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La región recibe el cambio de década con optimismo

Ene 3, 2020 | Economía, Noticias de Hoy

Revista SUMMA
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Más allá de las proyecciones y los números, empresarios y gobiernos continúan trabajando para mejorar las capacidades productivas y explorar nuevos horizontes.

POR Rocío Ballestero, Carolina Barrantes, Luis Solís, Alejandra Soto, Loida Martínez y Jenny Lozano

Se estima que el PIB de la América Central crecerá 3,5% este 2020, tasa superior al 2,8% que se espera para el 2019. La recuperación se explica por factores como la expansión moderada de Estados Unidos (2,1% en 2020) que apoya las exportaciones y las remesas, la baja inflación y reducción de las tasas de interés locales que apoyan el consumo, la ligera recuperación del precio internacional del café y los precios bajos del petróleo.

Sin embargo, al analizar la realidad nacional de cada uno de los seis países del área, los pronósticos están lejos de ser parejos. Panamá vuelve a ser el líder en crecimiento (4,6%), Guatemala y Honduras se mantendrán con tasas superiores al 3%, mientras El Salvador y Costa Rica rondarán el 2,5%. Nicaragua es el único que se quedará con números rojos, aunque se espera su paulatina recuperación. “Todos los países de la región tienen posibilidades de avanzar en la medida que implementen medidas dentro de un consenso social para fomentar la productividad y el bienestar de la población”, afirma Arnoldo López, economista regional del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

A su criterio, lograr un progreso mayor y más incluyente requie- re de invertir en cuatro pilares:

Aumento del capital humano, mediante mejoras en la educación y la salud.
Desarrollo de infraestructura productiva que mejore el acceso de regiones rezagadas a los mercados nacionales e internacionales y reduzca costos. Integración regional para beneficiarse de economías de escala y complementariedades. Seguridad y estado de derecho para incentivar la inversión en capital físico y humano y mejorar las condiciones de vida de la población.

“América Central es una de las regiones más bendecidas, detrás de los Tigres Asiáticos: China, Pakistán, India. Es la segunda de mayor crecimiento en el mundo, con índices en 2019 y 2020 por encima del 3%; eso hace que sea bien catalogada en su totalidad”, explica Daniel Suchar, analista de Finanzas Internacionales y director de Relaciones Empresariales de la Universidad Latina de Costa Rica.

No obstante, hace hincapié en las debilidades que se deben subsanar, como la desigualdad, retos en educación (principalmente en Guatemala y El Salvador) y la creciente migración en el Triángulo Norte, con repercusiones en la parte baja, específicamente en Costa Rica y Panamá, naciones posicionadas como mucho más atractivas para vivir.

“Avanzar en el compromiso de una agenda regional de desarrollo social inclusivo es indispensable en la actual coyuntura, atendiendo de forma prioritaria los nudos que limitan el acceso de parte significativa de la población al goce efectivo de sus derechos y al bienestar, como vía para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, remarca Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Los 8 nudos críticos que obstaculizan el desarrollo social inclusivo

1 Persistencia y vulnerabilidad de la pobreza.

2 Desigualdades estructurales y la cultura del privilegio.

3 Brechas en el desarrollo de capacidades humanas (educación, salud y nutrición) y de acceso a los servicios básicos.

4 Déficit de trabajo decente e incertidumbres asociadas a los cambios tecnológicos en el mundo del trabajo.

5 Acceso aún parcial y desigual a la protección social.

6 Institucionalidad social en construcción.

7 Inversión social insuficiente.

8 Nudos emergentes: diversas formas de violencia, crecientes desastres naturales y los efectos del cambio climático, transiciones demográficas, epidemiológicas y nutricionales; migraciones y cambios tecnológicos y nuevas capacidades requeridas.

FUENTE: CEPAL

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