Para los expertos se trata de una estrategia de mercado para vender la vacuna a precios más altos a los países más ricos, en detrimento de las naciones de menos ingresos.
Por La Estrella
Para poner fin a esta pandemia del SARS-CoV-2, una gran parte del mundo debe ser inmune al virus. La forma más segura de lograrlo es con una vacuna, una tecnología en la que la humanidad ha confiado desde el pasado para reducir el número de muertes por enfermedades infecciosas.
En menos de 12 meses después del comienzo de la pandemia, varios equipos de investigación aceptaron el reto y desarrollaron vacunas que protegen del mortal virus.
Ahora el desafío es hacer que estas vacunas estén disponibles para que todas las personas del mundo reciban la protección necesaria, pero las dosis todavía son demasiado escasas y producidas por pocos laboratorios farmacéuticos.
Desde el inicio, los países del mundo se han disputado el renglón para recibir la inmunización; y en tiempo récord firmaron contratos con los fabricantes, pero sus estrictas cláusulas mantienen ocultos datos como el costo, logística y distribución, que han generado polémica.
La falta de transparencia en las cláusulas y de un cronograma seguro se repiten en diversos países, como Perú, Colombia (aunque estos no han comenzado la vacunación), Panamá y la Unión Europea, donde presionan para que las farmacéuticas mantengan el calendario inicial. Tanto Pfizer como AstraZeneca han anunciado retrasos en la distribución.
Se trata de una situación que está generando tensión, más cuando hay países (como Panamá y otros) que ya aplicaron una primera dosis y tienen un plazo específico para suministrar la segunda dosis, en un panorama donde el virus podría mutar y la campaña no podría resultar.
Confidencialidad de cláusulas en contratos con farmacéuticas
Para el experto de salud pública en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, Jonathan García, esto no es nada nuevo. “Es frecuente que en los contratos entre los sistemas de salud de los países y las farmacéuticas se incluyan cláusulas de confidencialidad”, publicó la BBC News Mundo.
Y es que con la confidencialidad de la información “los laboratorios buscan fraccionar el mercado para poder negociar precios distintos con los distintos países”, lo cual les permite negociar con los países en función de sus recursos, “ofreciéndoles precios más bajos a los países pobres o en desarrollo y exigiendo cantidades más altas a los más ricos”, explicó el especialista.
Citó que, por ejemplo, la vacuna de AstraZeneca tendrá un costo de entre $3 y $4 por dosis (se requieren dos), pero la revelación de este dato es un caso excepcional.
Señaló que en ocasiones también se mantiene en secreto la información de la producción, la logística y las cláusulas de responsabilidad, en donde se estipulan límites a la responsabilidad de los laboratorios en caso de posibles efectos adversos de los medicamentos y que si hay diferencias no las resolverán los tribunales nacionales, sino unas cortes especiales de arbitraje internacional.
Según los especialistas, la confidencialidad de los contratos de las farmacéuticas se basan en los llamados “subsidios cruzados”, una estrategia que consiste en elevar el precio de un producto o servicio a un grupo de clientes. Lo que significa que al poder cobrarles más a los países ricos, las farmacéuticas pueden ofrecer precios más asequibles a los naciones con menos recursos. “Sería más complicado para los laboratorios cobrar precios más altos a los países más ricos si estos pueden observar precios menores para otros países”, sostuvo el economista David Bardey, afirmando que “para que los países más desarrollados paguen más, es mejor que se mantengan ocultos”.
También advirtió que los países más avanzados están adquiriendo muchas más dosis de las que necesitan porque “sus gobiernos tienen una gran presión de su opinión pública”.
García, por su lado, lamentó lo que está ocurriendo porque con una pandemia como la de hoy “uno esperaría que el sistema utilizara mecanismos mucho más transparentes y buscara un esquema más cooperativo”, en lugar de “estar buscando un mercado monopólico y mantener ventajas en los precios. Los medicamentos están disponibles; el problema son los precios”.
Lo que pasa es que “la pandemia se ha caracterizado por la poca solidaridad”, declaró el 26 de enero en TVN, Gerardo Alfaro, representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según Alfaro, en total, en el mundo, hay 50 países vacunando, pero el 75% del total de vacunas ya aplicadas se concentran en 10 países de altos ingresos, por lo que urgió esfuerzos de los gobiernos para que la campaña de vacunación sea igualitaria, para lo que será crucial el programa Covax, con el cual se busca “solidaridad y equidad” en el acceso a vacunas contra la covid-19, iniciando con los países que no tienen otros acuerdos bilaterales. Se tiene previsto iniciar su distribución en la segunda semana de febrero. Panamá ya hizo su solicitud.
Inmunización
La mayor campaña de vacunación de la historia comenzó el pasado 15 de diciembre de 2020. Hasta el 27 de enero de 2021 se han aplicado alrededor de 80,34 millones de dosis de las distintas vacunas contra la covid-19 que hay en el mundo, según los datos de vacunación contra la covid-19 de Our World in Data.
De acuerdo con este mapa, la mayor cantidad de inmunizaciones se ha colocado en Estados Unidos (23,54 millones), China (22,77 millones) , Reino Unido (7,4 millones), Israel (4,25 millones), Emiratos Árabes Unidos (2,76 millones), India (2,03 millones), Alemania (1,99 millones), Italia (1,58 millones), Turquía (1,52), España (1,36 millones), Francia (1,14 millones), Brasil (1,13 millones), Rusia (1 millón), Canadá (886,914), México (652,319), Argentina (318,033), Dinamarca (216,128).
En Panamá solo se han colocado 8,500 dosis, de las 12,840 dosis que recibió el pasado 20 de enero por parte de Pfizer, según datos del Ministerio de Salud (Minsa).
En todo el mundo se registra un total de 100,200,107 casos de covid-19 confirmados. América es la región del mundo que posee el mayor número, es decir 44,471,901, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Panamá ocupa el primer lugar de la lista de países con el mayor número de contagios en Centroamérica y República Dominicana, con 315,400 casos positivos confirmados.