Empresas latinoamericanas tendrán dificultades para refinanciar en medio de una ajustada liquidez y altos costos de financiamiento.
Por Revista Summa
En un nuevo informe, Moody’s Investors Service señala que la escasa liquidez, la volatilidad del acceso a los mercados y el aumento de los costos financieros disminuirán la capacidad de las empresas latinoamericanas para obtener refinanciación en 2023, especialmente aquellas con calidad crediticia más débil.
«Las empresas minoristas, de bienes de consumo envasados y de bienes raíces son las que más sufren los efectos de la inflación en los precios de los commodities , la mano de obra y el transporte. Por otro lado, la recuperación de la demanda ayudará a mejorar la rentabilidad de las compañías aéreas y las empresas de turismo en 2023, a pesar de los altos costos. Los productores de materias primas, por su parte, generalmente pueden compensar los mayores costos de producción con precios de venta más altos a medida que el consumo se recupera en China», afirma Bárbara Mattos, Senior Vice President de Moody’s. «Los servicios básicos de infraestructura ofrecen cierta protección contra la volatilidad del producto interno bruto, mientras que los riesgos de activos de los bancos aumentarán este año, a medida que las altas tasas de interés y la desaceleración del crecimiento presionan el flujo de efectivo de los hogares y las empresas», añade.
Los precios de la energía y los commodities se mantendrán altos hasta 2023, y los problemas de seguridad alimentaria a nivel global mantendrán una gran demanda de cereales en el futuro próximo. La desaceleración global representa la mayor amenaza para las empresas más pequeñas y menos diversificadas de América Latina, que enfrentan una liquidez limitada o necesidades futuras de refinanciación. Los productores de commodities compensan el aumento de los costos de producción con precios de venta más altos, a medida que se recupera el consumo en China.
El aumento del costo de vida y la desigualdad agravan las tensiones sociales y aumentan la morosidad en los pagos de los servicios públicos; mientras que el riesgo de interferencia política se incrementa debido a la preocupación de los usuarios por la asequibilidad de los servicios. A medida que los ingresos disponibles de los hogares se debilitan en 2023, es probable que los gobiernos aumenten el estímulo crediticio a través de bancos estatales, especialmente para ayudar a las pymes e individuos ante la disminución del apetito por el riesgo de bancos privados.