En muchos hogares se vicen las primeras etapas de transformación.
Por Cristina Cubero, Directora Capital Humano Deloitte Costa Rica
El distanciamiento social ha impulsado el acercamiento virtual como un gran dinamizador del presente y el futuro. Las organizaciones, en un esfuerzo creativo y bajo la presión del entorno, están rediseñando sus estrategias y muchas de ellas tienen factores en común, estructuras más ágiles y canales digitales.
La fuerza del COVID 19, más que impulsar el teletrabajo, está rediseñando la dinámica de vida, dándonos una nueva normalidad que incluye mucho más que el trabajo y se extiende al aprendizaje, la diversión y el bienestar.
En muchos hogares se vicen las primeras etapas de transformación. Dos, tres o más personas tienen su rutina de vida y trabajo en línea, de forma simultánea, generan un aumento en el uso de plataformas de streaming, y en general, canales de entretenimiento o aprendizaje. Las complejidades surgen en consecuencia.
Es momento entonces, de revisar los protocolos de “vida familiar virtual” sobre, todo, en momentos de cuarentena en casa. Así la “netiqueta” o etiqueta virtual también tiene un lugar preponderante.
Algunos consejos para la “netiqueta” familiar son:
Analice los “públicos internos” de su familia: Similar a la oficina, en la familia existen personas con diferentes estilos de trabajo, personalidades y gustos. Varias generaciones trabajando y viviendo juntas con una alta demanda de tiempo para los niños y adultos mayores. Podrían tener incluso personal de asistencia. No olvide incluir a sus mascotas en el mapeo.
Aplique un “clima laboral” y genere normas: Una idea clave es organizar una reunión de “clima laboral en la casa” y gestionar el trabajo en equipo. Se debe incorporar en esta sesión a todos los miembros de la familia, entendiendo la dinámica y necesidades de cada miembro del grupo. Se debe consensuar cómo serán las “reglas” en la casa virtual, incluidos los horarios de alimentación y coordinación con otras tareas del hogar.
Al igual que en la empresa, pueden pautar el uso de audífonos, controlar el tono de voz, notificar cuándo se tendrá una videoconferencia o se requiere un mayor espacio de silencio, la distribución de recursos, espacios y tiempos.
Active espacios presenciales o compartidos: Organice e incluso potencie espacios de familia, realizando rutinas de ejercicio virtuales o compartir alguna película o juego. Se debe impulsar la colaboración en preparación de alimentos y otras tareas misceláneas y de paso reforzar la igualdad en casa. Diseñe su “plano de oficinas” dando espacios de privacidad- tipo estaciones de llamadas- y espacios colectivos
Genere una red de apoyo: Destine tiempos comunes para compartir y escuchar, cómo se siente cada miembro del hogar y cómo podemos mejorar la vida en estos días. Las empresas deben reforzar las campañas de consejos ahora que tienen más trabajadores por más tiempo en nuevos entornos laborales.
Las acciones preventivas como bajar la conglomeración de personas en espacios físicos, sin duda generan una enorme protección y freno al COVID 19, disminuyen la necesidad de traslados y de riesgo, pero implican ajustar otra serie de protocolos como la vida en familia en el mundo virtual.