La adopción acelerada de la IA generativa también ha tenido sus pros y contras.
Por Revista Summa
Pocas innovaciones tecnológicas han experimentado un ritmo de adopción tan vertiginoso desde su inicio, como los desarrollos basados en la inteligencia artificial generativa.
Esta forma de IA se centra en crear contenido original basado en datos de entrenamiento. Los modelos de IA aprenden de la estructura, las características y las relaciones dentro de los datos de entrenamiento y luego utilizan ese conocimiento para producir resultados nuevos y originales.
Según el Foro Económico Mundial, la automatización ha contribuido a la disminución de 75 millones de puestos de trabajo, pero al mismo tiempo ha contribuido a la creación de 133 millones de posiciones laborales.
La adopción acelerada de la IA generativa también ha tenido sus pros y contras, como lo comenta Diego Esquivel, director de Tecnologías Creativas de la empresa Publicis Global Delivery (PGD), quien enumera cinco lecciones aprendidas de IA Generativa en su adopción temprana:
1. Estamos en la cúspide o hype: Es decir, en el más alto nivel de expectativa ante un acontecimiento disruptivo. Esta etapa se podría extender por un largo periodo debido a que impacta una gran diversidad de áreas en la vida humana. Muchos temas apenas están tomando forma y se empiezan a acomodar
2. IA no roba puestos de trabajo, los transforma: Los procesos de automatización cada vez son más relevantes para operaciones repetitivas. La IA nos permite enfocarnos en tareas más estratégicas y de pensamiento, sacándonos de tareas de manufactura.
3. Aprender y aprender: Hay que aprender sobre el tema, estar preparados para anticipar y reaccionar oportunamente a los cambios.
4. El factor humano es fundamental: A pesar de que la barrera del lenguaje se ha superado, todavía hay un componente de semántica y razonamiento humano que las máquinas no pueden emular. Se requiere intervención humana a través de todo el proceso.
5. Implica una responsabilidad ética: El derecho y la tecnología no avanzan a una misma velocidad. Las legislaciones tienen un desfase con respecto al surgimiento de nuevas tecnologías, y mientras esos vacíos se llenan, la ética es lo único que nos queda para no afectarnos de forma negativa.