La empresa aspira a que su fragmentación permita mejorar la gestión de cada uno de sus negocios más importantes.
Por EFE
El grupo nipón Toshiba anunció este viernes su plan para dividirse en tres entidades cotizadas en bolsa, un movimiento dirigido a «maximizar su valor», según su directiva, y que llega después de la batalla por su reestructuración iniciada por inversores activistas.
El conglomerado tecnológico escindirá sus ramas de infraestructuras y dispositivos electrónicos, que pasarán a ser dos compañías diferentes de capital abierto, mientras que Toshiba permanecerá a cargo de activos como su subsidiaria de chips de memoria Kioxia.
El proceso de división de sus negocios en distintas entidades cuyo nombre aún no se ha anunciado se completará a finales de 2023, según anunció hoy la empresa nipona, que lleva años atravesando problemas económicos y protagonizando escándalos financieros y luchas internas de poder.
«Esta es una oportunidad muy grande para nosotros», dijo el CEO de Toshiba, Satoshi Tsunakawa, quien también afirmó que la directiva «ha examinado todas las posibles opciones para maximizar su valor para los accionistas», en una rueda de prensa convocada este viernes para anunciar los planes de la empresa.
Toshiba «ha cambiado de forma y se ha desarrollado conforme cambiaban los tiempos durante unos 140 años», destacó Tsunakawa, quien explicó que la «realineación estratégica» aspira a situar a sus ramas de infraestructuras y dispositivos electrónicos «como líderes en sus sectores».
El conglomerado nipón, que fabrica desde maquinaria para centrales nucleares hasta ascensores, pasando por discos duros o microchips, facturó en ventas el pasado ejercicio fiscal 3.000 billones de yenes (26.000 millones de dólares).
Toshiba también anunció hoy sus resultados financieros para el período abril-septiembre, que corresponde al primer semestre del año fiscal nipón, y en el que registró un beneficio neto de 59.700 millones de yenes (520 millones de dólares), casi dieciocho veces más que un año antes.
La empresa aspira a que su fragmentación permita mejorar la gestión de cada uno de sus negocios más importantes, aumentar la transparencia de sus cuentas e incrementar su valoración bursátil, que viene siendo penalizada por los inversores debido a los problemas que arrastra desde hace años.
El pasado junio los accionistas de Toshiba destituyeron al presidente del consejo de administración y a otro alto ejecutivo, tras la salida de otros dos directivos por el escándalo de confabulación de la cúpula de la empresa en contra de inversores activistas foráneos.
La decisión anunciada hoy se entiende como un nuevo logro de los inversores extranjeros, que controlan aproximadamente la mitad de las acciones de Toshiba, y que venían presionando a su directiva para remodelar la estructura del conglomerado y mejorar la eficiencia de su modelo de negocio.