Panamá ya había iniciado el pasado 13 de mayo un tímido reinicio de algunos sectores de su economía.
Por AFP / Fotografía Luis Acosta
El gobierno de Panamá anunció este martes la apertura de nuevos sectores económicos, paralizados por la COVID-19, y la flexibilización de medidas de cuarentena para contener el virus, pese a presentar el mayor número de muertos y contagios de toda Centroamérica.
«Hemos decidido que a partir del día lunes 1 de junio se pueda iniciar la apertura del segundo bloque de actividades económicas», dijo en conferencia de prensa la ministra de Salud, Rosario Turner.
Panamá ya había iniciado el pasado 13 de mayo un tímido reinicio de algunos sectores de su economía, al permitir las ventas al por menor, realizadas en operaciones de comercio electrónico, la pesca industrial y la reapertura de talleres de mecánica, repuestos y servicios técnicos.
En esta segunda fase se permitirá la reactivación de la construcción, la minería no metálica y la industria. Además, se podrán realizar cultos religiosos y actividades deportivas bajo ciertas condiciones de aislamiento social.
Hace dos semanas, el ministro de Economía y Finanzas, Héctor Alexander, advirtió que la economía panameña tendrá este año una contracción «bastante importante» de por lo menos 2% por el impacto de la pandemia.
El izquierdista Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales, que aglutina a sindicatos y organizaciones populares, acusó al gobierno de ceder a la presión de los empresarios y de jugar a «la ruleta rusa» con la salud de los trabajadores ante la posibilidad de un rebrote del virus.
Turner también anunció un toque de queda a partir del lunes desde las 12H00GMT a las 10H00GMT, una medida que flexibiliza la cuarentena actual, donde hombres y mujeres sólo podían salir dos horas diarias en días diferentes.
Esta disposición no incluye actividades de tipo social, cultural, festivas o recreativas. Además será obligatorio el uso de mascarillas y medidas de distanciamiento físico.
Las nuevas reglas se deben a que «se han cumplido los dos objetivos fundamentales» de no colapsar el sistema sanitario y «tener unas tasas de letalidad inferiores a lo que se ha visto en otras latitudes», señaló Turner.
La apertura se produce pese a que en Panamá 313 personas han muerto y cerca de 11.500 personas han sido contagiadas por la COVID-19, las cifras más altas que ha presentado hasta la fecha un país centroamericano.
«No significa que hemos ganado la batalla» porque el nuevo coronavirus «llegó para quedarse», avisó Turner.