El nuevo grupo se convertirá en líder del mercado británico.
Por Revista Summa
La española Telefónica y el estadounidense Liberty anunciaron este jueves la fusión de sus operadores británicos O2 y Virgin Media, creando un gigante valorado en 38.000 millones de libras (43.400 millones de euros) que amenaza el dominio de British Telecom.
Se trata de una de las operaciones de fusión-adquisición más importante desde la irrupción de la pandemia del nuevo coronavirus, que ha paralizado la economía planetaria desde hace semanas.
«Estamos creando un competidor fuerte, con una escala significativa y con fuerza financiera para invertir en infraestructuras digitales en Reino Unido», afirmó el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, citado en un comunicado.
«La joint venture, participada al 50% por ambas compañías, unirá a Virgin Media, propietaria de la red de banda ancha más rápida del Reino Unido, y a O2, la mayor plataforma móvil del país», indicó el texto.
El valor de la empresa creada con esta fusión «está estimado en alrededor de 38.000 millones de libras, incluyendo las sinergias», precisó Telefónica en una presentación destinada a los analistas.
Telefónica estima el monto de las sinergias en 6.200 millones de libras, dado que «O2 se valora en 12.700 millones de libras y Virgin Media en 18.700 millones de libras», agrega el texto.
El grupo español había confirmado el lunes informaciones adelantadas por la prensa sobre las negociaciones en torno a esta operación para acercar O2, operador móvil, y Virgin Media, compañía más diversificada y presente en el sector móvil, internet y cable.
«Sentido estratégico»
O2 es uno de los pocos operadores con una red móvil propia en el Reino Unido. Cuenta con un total de 34 millones de clientes, incluyendo varios millones procedentes de operadores virtuales que alquilan su red, como Tesco Mobile.
Virgin Media, adquirida en 2013 por Liberty Global, el grupo del multimillonario John Malone, cuenta con 6 millones de clientes por cable y 3,3 millones en telefonia móvil.
Esta unión podría amenazar al número uno del mercado británico de las telecomunicaciones, British Telecom, altamente endeudada y con unos resultados financieros en declive en los últimos años.
«La operación tiene sentido estratégico. O2 (…) ofrece sólo servicios de telefonía móvil mientras que Liberty presta servicios de banda ancha, telefonía fija y televisión. Por tanto, su unión supone crear a una teleco integrada que será una fuerte competencia para BT, líder del sector hasta ahora», estiman los analistas de Bankinter en un comunicado.
Según ellos, el nuevo grupo se convertirá en líder del mercado británico «con una cuota de mercado del 34% frente al 32% de BT».
La fusión podría repercutir en otro actor de peso en el mercado, Vodafone, que a principios de 2019 anunció un refuerzo de su alianza en infraestructura de redes con O2 para incluir el 5G.
«Liberty Global realizará un pago en efectivo a Telefónica por importe de 2.500 millones libras (2.900 millones de euros) para igualar la participación en la joint venture», explicó Telefónica en la presentación a los analistas.
La transacción «debe permitir reducir la deuda neta de Telefónica de 5.500 a 5.800 millones de libras (6.300 a 6.600 millones de euros), indicó el grupo español, cuya colosal deuda es un grave problema desde hace años.
A finales de marzo, la deuda neta alcanzaba 38.200 millones de euros.
Telefónica anunció a finales de 2019 una reorganización drástica de sus actividades, concentrándose en sus mercados más dinámicos (España, Reino Unido, Alemania y Brasil) y aislando en una filial sus actividades en el resto de América Latina.
El grupo, que publicó en paralelo sus resultados financieros, prevé para 2020 «un impacto limitado como consecuencia de la covid-19 y mantiene el dividendo».
El beneficio neto disminuyó un 56% a 406 millones, un resultado que justifica por unos tipos de cambio desfavorable o la comparación negativa con el primer trimestre de 2019, donde la sociedad se aprovechó de elementos excepcionales.
La facturación reculó un 5%, especialmente por la depreciación del real brasileño respecto al euro.