La desregulación y los aranceles propuestos por el presidente electo Donald Trump pueden afectar la estabilidad de cadenas de suministro y el medio ambiente.
Por Revista Summa
Tras la victoria de Donald Trump, los mercados financieros en Estados Unidos como el Dow Jones, el S&P 500 y el NASDAQ se dispararon hacia máximos, reflejando un impulso financiero inicial positivo. Sin embargo, este panorama es más complejo de lo que sugieren los números iniciales. Desde la exacerbación de problemas ambientales debido a la desregulación en sectores críticos, hasta la desestabilización de cadenas de suministro globales por su enfoque proteccionista, el nuevo gobierno presenta una serie de riesgos para las empresas norteamericanas. La firma global de Marketing y Corporate Affairs, LLYC, ha profundizado en los posibles impactos de las políticas del nuevo gobierno en su informe “2024 U.S. Election: Impact on Business for the North American Region”, analizando los cambios que enfrentará el sector privado en ámbitos clave como el energético, la salud y el financiero.
En línea con su partido, Donald Trump se prevé que impulse políticas republicanas centradas en la reducción de impuestos corporativos y la desregulación para estimular la manufactura y la inversión dentro del país. Este enfoque abarca la eliminación de restricciones a la energía, salud y manufactura, lo que podría incrementar preocupaciones ambientales y desafíos de sostenibilidad. La falta de inversión en tecnologías verdes y el incumplimiento de regulaciones ambientales también exponen a las industrias a riesgos operativos y de reputación si no se adaptan a estándares internacionales más estrictos.
En el ámbito comercial, la tendencia será hacia una postura proteccionista que buscará modificar acuerdos y aplicar aranceles para impulsar la producción local, siguiendo la política «America First». El aumento potencial de los aranceles en sectores clave como la industria automotriz y textil podría impactar negativamente a las empresas con cadenas de suministro globales o aquellas que operan dentro de América del Norte.
Además, el enfoque aislacionista en las políticas comerciales puede presentar retos adicionales para aquellas empresas que dependen de mercados internacionales, como las firmas tecnológicas y farmacéuticas. Estas empresas, que dependen de la colaboración global y las cadenas de suministro internacionales, podrían encontrar dificultades para mantener sus operaciones y alianzas estratégicas en un contexto global cada vez más fragmentado.
No obstante, ante los cambios que se avecinan en la política exterior estadounidense, el acuerdo del T-MEC garantiza acceso a mercados, establece estándares laborales y ambientales, y fortalece las cadenas de suministro transfronterizas en Norteamérica. Capítulos clave del tratado, como la facilitación aduanera, la protección de inversiones y el comercio digital, proporcionan un marco de estabilidad y seguridad jurídica esencial para los negocios en EE. UU., México y Canadá.
«En un entorno de constante cambio político, el T-MEC representa una garantía de estabilidad y crecimiento para las empresas de Norteamérica. Este acuerdo no solo protege las inversiones y asegura el acceso a mercados clave, sino que también refuerza nuestras cadenas de suministro y establece un marco de colaboración que trasciende las diferencias políticas. Para las empresas, contar con esta certidumbre es fundamental en un contexto de transformación.» añadió Mundo Montes de Oca, Director de Asuntos Públicos en LLYC México.
La victoria de Donald Trump trae consigo impactos que se extenderán a nivel regional y sectorial. Las políticas del partido republicano presentan enfoques contrastantes en áreas clave como la energía, la salud y la regulación tecnológica y contenido regional; sin embargo, el T-MEC se mantiene como un pilar de estabilidad y certidumbre para las relaciones comerciales entre Estados Unidos, México y Canadá. Los riesgos que se proyectan a nivel regional están principalmente relacionados con la incertidumbre comercial, las posibles tensiones en las políticas arancelarias y los cambios regulatorios. Sin embargo, es importante destacar que, a pesar de estos desafíos, existen oportunidades para adaptarse y prosperar.