Los líderes se comprometieron a poner la biodiversidad, el clima y el medio ambiente en general en el centro tanto de las inversiones y estrategias de recuperación de la COVID-19.
Por Revista Summa
Los líderes mundiales prometieron hoy emprender acciones urgentes en los próximos diez años para poner la naturaleza y la biodiversidad en una senda de recuperación para 2030.
Los líderes hicieron la promesa antes de la Cumbre de la Biodiversidad que se llevará cabo el miércoles en Nueva York. Hasta hoy, los jefes de Estado y de Gobierno de 66 países y de la Unión Europea han apoyado esta promesa.
Los líderes se comprometieron a poner la biodiversidad, el clima y el medio ambiente en general en el centro tanto de las inversiones y estrategias de recuperación de la COVID-19 de sus países, como de la búsqueda del desarrollo y la cooperación a nivel nacional e internacional.
Prometieron que la respuesta a la actual crisis económica y de salud será verde y justa y que contribuirá directamente a una mejor recuperación y a lograr sociedades sostenibles.
Se comprometieron al desarrollo y plena implementación de un marco ambicioso y de transformación de la biodiversidad mundial posterior a 2020 para su adopción en la Conferencia de la ONU sobre Biodiversidad que se realizará en mayo de 2021 en Kunming, China, como instrumento clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El marco debe incluir un conjunto de objetivos y metas claros y robustos apoyados por un fuerte mecanismo de monitoreo y revisión y medios de implementación, dijeron.
Los líderes prometieron redoblar sus esfuerzos para poner fin al tradicional pensamiento aislado y abordar los desafíos interrelacionados e interdependientes de la pérdida de biodiversidad, terrenos y agua potable, degradación de los océanos, deforestación, desertización, contaminación y cambio climático de forma integrada y coherente.
Se comprometieron a una transición hacia patrones sostenibles de producción y consumo y a sistemas alimentarios sostenibles.
También prometieron elevar la ambición y alinear sus políticas climáticas nacionales con el Acuerdo de París, con contribuciones determinadas a nivel nacional y estrategias de largo plazo ampliadas, para reforzar la resiliencia climática en sus economías y ecosistemas, y promover la convergencia entre las finanzas del clima y la biodiversidad.