Guatemaltecos y extranjeros podrán ingresar vía aérea presentando una constancia de que están libres de la COVID-19.
Por Xinhua
Guatemala y El Salvador reabren sus fronteras hoy y mañana, respectivamente, tras cerrarlas desde marzo pasado ante la pandemia de la enfermedad del nuevo coronavirus (COVID-19), a medida que Centroamérica ha comenzado una flexibilización gradual de las restricciones de viajes.
Los gobiernos de los dos países vecinos anunciaron la semana pasada la apertura de las fronteras terrestres y aéreas, con algunas obligaciones para los viajeros, después de observar en las últimas semanas una tendencia a la baja de contagios confirmados.
En Guatemala, el país centroamericano más poblado con 17 millones de habitantes, este viernes se reabrieron los pasos fronterizos y se reanudaron los vuelos comerciales en el aeropuerto internacional La Aurora, tras su cierre el 17 de marzo como medida para contener el virus.
Guatemaltecos y extranjeros podrán ingresar vía aérea presentando una constancia de que están libres de la COVID-19, mientras que por las fronteras terrestres se solicitará la prueba negativa sólo a personas de otros países, según el protocolo anunciado el jueves por las autoridades de salud.
La Dirección General de Aeronáutica Civil esperaba que la terminal aérea en la capital del país reciba hoy, en el primer día de apertura, 450 pasajeros de cuatro vuelos comerciales desde ciudades de Estados Unidos y aviones privados.
Guatemala abrió fronteras en un momento en que acumula más de 83.000 casos confirmados y 3.000 fallecimientos por la COVID-19, números que suponen la segunda peor cifra de contagios y la mayor cantidad de muertes entre países de Centroamérica, después de Panamá.
En los últimos días, el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, y las autoridades sanitarias han reiterado que los contagios y los decesos diarios han mostrado una tendencia en descenso durante las últimas semanas.
«Si todos nos protegemos vamos a poder lograr que la curva siga estancándose o bajando, pero tenemos muchísimo riesgo de presentar otro pico de la epidemia si nos descuidamos», dijo el jueves la ministra de Salud, Amelia Flores, en conferencia.
El gobierno guatemalteco afirmó tras el anuncio, hecho el pasado 10 de septiembre, que la reapertura de fronteras era un punto clave para la reactivación gradual del sector turístico, afectado tras seis meses de restricciones por la pandemia.
«Es cabalmente la apertura de las fronteras lo que nos va a permitir eventualmente comenzar a tener visita tanto de guatemaltecos que viven en otros países como de personas extranjeras», indicó el comisionado presidencial para el combate de la COVID-19, Edwin Asturias, tras darse a conocer la disposición.
Por su parte, El Salvador preparaba la reapertura de sus fronteras terrestres y del aeropuerto en la capital para mañana sábado, después de que las cerró a partir de la segunda semana de marzo dentro de las medidas tomadas por el gobierno para evitar la propagación del virus.
El gobierno del presidente Nayib Bukele decidió reanudar vuelos comerciales y abrir las fronteras terrestres del país, con 6,6 millones de habitantes, en un momento en que suman cuatro semanas de una «reducción sostenida» de los casos confirmados.
Al igual que Guatemala, las autoridades exigirán a los extranjeros que entren vía aérea una prueba PCR negativa a la COVID-19, mientras que a los salvadoreños se les sugerirá tener el certificado o quedar sujetos a tamizaje tras muestreos aleatorios en el aeropuerto.
El Salvador reportaba un acumulado de más de 27.000 casos confirmados y 800 decesos, sin que las autoridades notaran un incremento de contagios tras la reapertura económica comenzada el 24 de agosto, según el Ministerio de Salud.
«A todos nos ha costado tener el control (…) Debemos cuidar los resultados y que no se incremente», señaló el pasado miércoles el ministro de Salud, Francisco Alabi, en entrevista televisiva.
Guatemala y El Salvador reabren fronteras después de que Honduras, Costa Rica y Panamá comenzaron a dar pasos desde agosto para reanudar, en algunos casos de forma limitada, los vuelos comerciales, uno de los sectores más golpeados por las restricciones.
Según el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), las medidas para contener la pandemia llevaron a una disminución de 90 por ciento del tráfico aéreo en la región, considerada como la que tiene una mayor integración comercial en América Latina.