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Xiomara Castro asume un nuevo reto para sacar del poder a Hernández en Honduras

Nov 24, 2021 | En la Mira, Noticias de Hoy

Revista SUMMA
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Contra Xiomara Castro no hay denuncias sobre corrupción, pero el mandato de su marido sí fue salpicado por delitos asociados a ese flagelo.

Por EFE

La candidata presidencial Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre) y esposa del expresidente Manuel Zelaya, apuesta por tercera vez por sacar del poder al gobernante Partido Nacional, que lleva tres períodos consecutivos, dos de ellos con Juan Orlando Hernández como presidente.

«Ya solo quedan unos días para que seamos libres, para que inicie la refundación de la patria, para que dejemos atrás la pobreza y la violencia», dijo Castro, a quien algunos sondeos daban como ganadora al cerrar su campaña electoral el domingo en Tegucigalpa.

En su lucha por sacar al oficialismo de la Casa Presidencial, Castro es respaldada por la Unión Nacional Opositora de Honduras (Unoh), liderada por Salvador Nasralla, con quien en octubre hizo una alianza de hecho, solamente para la fórmula presidencial. Para apoyar a Castro, Nasralla declinó concurrir por tercera vez para convertirse en presidente del país.

La Unoh aglutina a los partidos Salvador de Honduras, fundado por Nasralla, y el Innovación y Unidad-Social Demócrata, que en principio buscaba la presidencia con la diputada Doris Gutiérrez.

A Castro también se le sumó el candidato independiente Milton Benítez, quien también renunció a buscar la presidencia, lo mismo que militantes de otros partidos que dicen que, por esta vez, votarán por ella, para sacar del poder a Hernández y su partido.

TERCER INTENTO EN BUSCA DEL PODER

Castro conoció de las interioridades del poder cuando fue primera dama de la nación acompañando a su marido, quien fue derrocado en junio de 2009, siete meses antes de finalizar su mandato de cuatro años.

Entonces, quizá Castro no se imaginó que podría buscar la presidencia del país, mucho menos con un nuevo partido, Libre, que surgió en 2011 luego del derrocamiento de Zelaya, quien fue presidente bajo la bandera del centenario Partido Liberal.

Castro comenzó a curtirse en política encabezando en las calles protestas para exigir la restitución de su esposo después del golpe de Estado, en un intento fallido que incluso le costó el rechazo de algunos grupos conservadores.

En una de esas manifestaciones, Castro llegó al municipio de El Paraíso, departamento del mismo nombre, donde empresarios y el cura párroco de entonces (italiano) le pidieron que se fuera, que no la querían ver ahí porque le estaba «haciendo daño a Honduras».

Su primer intento en busca de la presidencia fue para las elecciones de noviembre de 2013, con la bandera roja y negra de Libre, cuyo coordinador general es su esposo.

En esos comicios también participó Nasralla como candidato del Partido Anticorrupción (Pac), que fundó en 2011.

Las elecciones las ganó el Partido Nacional, con Juan Orlando Hernández como presidente. Castro y Nasralla dijeron, por separado, que ganaron ellos, pero que les hicieron «fraude» y «robo».

Esos comicios serán recordados porque rompieron con el bipartidismo de un siglo de los partidos Nacional y Liberal, y convirtieron a Libre y el Pac en nuevos inquilinos del Parlamento.

Para las elecciones de 2017, Castro y Nasralla repetían, en principio separados, como candidatos a la presidencia del país.

Pero en mayo de 2017 Castro le cedió su candidatura a Nasralla, como parte de una Alianza de Oposición contra la Dictadura, de la que también fue parte el Pinu-Sd.

Fue el segundo intento fallido, porque de nuevo ganó Hernández, en una polémica reelección, lo que no permite la Constitución bajo ninguna modalidad, y nuevas denuncias de «fraude» en una nación cuya pobreza estaría superando el 70 % de sus 9,5 millones de habitantes.

AHORA SÍ «SE VAN»

Una interpretación del Supremo le dio luz verde a Hernández para que buscara la reelección en unos comicios empañados por múltiples irregularidades durante un prolongado escrutinio, entre el descontento de Nasralla y Castro, que adujeron que les habían «robado» las elecciones de nuevo con «fraude».

Eso agudizó la crisis política y social que Honduras arrastraba desde el golpe de Estado de 2009, que ha continuado hasta ahora, con Castro en su tercer intento por ser presidenta de Honduras.

Según Castro, quien promueve una Asamblea Nacional Constituyente, ahora sí «se van» los inquilinos que ha tenido la Casa Presidencial en los últimos doce años, como dijo a pocas horas de que entrara en vigor, el martes, el silencio electoral.

«Tienes la opción de dejar las cosas como están o apostar a un cambio», enfatizó la líder de Libre que busca ser la primera mujer presidenta de un país conservador, machista, sin cultura política y donde ninguno de los partidos goza de plena credibilidad.

Contra Xiomara Castro no hay denuncias sobre corrupción, pero el mandato de su marido sí fue salpicado por delitos asociados a ese flagelo, lo que él siempre ha negado.

K

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