El informe también advierte sobre el riesgo de que la expansión de la IA profundice las brechas digitales.
Por EFE
La inteligencia artificial generativa (IAG) está generando una presión creciente sobre los recursos energéticos e hídricos del planeta, pero los modelos más pequeños y eficientes pueden suponer un ahorro de hasta el 90 %, afirma la Unesco este martes en un informe.
El documento, titulado ‘Más inteligente, más pequeña, más fuerte: IA generativa eficiente en el uso de recursos y el futuro de la transformación digital’, reclama un giro urgente hacia modelos de IAG más pequeños, sostenibles y accesibles.
Según el informe, herramientas como ChatGPT podrían estar consumiendo más de 300 GWh al año, lo que equivale al consumo eléctrico de más de tres millones de personas en países como Etiopía.
Además, destaca el uso intensivo de agua potable por parte de los centros de datos que sostienen estos sistemas, un consumo que podría triplicarse de aquí a 2027 entre las grandes empresas tecnológicas.
Leona Verdadero, experta en IA de la Unesco y coautora del informe, subrayó en declaraciones a EFE dos problemas principales: la escasa información disponible sobre el consumo energético y de agua de estos modelos, y la opacidad que rodea especialmente a los sistemas más grandes, generalmente cerrados.
Una de las metas principales del estudio, explicó Verdadero, fue “arrojar más luz sobre cómo podemos obtener datos concretos sobre el consumo energético de tareas comunes con modelos generativos”.
Para ello, el equipo trabajó con el modelo abierto Meta LLaMA, de 8.000 millones de parámetros, y lo comparó con otros más pequeños, de hasta 30 millones.
“Descubrimos que, en tareas específicas como traducción, resúmenes o preguntas y respuestas, los modelos pequeños ofrecen rendimientos similares y pueden ahorrar hasta un 90 % de energía”, detalló.
El informe también advierte sobre el riesgo de que la expansión de la IA profundice las brechas digitales.
“Los modelos grandes requieren infraestructuras costosas y mucho consumo eléctrico, lo que los hace inaccesibles para comunidades con recursos limitados”, señaló Verdadero.
En cambio, los modelos más pequeños son más asequibles, eficientes y adecuados para contextos con limitaciones tecnológicas.
La Unesco insiste en la necesidad de una mayor transparencia por parte de la industria tecnológica respecto al impacto ambiental de la IA.
“Hay una gran falta de datos sobre la huella ambiental de los modelos de IA”, advierte Verdadero, quien compara esta opacidad con “usar un coche sin saber cuánta gasolina consume por kilómetro”.