En febrero del 2019 Costa Rica lanzó su plan de descarbonización para cumplir la meta en el 2050 de ser un país totalmente descarbonizado.
Por EFE
La implementación del Plan Nacional de Descarbonización de la Economía le brindará a Costa Rica beneficios netos por US$41.000 millones al año 2050, especialmente en las áreas de transporte y el uso de la tierra, reveló este martes un estudio.
La investigación «Costos y beneficios de la descarbonización de la economía de Costa Rica», realizada durante 2 años, fue presentada en un evento virtual por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en conjunto con la Corporación RAND, la Universidad de Costa Rica y el Gobierno de este país.
Según el análisis, el plan proporcionaría US$78.000 millones en beneficios entre los años 2020 y 2050, mientras que el costo alcanzaría los US$37.000 millones, para un beneficio neto de US$41.000 millones.
«Es altamente relevante que tengan un estudio que diga que es costo efectivo aplicar la descarbonización de la economía. Es un estudio único que marca una pauta a nivel internacional para abordar estos nuevos paradigmas de desarrollo sustentable y la transformación tiene que ser justa, y ahí es donde creo que está el reto», destacó el director de Medio Ambiente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Rodolfo Lacy.
Como resultado de la metodología, el reporte generó 3.003 escenarios posibles, según beneficios y costos netos y las emisiones totales al 2050. En este caso, solamente en 21 futuros posibles (0,70 %) no se tendrían beneficios económicos.
«En febrero del 2019 Costa Rica lanzó su plan de descarbonización para cumplir la meta en el 2050 de ser un país totalmente descarbonizado, eso para reducir y contrarrestar el riesgo de la crisis climática, pero también como un mecanismo de desarrollo social, humano, económico y acompañando que se perpetúe la madre tierra y la biodiversidad», afirmó el presidente costarricense, Carlos Alvarado.
SECTORES PRINCIPALES
Los sectores evaluados en el informe fueron movilidad y transporte, sistema de electricidad, edificios, industria, gestión de residuos, agricultura, ganadería y soluciones basadas en la naturaleza.
Sin embargo, los dos sectores dominantes que permitirán reducir las emisiones serían transporte y agricultura y ganadería. En el caso del primero en las ciudades, las intervenciones urbanas y en movilidad darían 19.000 millones de dólares.
Estos beneficios vienen de ahorrar energía al electrificar el transporte, la reducción de accidentes, la mejora en la competitividad ligada a la reducción de la congestión vial y la reducción de los impactos económicos de la contaminación del aire sobre la salud.
Además, según el reporte, es crucial que el Gobierno desarrolle políticas que apoyen el transporte público, el uso de la bicicleta, los desplazamientos a pie y las tecnologías de cero emisiones para el transporte público, privado y de carga.
Por su parte, en el tema territorios rurales, los servicios ecosistémicos que prestan los bosques como productos forestales, los beneficios asociados al recurso hídrico y suelos, el apoyo al turismo y al patrimonio cultural, así como la mejora de los rendimientos agrícolas «superan con creces las inversiones», explicó la ministra de Ambiente y Energía, Andrea Meza.
Aunado a esto, existe un gran potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante las líneas de acción del transporte de carga, industria y residuos; y los beneficios son de escala similar a los costos.
Por ejemplo, hay beneficios significativos debido a la mejora de la eficiencia económica y a la reutilización de los residuos sólidos y líquidos, pero las inversiones necesarias también son cuantiosas.
Sin embargo, las actividades que reducen las emisiones y aumentan su captura, como una mejor gestión de los bosques o una mejor gestión del estiércol, también pueden restaurar muchos de los servicios ecosistémicos perdidos en los últimos años.
El Gobierno costarricense lanzó el Plan de Descarbonización de la Economía en febrero del 2019 ya que asegura que el modelo económico actual, basado en la quema de combustibles fósiles, es insostenible y tiene efectos concretos en la economía y en las poblaciones.