Este proyecto fue convocado a través de una licitación pública, abre la puerta a una medición más objetiva de los daños ambientales y su correspondiente remediación.
Por Revista Summa
El Ministerio de Ambiente (MiAMBIENTE) ha presentado los resultados del proyecto «Diseño y Construcción de un Sistema de Cuenta Ambiental de Recursos Forestales», ambicioso proyecto desarrollado en conjunto con el Centro Internacional de Desarrollo Sostenible (CIDES) y que marca un hito en la gestión sostenible de los bosques del país, al integrar un sistema que valora tanto física como
monetariamente, los recursos forestales.
Benito Russo, director de Política Ambiental de MiAMBIENTE, subrayó la relevancia de este proyecto, destacando que permitirá al país, conocer y valorar integralmente sus recursos forestales. A diferencia de otros sistemas, este no solo evalúa el valor comercial de la madera, sino que también cuantifica los beneficios intangibles que los bosques ofrecen, como la captura de carbono y la mitigación de la erosión del suelo, elementos fundamentales para el bienestar ambiental y social de Panamá.
Yariela Zeballos, directora Nacional de Economía del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) de la Contraloría General de la República, calificó el proyecto como un avance significativo, indicando que el ambiente, también debe medirse, y resaltó, que este es el primer esfuerzo que cristaliza una cuenta que refleja con precisión los aportes ambientales al sistema de cuentas nacionales.
Henry Alterio, director de la consultoría desarrollada por CIDES, destacó que los bosques del país almacenan actualmente 228 millones de toneladas de CO2, valoradas en 132 millones de balboas.
El viceministro de Ambiente, Óscar Vallarino señaló la importancia de esta herramienta, calificándola como crítica para valorar los recursos naturales del país, “este sistema no solo permitirá a Panamá saber cuánto valen sus bosques, sino también definir cómo se utilizarán estos recursos en el futuro»
La cuenta ambiental de recursos forestales es solo el primer paso en un esfuerzo continuo por proteger la biodiversidad y garantizar un desarrollo sostenible para las futuras generaciones.