizaje en el planeta rojo que nadie podrá seguir en tiempo real por la diferencia de comunicaciones de 11 minutos entre ambos planetas.
El éxito o fracaso del «peligroso aterrizaje» mantendrá en suspenso a la agencia espacial estadounidense NASA durante los «siete minutos de terror» entre la llegada del vehículo espacial a la fina atmósfera marciana y la superficie de ese planeta.
Este rover, de 6 ruedas y unos 3 metros de largo, tendrá que defenderse solo durante esos minutos de la difícil maniobra de descenso y además durante el retraso de comunicaciones de 11 minutos con el Laboratorio de Propulsión de la NASA (JPL) en California en caso de emergencia.
José Antonio Rodríguez Manfredi, responsable ante la NASA de una pequeña estación meteorológica a bordo del Perseverance, dijo este miércoles a Efe que los aterrizajes en Marte son «muy complejos porque todo tiene que ser automático por el retraso de las comunicaciones».
«Es peligroso, el vehículo es muy pesado, muy grande y hay que depositarlo suavemente», manifestó el científico español.
«En menos de 7 minutos pasa de 20.000 kilómetros por hora a ser depositado sobre la superficie, y todo eso funcionando de manera automática. El ordenador que tiene a bordo lo tiene que controlar todo», precisó.
Aseguró que aunque «muchas cosas pueden fallar, la NASA tiene mucha experiencia».
Si resulta exitoso, será el primer aterrizaje de la NASA en Marte desde Curiosity (2012) y se sabrá en algunos minutos, y en caso opuesto, el silencio hablará por sí mismo.
Además de las comunicaciones, el desafío de este vehículo espacial, el quinto de la NASA que aterrizará en el planeta rojo (este jueves a las 15.48 hora del este estadounidense, 20.38 GMT), es el lugar escogido para hacerlo.
La sonda realizará el aterrizaje en un área «peligrosa»: el cráter Jezero, que se cree fue el lecho de lago y por tanto sería rico en microorganismos fósiles.
«Tratamos de ir un punto en concreto muy particular del cráter, cerca de un delta de un río y muy relativamente cerca hay unos acantilados. Cualquier variación en la trayectoria en los vientos, por ejemplo, podían meternos dentro de esos acantilados y eso sería complicado», explicó Rodríguez Manfredi.
Allen Chen, líder de entrada, descenso y aterrizaje de la sonda, aseguró hoy en rueda de prensa que las condiciones para mañana son «favorables», con apenas algunas nubes, y que Perseverance «está programado para finalizar el trabajo» independientemente que lo puedan ver o escuchar.
UNA CAJA DE SORPRESAS
Con esta adversidad a la vista, la NASA señaló que busca responder a la «gran pregunta básica: ¿Estamos solos en el universo?».
De paso, Perseverance allanará el camino para posibles misiones humanas a Marte tras una exploración de más de medio siglo desde que el primer sobrevuelo del Mariner 4.
El vehículo descenderá en el antiguo supuesto lago y delta, en una zona de acantilados escarpados, dunas de arena y campos de rocas que tal vez sustentó vida microbiana en el pasado.
Perseverance es una caja llena de sorpresas, entre ellas micrófonos, que por primera vez captarán el sonido de Marte, y un esquelético helicóptero de cuatro patas y menos de 2 kilos conocido como Ingenuity.
Con unos 130 kilos más de peso que Curiosity, especialmente por los taladros que perforarán las piedras para extraer en unos tubos del tamaño de unos cigarros una treintena de muestras, Perseverance está dotado, entre otros, de cámaras, la estación meteorológica MEDA a cargo de Rodríguez Manfredi y hasta una potencial fábrica de oxígeno, conocida como MOXIE.
«Tiene muchos ojos (25 cámaras, 2 en el helicóptero) y tiene hasta oídos, tiene dos micrófonos», precisó el experto.
Detalló que incluso MEDA tiene otra cámara «que va a apuntar al cielo permanentemente y vamos a ver cómo se mueve las nubes y cómo el polvo se eleva».
En ese sentido manifestó que uno de los principales objetivos de MEDA es el estudio del polvo de Marte que tiene partículas muy finas y juegan un papel importante en la atmósfera y puede afectar mucho a los astronautas y a los sistemas que los apoyan.
MEDA es un conjunto de sensores que medirán también temperatura, velocidad y dirección del viento, presión y humedad relativa.
Sobre si el Perseverance se encontrará en Marte con Curiosity, que todavía está subiendo al Monte Sharp y registró su día 3.000 en Marte a principios de este año, Rodríguez Manfredi dijo que no.
FÁBRICA DE OXÍGENO
Perseverance además brindará la oportunidad de experimentar la producción de oxígeno en otro planeta, explicó Jeffrey Sheehy, jefe de la Dirección de Misiones de Tecnología Espacial.
El ingeniero mostró una pequeña caja dorada que servirá para convertir el dióxido de carbono atmosférico marciano en oxígeno.
Sheehy dijo que de lograrlo, «aumentarán la escala» de MOXIE, el instrumento diseñado para ello, en futuros viajes tripulados a Marte para la respiración de los astronautas y como propulsor de cohetes para regresar a la Tierra.
Cuando la nave quema combustible requiere de oxígeno para consumirlo.
Producirlo evitaría la carga de los tanques de oxígeno, que representan el mayor peso en los vuelos espaciales, además de ocupar un valioso espacio en la nave.
MOXIE transformará el dióxido de carbono, que compone en un 96 % la atmósfera marciana, en oxígeno.
Perseverance y todos estos instrumentos aterrizarán este jueves después de un vuelo de más de 472 millones de kilómetros iniciado en julio pasado desde Florida.
De tener éxito sería la quinta sonda espacial de la NASA en suelo marciano desde Sojourner (1997), Spirit y Opportunity (2004), y Curiosity (2012).