Parte esencial de la hoja de ruta en la nueva realidad es garantizar que la región incluya a más talento femenino en la fuerza laboral, bajo un enfoque de desarrollo equitativo.
Por Rocío Ballestero y Alejandra Soto
¡Si hay algún colectivo que sabe de luchas es el de las mujeres! Este año, el lema de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer es “Igualdad de género hoy para un mañana sostenible”. Hace eco a la innegable evidencia sobre cómo la población femenina cumple un rol clave ante los grandes desafíos del siglo, incluidos el cambio climático y el combate a la pobreza.
Su trabajo contribuye a elevar la productividad, eficiencia y reputación de las empresas. A la vez, tiene un mayor efecto redistributivo por lo que impulsa la construcción de una sociedad más justa, pacífica y próspera. Sin embargo, las estadísticas también muestras los grandes rezagos vigentes y el retroceso que se vive ante los efectos de la actual crisis sobre el empleo, que han sido aún más devastadores entre las mujeres. Esto por su alta participación en sectores golpeados con extrema severidad (servicios, comercio minorista y turismo, especialmente) o porque se desempeñan en trabajos informales, con salarios marginales.
De ahí que se hable del she-cession, un juego de palabras en inglés que hace alusión a una recesión con rostro mayormente femenino y que ahora evoluciona a la tendencia del she-covery, bajo la expectativa de que la recuperación contemple la creación de condiciones flexibles que permitan el retorno del talento femenino expulsado del mercado laboral o que se vio obligado a renunciar a sus puestos.
“Nuestro último estudio sobre escasez de talento revela que el 69% de los empleadores no pueden encontrar las habilidades que necesitan por lo que deben crear nuevas prácticas de atracción y reclutamiento, sopesando el talento sin importar el género. Además, hoy más que nunca, necesitan actuar de forma visible en materia de diversidad, equidad, inclusión y pertenencia para que haya un benefició común en torno a la recuperación económica, los avances tecnológicos y la justicia climática. De ahí los esfuerzos incrementales para capacitar al talento femenino, creando en muchos casos planes de carrera especialmente para ellas y puestos flexibles en relación a horario y ubicación”, sostiene Andrés Soto, gerente general de ManpowerGroup Centroamérica y Caribe.
“Implementar un sistema de gestión transparente y equitativo no se trata de la buena acción del día, sino de ser y actuar como corresponde, saldando una deuda que tenemos. Deben surgir liderazgos que impulsen este cambio de mentalidad dirigido a crear entornos organizacionales aptos para la nueva era”, añade Jonathan Pérez, director de Operaciones de INTECO, ente que impulsa la norma técnica INTE G:38 para la eliminación de las brechas de género, el mejoramiento de las condiciones laborales y la calidad del empleo.
La responsabilidad de las acciones e inacciones
Invertir en talento femenino es una apuesta ganadora. Pese a esa conciencia, del dicho al hecho sigue habiendo mucho trecho. No hay quien no reconozca que las mujeres tienen mayores responsabilidades en el hogar y en la atención de los niños, adultos mayores o familiares enfermos, así como las dificultades acentuadas durante el teletrabajo, pero pocos empleadores han sabido reaccionar para apoyarlas como realmente lo necesitan. Al mismo tiempo, faltan compromisos multisectoriales contundentes y políticas públicas que permitan cambiar el panorama.
La CEPAL aboga por avanzar de la “sociedad mercantil” hacia la “sociedad del cuidado”, impulsando acciones afirmativas que promuevan sistemas integrales de cuido, el trabajo decente y la plena y efectiva participación de las mujeres en sectores estratégicos de la economía.
Esto en aras de una “recuperación transformadora” sostenible y con igualdad de género. “Estamos ante la oportunidad de construir un futuro inspirador para todos, que no deje a nadie atrás. Para el lo hay que reconocer el cuidado como un bien público. Es imprescindible para la vida y no puede estar solo resuelto en el ámbito familiar ni en los hogares, con recarga en las mujeres. Es urgente redistribuir los tiempos, los recursos y el poder para transitar hacia un nuevo estilo de desarrollo que combata el rezago en la participación laboral de las mujeres”, explica Ana Güezmes, directora de la División de Asuntos de Género de ese organismo.
Alzar su voz para reivindicar derechos básicos
“Las mujeres somos parte fundamental en el proceso de cambio global que está viviendo la humanidad. Es momento de tomar las riendas y demostrar que el liderazgo femenino es la ruta a seguir para limar desigualdades, fomentar la inclusión social y construir igualdad de oportunidades para ambos géneros”, manifiesta Estrella Flores-Carretero, presidenta del Instituto Europeo de Inteligencias Eficientes.
La pandemia ha dirigido la atención hacia la necesidad de revertir las pérdidas de aprendizaje, mejorar el desarrollo de la fuerza laboral mediante la capacitación, la adquisición de nuevas habilidades y el mejoramiento de las competencias, abarcando a los desempleados, los trabajadores expatriados que regresan y el flujo de jóvenes que formarán la futura fuerza laboral. En el caso de las mujeres se impone además cerrar la brecha en habilidades digitales que incrementa las diferencias de ingresos por género.
“Tenemos la necesidad urgente de derribar los estereotipos de género que vinculan a la ciencia con la masculinidad y construir ecosistemas científicos y tecnológicos más inclusivos, transformadores y responsables, libres de prejuicios y discriminación. De ese modo podremos acelerar la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y abordar los retos que nos afectan a todos”, plantea Sima Bahous, directora ejecutiva de ONU-Mujeres.
“Las mujeres líderes nacen y se hacen. Todos conocemos a alguna que tiene aptitudes innatas que la predisponen a ser líder, como gran capacidad de influencia, de comunicar sus ideas efectivamente y de tomar decisiones acertadas, con confianza y convicción. Sin embargo, también es verdad que esas y otras habilidades se pueden construir y debemos avanzar en ello”, reflexiona María Teresa Villanueva, especialistas de género del BID.
Patrones más positivos
Uno de los principales cambios a realizar como sociedad es apoyar desde los cimientos a las niñas y mujeres para que se interesen en las carreras del futuro, involucrándolas desde temprana edad en las ciencias, tecnología, ingenie- ría y matemáticas (STEM). Esto aportará a su cualificación y les permitirá competir en áreas que tradicional- mente han sido ocupadas por hombres.
“Las mujeres se están haciendo valer y, a medida que obtienen títulos universitarios y logran mejores notas que los hombres en carreras STEM, impulsan a los empleadores a ofrecer opciones de flexibilidad y rendimiento por sobre el trabajo presencial para atraerlas y garantizarse los mejores y más brillantes talentos, impulsando a la vez su crecimiento”, enfatiza Soto. Por su parte, Beatriz Perdomo, directora de mercadeo de Adobe para Latinoamérica y fundadora de Girls4Code, hace hincapié en la necesidad de que todas las empresas les den la oportunidad a más mujeres de llegar a cargos de poder, en especial en la industria de TI donde están subrrepresentadas, para que puedan ser un ejemplo a seguir, un motivo de inspiración para otras generaciones y ayuden a deshacernos de hábitos y estereotipos nocivos.
En línea coincidente, la especialista del BID reafirma que definitivamente es importante visualizar mejor las historias de mujeres que están rompiendo paradigmas y son capaces de alcanzar el éxito en distintas áreas para demostrar que no hay imposibles, que todos estamos llamados a ser agentes de cambio y que el porvenir de hombres y mujeres está unido.
Claves para empoderar a la mujer alfa
- Fortalecer los programas de formación académica y emocional.
- Apoyar a las mujeres emprendedoras, en especial en situación de vulnerabilidad.
- Fomentar el networking y crear más espacios de conexión en el mundo empresarial.
- Proporcionar servicios de cuidado infantil en el lugar de trabajo y programas de desarrollo y educación en la primera infancia.
- Promover la infraestructura de aprendizaje electrónico y el desarrollo de habilidades digitales, con la opción de acumular acreditaciones.
- Establecer nuevas coaliciones entre los sectores público y privado para fomentar el “financiamiento innovador”.
- Desarrollar contenidos inclusivos y con perspectivas de género para promover la cohesión social.
Amenazas para lograr sociedades más prósperas e igualitarias
- Muy alta representación de mujeres en carreras y trabajos que serán automatizados.
- Baja representación de mujeres en carreras STEM que son las que tendrán mejor remuneración y mayor proyección de crecimiento.
- Techos de cristal y poco trabajo cultural para dejar atrás los “no se puede” y avanzar en todo lo que sí es posible cambiar.
- Baja cantidad de personas vacunadas en nuestros países. Elevar el número es esencial para apoyar la reactivación de sectores afectados, como el comercio, el turismo y los servicios.