Según datos de la Organización Internacional del Trabajo en 2020 en Latinoamérica y el Caribe, 13,1 millones de mujeres perdieron sus empleos.
Por Laura Tabares, Directora Ejecutiva de Intuic
¿Quién no ha visto aquel meme de una mujer que parece tener ocho brazos y que por un lado sostiene una computadora, el móvil, la bolsa, una agenda y por el otro; sujeta una mamila, pañales, una plancha y a un bebé? Basta hacer una búsqueda en Google con la frase “multitask woman”, para que aparezcan cientos de imágenes e ilustraciones que intentan retratar la manera en la que muchos perciben la forma en la que las mujeres enfrentan la vida laboral y la maternidad.
Se acerca el día de las madres, una celebración que en el continente americano se festeja en el mes de mayo desde 1905 por la insistencia de una mujer que casualmente nunca fue madre, pero decidió homenajear a la suya: Anna Jarvis. Que sirva el festejo para hablar de las mujeres que se abren paso a pesar de la desigualdad de oportunidades que se siguen presentando en muchos ámbitos. Y más en 2021, un año especialmente complicado por la pandemia que vivimos.
Según datos de la Organización Internacional del Trabajo en 2020 en Latinoamérica y el Caribe, 13,1 millones de mujeres perdieron sus empleos y las que lo conservaron tuvieron que enfrentar el desafío doble de repartirse entre su profesión, las tareas de casa, el cuidado de hijos y hasta de padres. Si bien, ser mamá y profesionista ya era un reto antes de la llegada de Covid19, con la pandemia todo fue más intenso y se hizo más evidente lo que algunos ya sabíamos: las responsabilidades familiares y del hogar recaen mayormente en las mujeres.
Sin embargo, esto no ha significado un dique para las mamás que trabajan. Durante la pandemia, el liderazgo femenino se fortaleció con la complicidad de redes de apoyo entre emprendedoras, líderes y ejecutivas que trabajan por el empoderamiento propio. Y es que las mujeres son sinónimo de gestión exitosa. En un estudio realizado por la consultora Grand Thornton -en el que se entrevistaron aproximadamente a 5 mil directivos de empresas privadas-, se mostró que los ejecutivos consideran que en el mundo reconfigurado por la pandemia, se necesitan mujeres líderes que tengan la capacidad de conectar con el otro y comprender diferentes enfoques. La empatía es un valor más femenino a la alza.
Sin caer en simplificaciones o generalidades, los directivos reconocen que las mujeres tienen mayor disposición para adaptarse a las necesidades que nos plantea un mundo post Covid. Se ha generado un ánimo positivo de una mayor integración de mujeres líderes a posiciones directivas. De hecho, la encuesta de Grand Thornton, señala que en 2021, hemos alcanzado un hito significativo, ya que nueve de cada 10 empresas en todo el mundo tienen al menos una mujer en sus equipos directivos superiores.
Las compañías han comenzado a entender que las empresas en donde tres o más mujeres ejercen funciones ejecutivas registran un desempeño más productivo. Incluso, un informe de McKinsey revela que las empresas más lucrativas son aquellas que tienen mujeres en su junta directiva.
Uno de los mayores retos que enfrentamos las mujeres es conciliar nuestra vida laboral, con la maternidad. 2020 y 2021 han significado una carga extra de trabajo para las mujeres que trabajan pero es tiempo de mirar hacia el futuro y sumar a más mujeres a un camino de liderazgo.
Precisamente una de las metas de Intuic, es generar una mayor visibilización de mujeres en puestos directivos y de liderazgo. Somos un aliado, una herramienta para ayudar y facilitar el crecimiento de mujeres directivas. Buscamos amplificar la voz de más mujeres que están en un camino de crecimiento para generar modelos a seguir, ejemplos e inspiración para otras mujeres.
Hoy, día de la madre, pensemos que las líderes de hoy son ejemplo de las generaciones de relevo, esas nuevas generaciones de jóvenes mujeres y niñas que seguirán sus pasos y aprenderán a perseguir sus sueños al igual que lo hacen las mujeres que hoy tienen como ejemplo. Inspirar a otras mujeres es básico porque al contar y compartir nuestras historias ayudamos a otras mujeres a pensar: “si ella pudo, yo también puedo”.
Nuestras historias nos reflejan unas a otras y esto nos ayuda a entendernos y a encontrar respuestas a nuestros cuestionamientos. Nos inspiramos mutuamente y las mujeres que ya han logrado el éxito nos recuerdan que todas tenemos el talento y la capacidad para alcanzar nuestras metas y sueños. Esto al final del día es un círculo virtuoso donde nos ayudamos a crecer y dejamos precedente para las futuras generaciones. Felicidades a todas las mujeres que son madres, a las que son profesionistas y tienen que hacer malabares para balancear ambas responsabilidades. Felicidades a las mujeres que no son madres pero que con su ejemplo educan a las niñas de hoy, como dicen “It takes a village to raise a child” un antiguo proverbio africano que quiere decir que se necesita de una comunidad entera para que los niños tengan ejemplos e interactúen sanamente.