La pandemia ha dado un duro golpe al ecosistema de Mipymes de la región, no obstante, los empresarios siguen en pie de lucha para acomodarse a la nueva normalidad.
POR Carolina Barrantes, Jenny Lozano, Luis Solís y Alejandra Soto
8 de cada 10 empresas micro, pequeñas y medianas de la región ha experimentado serias disminuciones en sus ventas y amenazas a su subsistencia durante esta pandemia, según pulsos de la Federación de Cámaras de Comercio del Istmo Centroamericano (Fecamco), que incluso sostiene que si la situación no mejora pronto muchas quebrarán.
“Medidas de rescate tomadas por los gobiernos y las empresas grandes en favor de las mipymes son importantes, como el reacondicionamiento de deuda, creación de fondos de avales, créditos con mejores tasas de interés e incentivos al comercio online, entre otras. Han ayudado a que miles sobrevivan, pero la realidad es que aún con ese apoyo, muchas van a tener que cerrar”, indica David Cabrera, director ejecutivo del Centro Regional de Promoción a la Mipyme (Cenpromype).
Las del sector turismo y comercio no esencial son las más afectadas y comparten el plazo de recuperación más largo. Acelerar la reactivación económica puede llegar a mitigar la destrucción que se produjo en los meses pasados, pero se requiere de un sólido compromiso del gremio para cumplir con los protocolos establecidos, en aras de que los sistemas de salud no colapsen ni se vuelva al parón económico que hemos experimentado, reconoce el directivo.
Las mipymes en Guatemala son consideradas el tejido empresarial más importante del país, representan el 99% del parque empresarial, generan aproximadamente el 80% del empleo y el 40% del Producto Interno Bruto (PIB). De acuerdo con Enrique Cabrera, asesor del viceministerio de Desarrollo de la Mipyme, a raíz de la pandemia la informalidad se ha extendido y se calcula que para finales de 2020 aumentará entre 2% y 3%.
“Una de las debilidades institucionales es poder verificar realmente cuántas tienen necesidad de que las apoyemos económicamente y con servicios de desarrollo empresarial, así como para identificar cuáles son sus problemas coyunturales. Básicamente, ahora necesitan poder vender y para ello era importante abrir la economía para que la gente compre, pero adicionalmente, algunas necesitan materia prima y reabastecer sus inventarios. Por allí va a ir enfocado el apoyo para que puedan volver a producir y crear un nuevo stock para salir adelante”, añade.
Para lograr que el sector se re- genere y mantenga los empleos, el gobierno guatemalteco dispuso de US$51,9 millones para las mipymes, monto que está en proceso para su ejecución. Asimismo, cuenta con US$32,5 millones para la protección de capitales (ya se ejecutó el 80%) y con US$354,5 millones autorizados al Crédito Hipotecario Nacional (CHN) que se están otorgando por medio de bancos, cooperativas y entidades financieras, con tasas de interés que no pasen del promedio pasivo del sistema financiero.
«Otra forma de apoyo es el empleo de plataformas digitales como “Cómprale a la mipymes”, donde podrán en forma gratuita ofrecer sus productos y servicios, lo que ayudará a reducir el impacto económico del cierre temporal de negocios debido a la crisis del COVID-19. Este marketplace o sitio de comercio electrónico nació con el objetivo de facilitarles un canal de venta digital, brindándoles la oportunidad de comercializar sus servicios o productos a nivel nacional e internacional. Además, estamos trabajando con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para iniciar su proceso de digitalización», destaca el funcionario.
En El Salvador, una encuesta de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAPYME) sobre el impacto de la pandemia en el sector reveló que 5 de cada 10 negocios han tenido que cerrar sus operaciones y necesitan capital de trabajo para reactivarse. Mientras, están a la espera de ayuda gubernamental o de cooperantes internacionales para superar la coyuntura y muchas han recurrido a refinanciamientos para salir adelante con sus compromisos con proveedores y las obligaciones salariales.
Paul Steiner, presidente de la organización, asegura que la institución presentó a la Asamblea Legislativa un pliego de propuestas que deben ser analizadas por la Comisión de Finanzas, incluida la Ley de Insolvencia o Ley de Quiebra. Dicha normativa daría tiempo y soporte jurídico a las empresas para renegociar con sus acreedores.
La apertura de un fondo de recuperación de US$60 millones, otorgados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) a los países del Sistema de Integración Centroamericano (SICA), se recibe como un soplo de esperanza. “Estamos organizando, a través de bancos intermediarios, financieras y cooperativas, que las personas que están buscando financiamiento para su negocio puedan comenzar a solicitar ya la aplicación”, señala Steiner.
Prepararse para un cambio
Rosa Lacayo, gerente del área de Seed by EY, explica que en Honduras el gobierno y diferentes organizaciones están poniendo en mar- cha programas de capacitación y apoyo que permitan a las mipymes migrar hacia la digitalización, cambios en el modelo de negocio y las ventas en línea, factores vitales para su reinvención y éxito.
“Para el mejoramiento de la economía nacional es indispensable que se apoye a la pequeñas y medianas empresas y que reactiven sus actividades, cuidando siempre las medidas de bioseguridad y los protocolos sanitarios”, sostiene.
“Si quieren sobrevivir y retomar la senda del crecimiento deben cambiar la forma de llegar al consumidor y la forma en la que brin- dan sus bienes y/o servicios. Esta crisis ha demostrado la importancia y beneficios del comercio electrónico, por lo que deben explorar herramientas de marketing digital para expandir su alcance y llegar a nuevos segmentos y mercados”, sentencia José Miguel Alfaro, gerente senior del área de Seed by EY.
Según explica, la tecnología, el internet y las redes sociales, que ya son de uso constante en el día a día de los hondureños, se deben aprovechar mejor como espacios ideales para que den a conocer su oferta y la promocionen a un menor costo. “También deben estudiar y adaptarse a las tendencias de consumo del hondureño, que han cambiado, lo cual implica analizar si aún existe una de- manda a corto y mediano plazo para sus productos y/o servicios. En caso contrario, deben migrar hacia otro nicho o mercado y reformular su propuesta”, puntualiza.
Ayuda
La actual pandemia por la COVID-19 llegó a agravar la situación ya de por sí seria que enfrentan los emprendimientos y negocios en Nicaragua, que han visto mermadas sus operaciones por la crisis sociopolítica surgida desde mediados del 2018.
La situación ha llegado a tal punto que lanzaron un llamado de auxilio, en abril pasado, para que el gobierno impulse las medidas necesarias para frenar el deterioro social y económico de la nación. Solicitan una reducción del 20% en las tarifas de energía eléctrica, la suspensión temporal del cobro de todos los servicios básicos por un periodo de al menos seis meses y la reducción de la carga tributaria, sin que todavía haya acuerdo al respecto.
En Costa Rica, el gremio aboga por poder ganar licitaciones de compra pública. Andrés Chavarría, director ejecutivo de Pymes de Costa Rica, apunta que las instituciones de gobierno compran bienes y servicios por millones de dólares para atender la crisis, las cuáles deberían ser licitadas a mipymes locales para mejorar el flujo de dinero y que de esa manera puedan seguir estando operativas. Es enfático al decir que “eso sería una clara acción de pasar del dicho al hecho y ayudar directamente a empresas que son el corazón de la economía nacional”. Victoria Hernández, ministra de Economía, Industria y Comercio de Costa Rica, señala que su cartera trabaja en diferentes áreas para aliviar la carga que está soportando el empresariado por la pandemia. Uno de los pilares es la elaboración de protocolos para que más de 22 sectores puedan continuar con sus actividades, sin poner el riesgo la salud de sus colaboradores y clientes.
En cuanto a financiamiento, el ministerio apostará por recursos del Sistema de Banca de Desarrollo, a los cuales tienen acceso las distintas entidades financieras del país, y están explorando la mejor herramienta para otorgar microcréditos, haciendo énfasis en plataformas digitales que garanticen una mayor cobertura.
Adicionalmente, impulsa programas de capacitación para que las mipymes puedan acoplarse a las nuevas exigencias del mercado.
“Tenemos a disposición material en nuestras redes sociales y página web en temas muy variados, entre los que cabe destacar el comercio electrónico, como un punto muy importante para el éxito de las empresas”, enfatiza Hernández.
Por su parte, Carlos Peña, presidente de la Cámara Nacional de Pymes en Costa Rica, aboga por la evolución e innovación tecnológica: “Todos los empresarios debemos preguntarnos dónde están las trabas para la transformación digital y cuáles son las soluciones. No nos podemos esperar a que todo vuelva a como era antes porque eso no es posible. Lo que corresponde es trabajar y avanzar en la digitalización de la empresa, ahora, sin más demora”. Comenta además que uno de los desafíos que tiene el sector es acceder al crédito bancario, ya que la normativa del sistema financiero es tan estricta que impide a muchas empresas acceder a los recursos, aunque los bancos tengan liquidez para prestar.
En el caso de Panamá, las mipymes representan aproximadamente el 90% del parque empresarial y generan cerca del 70% de los empleos a nivel nacional, según datos del Ministerio de Comercio e Industrias de ese país. Para su rescate se cuenta con un fondo de US$150 millones, destinado préstamos con tasas blandas, a un plazo de 84 meses.
La iniciativa permite que emprendedores, comerciantes, artesanos, agroindustrias rurales, abarroterías y tiendas, entre otros negocios con menos de 24 meses de actividad, puedan optar a créditos de entre US$5.000 y US$25.000. Asimismo, pequeñas empresas que tengan más de dos años de operar pueden solicitar préstamos desde los US$25.000 hasta US$100.000, incluidas las de servicios como comercio en línea, turismo, restaurantes y fondas.
Entretanto, a las medianas empresas dedicadas al turismo, industrias y otras actividades económicas se les otorgarán préstamos de US$100.000 a US$250.000, según detalla la Autoridad de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Ampyme).
El gobierno panameño también impulsa el programa de “Banca de Oportunidades”, dirigido exclusivamente a los microemprendedores nuevos o que se están reinventando. Contempla capacitación, acompañamiento y financiamiento por US$20 millones, a través del Banco Nacional y Caja de Ahorros, para brindar préstamos de entre US$2.000 y US$5.000.
Sumado a lo anterior, se presentarán dos iniciativas ante la Asamblea Nacional para reducir los impuestos que deben pagar las mipymes este año y para aumentar el capital semilla no reembolsable de US$1.000 a US$2.000.
¿Por qué rescatar a las MIPYMES?
1.Son la columna vertebral de las economías, un factor clave para crear riqueza, diversificar la estructura productiva y crear crecimiento inclusivo.
2. En América Central hay registradas más de 1.200.000 y representan cerca del 99% del parque empresarial.
3.Contribuyen en más del 40% al PIB en las economías emergentes.
4. Aportan 9 de cada 10 puestos de trabajo.
5. De los miles de empresarios que podrían perder sus negocios, no se sabe cuántos emprenderán nuevas aventuras. Probablemente, sean pocos por el simple hecho de que no solo perderían su inversión, sino quizás también sus ahorros y lo más seguro es que queden endeudados.
6. La resiliencia y el espíritu de lucha de los empresarios les ha permitido sortear una maraña de obstáculos y no dejan de luchar.
7.Tendrán un papel esencial que desempeñar en la creación de empleos necesarios para absorber a los recién llegados al mercado laboral en los próximos años.