Una buena práctica para las empresas este año es aprender las lecciones que dejó la pandemia.
Por Revista Summa
La logística está viviendo un proceso de cambio y crecimiento impulsado por el comercio electrónico, la integración de canales físicos y virtuales, la economía colaborativa y las entregas instantáneas, factores disruptivos que se acentuaron ante las restricciones de la pandemia generada por el COVID-19.
Al facilitar la continuidad de la vida diaria en las ciudades con la distribución de alimentos, bienes necesarios y otros productos, la logística urbana ha permitido que, por ejemplo, el 37 % de los compradores en línea en América Latina realizaran -y recibieran- su primera compra en línea durante la pandemia, de acuerdo con una encuesta elaborada por Google y Kantar (2020).
Si se tiene en cuenta, además, que el comercio electrónico representará casi la mitad (43%) del crecimiento total de las ventas en retail de Latinoamérica hacia 2025, según el estudio ‘El futuro de retail 2021-2025’ de Google y Euromonitor, las empresas en la región deben entender que la logística también hace parte fundamental para cumplir las expectativas del consumidor empoderado que espera recibir sus pedidos en la puerta de su casa con rapidez y eficiencia.
“Ahora la pregunta no es si una empresa debe ofrecer entrega a domicilio, sino qué tan rápido puede hacer la entrega bajo los mejores estándares de calidad y, por supuesto, pensando siempre en satisfacer al consumidor final. Esto es lo que va a jugar como factor de diferenciación entre productos pues la inmediatez se ha vuelto una expectativa más de los consumidores”, asegura Daniel Rodríguez, CEO de Picap, una startup que con su producto Pibox desarrolla tecnología para automatizar procesos logísticos y hoy en día cuenta con más de 10 mil empresas aliadas a lo largo de América Latina.
Más allá de pensar en la logística del futuro con la impresión 3D, los drones o los autos autónomos -que América Latina aún ve lejos-, estas son las cinco buenas prácticas de logística que las empresas en la región deberían implementar este año:
- Aprender de la pandemia
Una buena práctica para las empresas este año es aprender las lecciones que dejó la pandemia. No solo hay que entender que la tecnología es un dinamizador y motor de recuperación para la economía, sino también que el comportamiento del consumidor cambió y ahora busca experiencias de compra más útiles, relevantes y rápidas. Estos factores están demostrando que los servicios logísticos son una prioridad para todo tipo de empresas por lo que resulta fundamental reaccionar a tiempo a las necesidades de marcas, socios y clientes en la post pandemia.
- Todo bajo demanda
Como muchos modelos de negocio propios de la economía digital que se adaptan a las necesidades de las personas, en la logística también es posible implementar modelos flexibles y personalizados que se ajusten a las necesidades de las empresas. Plataformas, sitios de almacenamiento y medios de transporte, incluso software, son algunos de los elementos de la cadena logística que se pueden pagar solo cuando se usan.
- Tecnología al servicio de la logística
El comercio electrónico cambió la dinámica de la logística al tener que adaptarse a las ventajas que ofrece la tecnología. Las buenas prácticas se pueden encontrar en la implementación de Inteligencia Artificial y aprendizaje autónomo –machine learning- que ayudan a automatizar procesos logísticos y de almacenaje, además de minimizar errores humanos y maximizar la eficiencia y rentabilidad al llevar operaciones de bodega, carga y distribución de manera remota; en el Big Data que permite adaptar las operaciones logísticas teniendo en cuenta condiciones meteorológicas, de tráfico, demandas y preferencias de los clientes relacionadas, por ejemplo, a un servicio de última milla.
Por su parte, también se encuentra la robotización que a través de sistemas inteligentes diseñados para ejecutar labores de fuerza física facilita funciones de bodegaje y almacenamiento como abastecimiento y descarga, tareas de inventariado, clasificación de artículos, empaque, entre otras. Además, cabe destacar al Blockchain como una tecnología que permite mejorar la seguridad, la transparencia y la eficiencia en el intercambio de información en el ámbito logístico.
- Optimizar el almacenamiento
Parece obvio pero el almacenamiento optimizado de productos y mercancías no solo reduce los tiempos de abastecimiento e inventarios, sino que también reduce los tiempos de preparación de las órdenes y, por tanto, de las entregas, con lo que se cumple la promesa de inmediatez hacia el cliente final. Contar con un espacio de almacenaje flexible, escalable y competitivo es posible mediante software de automatización en logística inteligente que no solo permite la contratación temporal del espacio sino también la potenciación de procesos internos para el adecuado flujo de la mercancía.
- Una logística sostenible
La creación de cadenas de logística respetuosas con el medio ambiente es un aspecto cada vez más importante para el mundo en que vivimos. Por eso, las buenas prácticas aquí están relacionadas con estrategias efectivas para lograr ese objetivo como el uso de medios de transporte sostenibles; software y tecnología que permita optimizar rutas para reducir el tiempo o kilometraje en las operaciones y volumen para minimizar el número de vehículos que se necesitan; así como la utilización de la superficie y estructura de bodegas que permitan la instalación de paneles solares, entre otras.
En definitiva, el futuro a corto plazo de la logística para las empresas no solo está en optimizar los procesos logísticos y lograr desarrollar espacios de almacenamiento eficientes en términos de calidad, tiempo y respuesta, sino también en entender el impacto de la tecnología en la cadena de suministro y las dinámicas del consumidor que dejó la pandemia.