Latinoamérica fue la región en desarrollo más golpeada por la crisis sanitaria en materia de inversión.
Por EFE
La inversión extranjera directa, afectada por la pandemia de COVID-19, se desplomó un 42 % a nivel global en 2020, indicó hoy la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad), que no vislumbra una recuperación de este indicador hasta 2022.
Las inversiones exteriores, que en 2019 habían sumado 1,5 billones de dólares (1,2 billones de euros), se contrajeron en el pasado ejercicio hasta los 859.000 millones de dólares (706.000 millones de euros), una cifra hasta un 30 % inferior al mínimo que se había registrado en 2009, con la crisis financiera global.
Para 2021, el organismo mantiene anteriores pronósticos en los que vaticinaba una caída de la inversión foránea de entre el 5 % y el 10 %, señaló en rueda de prensa para presentar estos datos el director de Empresas e Inversiones de Unctad, James Zhan.
RECUPERACIÓN MÁS LENTA QUE LA DE LA ECONOMÍA GENERAL
«La inversión extranjera directa probablemente tendrá una recuperación en forma de U, más lenta que la del comercio exterior y el PIB globales, que se espera se recuperen en V, ya que los proyectos de inversión internacionales suelen reaccionar a las crisis con cierto retraso», analizó el experto.
La contracción de la inversión afectó especialmente a los países desarrollados, donde cayó un 69 % hasta alcanzar su peor nivel en 25 años, mientras que en las economías en desarrollo la bajada fue de sólo el 12 %.
Esta desigual tendencia implicó que el porcentaje de las inversiones en los países en desarrollo creciera hasta totalizar el 72 % del total global (616.000 millones de dólares o 506.000 millones de euros), la tasa más alta de la que se tiene registro.
Por regiones, la Unión Europea fue una de las zonas donde el desplome fue mayor, en torno al 70 %, hasta sumar 110.000 millones de dólares (90.000 millones de euros).
«De las 27 economías de la UE, 17 vieron como caía la inversión extranjera, incluyendo Alemania, Italia, Austria y Francia, aunque la dirigida a Suecia se dobló, y la de España creció un 52 %», destacó Zhan.
En el caso español, el experto indicó que el crecimiento se debió a varias grandes adquisiciones de empresas españolas por rivales extranjeros.
Un ejemplo fue la compra de un 86 % la firma de telefonía MásMóvil por 2.800 millones de dólares (2.300 millones de euros), a cargo de un consorcio formado por los fondos estadounidenses Providence, KKR y Cinven.
AMÉRICA LATINA ESPECIALMENTE GOLPEADA
Latinoamérica fue la región en desarrollo más golpeada por la crisis sanitaria en materia de inversión, ya que este indicador cayó un 37 % en 2020 para sumar 101.000 millones de dólares (83.000 millones de euros), debido según Zhan a la dependencia de la región en industrias relacionadas con materias primas, ya debilitadas en años anteriores a la pandemia.
Mientras en Brasil la inversión exterior cayó un 46 %, bajó un 76 % en Perú (país especialmente afectado por la parálisis de nuevos flujos de capital en el sector minero), un 49 % en Colombia, un 47 % en Argentina y un 21 % en Chile.
En la región sólo México registró un descenso relativamente bajo, del 8 %, gracias en parte a ganancias derivadas de reinversiones, aunque la industria automovilística nacional se vio especialmente golpeada, con una caída de las inversiones del 44 %.
En África el descenso de la inversión fue algo menor, del 18 %, aunque fue Asia el continente que mejor capeó el temporal, con una bajada de sólo el 4 % el pasado año, por lo que concentró más de la mitad de las inversiones foráneas (476.000 millones de dólares, o 391.000 millones de euros).
China, una de las pocas grandes economías que creció en 2020 (un 2,3 %), incluso vio crecer su inversión con respecto a 2019, un 4 % hasta los 163.000 millones de dólares (134.000 millones de euros).
Ello se debió entre otros factores a las políticas de apoyo a la entrada de capital extranjero aprobadas tras los confinamientos, que en ese país duraron menos que en otras latitudes.
En la India también creció la inversión, un 17 % hasta los 57.000 millones de dólares (46.000 millones de euros), beneficiándose ese país de la inyección de capitales en la economía digitalizada.
En Estados Unidos el indicador cayó a la mitad (-49 %), hasta sumar 134.000 millones de dólares (110.000 millones de euros), perjudicado por la caída de las inversiones de importantes socios como Reino Unido, Alemania y Japón.
DESCONFIANZA A LA HORA DE ENTRAR EN NUEVAS ECONOMÍAS
Las inversiones «greenfield» (primera entrada de una empresa en un país extranjero), buen indicador de perspectivas futuras, sumaron 547.000 millones de dólares (449.000 millones de euros) el pasado año, un 35 % menos que en 2019.
Este año «los inversores seguirán siendo cautos», concluyó Zhan, quien subrayó que la progresiva recuperación del indicador dependerá de factores como las campañas de vacunación, las nuevas oleadas de COVID-19, los programas estatales de recuperación ante la crisis y la situación, ahora frágil, en grandes mercados emergentes.