Panamá, donde hay más de 400.000 indígenas, que representan alrededor del 12 % de la población, es pionero en América Latina y el Caribe en reconocer los derechos de los territorios originarios.
Por EFE
Representantes de las siete etnias indígenas de Panamá reclamaron este lunes al Gobierno que atienda su exigencia de más «seguridad territorial» ante la creciente invasión de sus tierras y la «tala indiscriminada» que sufren.
«Queremos seguridad territorial. Por años, hemos estado reclamando y al no obtener una respuesta cada día hay más problemas y confrontación entre indígenas y campesinos», dijo a Efe el cacique general de las tierras Emberá-Wounaam, Elibardo Membache.
Membache es el fiscal de la Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas (Coonapip), que junto a autoridades tradicionales expusieron en una conferencia de prensa que la titulación colectiva de las tierras, la «invasión de colonos» y campesinos a las mismas, y la tala ilegal son problemas de larga data que siguen sin respuesta por parte de las autoridades.
El cacique reclamó que el presidente panameño, Laurentino Cortizo, «se ha reunido con los ganaderos, productores, sindicalistas, docentes, transportistas y otras organizaciones, pero no con las autoridades indígenas en pleno», para tratar sobre «la grave situación» que viven los pueblos originarios.
Es por ello que han dado un plazo de 30 días para que se concrete la reunión con el jefe del Estado, y si «no hay respuesta» de parte de Cortizo, se verán en la «necesidad todos los pueblos indígenas de tomar otras medidas», pues hay «mil formas de protestar», dijo Membache.
En una carta dirigida al presidente panameño, las autoridades tradicionales de 12 territorios indígenas le pidieron una reunión para mantener un «diálogo directo, honesto y respuestas a más tardar en un mes», como destaca el documento.
Los líderes exigieron que se garantice el «derecho al patrimonio» de los pueblos indígenas: «Estamos viendo que al perder los territorios vamos a perder nuestra historia. Nos preocupa que al sol de hoy no hay una dirección con fecha para resolver los problemas», declaró Membache.
«El derecho a la tierra nos corresponde a nosotros, somos los dueños originarios desde hace mucho tiempo y han venido a acapararnos nuestros espacios», concluyó Membache.
En ese sentido el cacique del Pueblo Guna, Rengifo Navas, dijo que los pueblos indígenas creen en el diálogo y están esperando que las instituciones tomen en serio las peticiones que han sido presentadas sobre la titulación colectiva de tierras, las invasiones de colonos y campesinos a tierras indígenas y la tala indiscriminada de los territorios.
«No es posible que sigamos en esta lucha levantando la voz en defensa de nuestro territorio sin respuesta (…) cada vez más los pueblos indígenas pierden su tierra y es más fácil para los foráneos titular tierras que los verdaderos dueños, los indígenas», se quejó Navas.
En Panamá hay siete etnias indígenas Emberá, Wounaan, Guna, Ngäbe, Buglé, Naso y Bri-Bri, agrupadas territorialmente en seis comarcas, emberá-wounaan, guna yala, ngäbe-buglé, madugandí, wargandí y la reciente naso.
Panamá, donde hay más de 400.000 indígenas, que representan alrededor del 12 % de la población, es pionero en América Latina y el Caribe en reconocer los derechos de los territorios originarios. Según la FAO hay una legislación muy avanzada, pero aún así esta población registra los índices más altos de pobreza del país.
Un estudio presentado en 2017 situó en 95,4 % la pobreza multidimensional en la comarca Ngäbe-Buglé, mientras que a nivel nacional el indicador llegó a 19,1 %.