Los representantes de las distintas cámaras empresariales resaltaron que la cuarentena no es la única vía para hacer frente al nuevo coronavirus.
Por EFE
El sector privado de Panamá rechazó este martes la nueva cuarentena para frenar el avance descontrolado de la covid-19, consideró que llevará a la quiebra a centenares de empresas y pidió al Gobierno que presente un plan «coherente y estructurado» para hacer frente a la pandemia.
«No podemos bajo ninguna perspectiva aceptar que la cuarentena es la dirección correcta, debemos identificar como país medidas efectivas que permitan mejores resultados, reduzcan la incertidumbre y detengan el deterioro del sector productivo formal», dijeron la treintena de cámaras representadas en el Consejo Nacional de la Empresa Privada (Conep).
«El virus no se va a ir, tenemos que convivir con el virus», afirmó el presidente del Conep, Julio de la Lastra, en una conferencia virtual en la que destacó que la recuperación económica «no solo es importante para la empresa privada y los trabajadores sino también para el Estado».
Los representantes de las distintas cámaras empresariales resaltaron que la cuarentena no es la única vía para hacer frente al nuevo coronavirus, y se quejaron de que han sido ignoradas las propuestas que en ese sentido han presentado al Ejecutivo de Laurentino Cortizo prácticamente desde que comenzó la pandemia.
Panamá, un país de 4,2 millones habitantes que acumula 233.705 casos de la covid-19 y 3.892 muertos, vive desde noviembre un fuerte repunte de la pandemia que ha llevado al límite al sistema sanitario y que las autoridades están enfrentando con nuevos confinamientos.
Las medidas restrictivas más severas regirán durante las dos primeras semanas de enero en las provincias de Panamá, donde está la capital, y la contigua Panamá Oeste, las más pobladas y también las más afectadas por el nuevo coronavirus.
CAMBIO DE RUTA
El Conep pidió al Gobierno que «implemente una estrategia integrada, coherente y viable que conjugue las variables sanitarias, económicas y sociales, donde las acciones una vez implantadas permitan al país salir de la crisis» que enfrenta.
La crisis alegada por los empresarios queda patentada en las cifras oficiales de desempleo, del 18,5 % hasta octubre, la mayor tasa en 20 años, e informalidad (52,8 %), y un derrumbe del 20,4 % del producto interno bruto (PIB) entre enero y septiembre.
«Luego de diez meses de paralización del sector productivo establecer una nueva cuarentena generará un continuo deterioro del sector productivo formal, el cierre definitivo de operaciones de cientos de empresas, empleos perdidos y aumento de la informalidad», alertaron las patronales en un comunicado.
Los sectores no esenciales de la economía de Panamá fueron cerrados en marzo pasado, con lo que se aplicaron mecanismos como la suspensión de contratos privados (más de 270.000 según las cifras oficiales), y tras un accidentado proceso se permitió su reapertura a mediados de octubre pasado.
Pero las autoridades han reconocido que la reactivación ha sido mucho más lenta de lo esperado, con poco más de 100.000 contratos reactivados en los últimos meses, mientras que los sindicatos denuncian que los derechos de los trabajadores han sido vulnerados.
Los empresarios exigieron este martes al Gobierno «presentar de manera urgente el Plan de reactivación económica al país, informar sobre el cronograma de aumento de capacidad del sistema de salud para los próximos treinta días y el plan de vacunación» ante la expectativa de que las primeras dosis llegaran en el primer trimestre de 2021.
«La gran pregunta es después» del 14 de enero, cuando culminará la cuarentena total de 14 días impuesta en las provincias de Panamá y Panamá Oeste, «qué va a pasar? Y durante el cierre, qué se va hacer, cuáles son los resultados que buscamos con esta medida en particular? Necesitamos un plan estructurado y coherente y eso no lo tenemos», dijo el dirigente.
El sector privado también pidió «ser consultado y ser parte activa en la toma de decisiones» en materia «jurídico -laboral y en temas de reactivación económica que pueda impactar la sostenibilidad de las empresas y las fuentes de empleo».
«No pretendemos co-gobernar, pero permítannos aportar», afirmó el presidente del Conep.