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La perspectiva global de Moody’s Ratings para el sector bancario se mantiene estable

Dec 4, 2025 | Noticias de Hoy

Revista SUMMA
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El entorno operativo seguirá siendo susceptible a riesgos geopolíticos, tensiones comerciales y un panorama financiero que cambia rápidamente.

Por Revista Summa

Nuestra perspectiva global de los bancos en 2026 es estable, lo que refleja nuestra expectativa de que la calidad crediticia se mantenga sólida en todo el sector. Un crecimiento global constante, pero moderado, y bajas tasas de política monetaria respaldarán condiciones favorables para la calidad de los activos, a pesar de los riesgos geopolíticos, mientras que la rentabilidad probablemente se mantenga sólida. Si bien las bajas tasas reducirán los márgenes de interés neto de algunos bancos, el aumento de los ingresos por tasas y comisiones compensará esta situación. Una fuerte capitalización del sector respaldará el crecimiento del crédito y la distribución de dividendos a los accionistas, mientras que los bancos seguirán invirtiendo a medida que el crédito privado, la inteligencia artificial y los activos digitales redefinen el sector.

El crecimiento económico global constante, pero moderado, proporcionará un entorno operativo ampliamente estable. El crecimiento económico en muchas regiones estará respaldado por bajas tasas de política monetaria. Sin embargo, el entorno operativo seguirá siendo susceptible a riesgos geopolíticos, tensiones comerciales y un panorama financiero que cambia rápidamente.

Bajas tasas de política monetaria respaldarán la calidad de los activos. A medida que los bancos centrales de muchas regiones reduzcan aún más las tasas, la calidad de los activos seguirá siendo sólida en esta fase tardía del ciclo económico. El desempeño de los créditos se beneficiará de menores costos del servicio de la deuda.

Los ratios de capital probablemente hayan alcanzado niveles pico. La mejora de la rentabilidad en los últimos años ha favorecido las reservas de capital, mientras que un crecimiento contenido del crédito en 2026 ayudará a mantener ratios de capital sólidos. Los reguladores, encabezados por EE. UU., probablemente flexibilicen la imposición de reglamentaciones más estrictas que las requeridas por las normas de Basilea y regulaciones locales (gold plating) lo que reduciría los requerimientos de capital.

La rentabilidad se mantendrá estable en términos generales. Las bajas tasas reducirán los márgenes de interés neto, especialmente en los bancos que dependen del fondeo de depósitos y préstamos a tasa variable, aunque algunos bancos tienen coberturas macroeconómicas. El incremento de las tasas y comisiones, así como el reajuste de los depósitos también compensarán esta situación.

Los bancos probablemente mantengan sólidas reservas de liquidez. Los depósitos seguirán recuperándose a medida que disminuya la competencia por títulos de mayor rentabilidad, lo que reducirá la dependencia de los bancos del financiamiento mayorista en algunos sistemas.

La voluntad de los gobiernos de apoyar a los bancos permanecerá sin cambios. Sin embargo, un debilitamiento de la capacidad fiscal limitará en cierta medida la capacidad de los gobiernos para apoyar a los bancos en algunos sistemas.

Factores que podrían cambiar la perspectiva. El fuerte crecimiento en las principales economías, así como la disminución de los conflictos geopolíticos y las tensiones comerciales, podrían cambiar la perspectiva a positiva. Un deterioro de las condiciones económicas globales, una escalada de los conflictos geopolíticos o una mayor incertidumbre en torno a las políticas públicas podrían llevar a una perspectiva negativa.

América Latina, estable

Las condiciones operativas se mantendrán mayormente estables. El crecimiento económico en América Latina ha superado nuestras expectativas en 2025 y es probable que se mantenga estable hasta 2026, aunque todavía por debajo del promedio a largo plazo. La baja inflación apoyará una mayor flexibilización monetaria en toda la región. Sin embargo, las tasas de interés reales en Brasil (Ba1 estable), México (Baa2 negativa) y Colombia (Baa3 estable) se mantendrán elevadas, lo que les proporcionará un alivio limitado a los prestatarios y frenará la demanda de crédito. Una mayor polarización política antes de las elecciones presidenciales en Perú (Baa1 estable), Brasil y Colombia presenta riesgos para la confianza empresarial y la inversión, y podría aumentar la volatilidad del mercado. Los cambios en el régimen arancelario estadounidense podrían exacerbar los riesgos macroeconómicos en toda la región, particularmente en México, que depende en gran medida de las exportaciones a EE. UU. No obstante, los bancos mantienen una exposición limitada a los sectores sensibles al comercio, lo que mitiga los impactos directos.

El desempeño de los préstamos se deteriorará ligeramente. Los préstamos en mora seguirán aumentando en Brasil y México, particularmente en las carteras de consumo y pymes. Esto refleja el impacto retardado de un entorno de altas tasas de interés y el creciente apalancamiento de los consumidores —una tendencia que se espera que persista—. Sin embargo, es probable que el deterioro en la calidad de los activos se contenga, gracias a la resiliencia de los mercados laborales, la estabilidad de los ingresos reales, las altas reservas contra pérdidas y, en Brasil, las garantías gubernamentales que respaldan los préstamos más riesgosos otorgados a las pymes. Las presiones en torno a la calidad de los activos en Chile (A2 estable), Colombia, Perú y Panamá (Baa3 negativa) disminuirán gradualmente, tras tres años consecutivos de crecimiento moderado del crédito, en un contexto de débil confianza empresarial y un bajo apetito de los bancos por el riesgo.

La generación interna de capital de los bancos se mantendrá sólida. El modesto crecimiento del balance les permitirá a los bancos mantener altos pagos de dividendos en efectivo y recompras de acciones, lo que les devolverá a los accionistas el capital excedente por encima de los objetivos internos. En Brasil, los bancos seguirán fortaleciendo sus reservas de capital en respuesta a la introducción gradual de mayores requisitos de activos ponderados por riesgo para el riesgo operativo y se prepararán para el impacto gradual en el capital de las disposiciones basadas en las Normas internacionales de información financiera, que se introducirán gradualmente hasta 2028.

La rentabilidad permanecerá estable a pesar de un crecimiento más lento. Los altos márgenes se mantendrán, impulsados por el continuo crecimiento de las entradas de depósitos de bajo costo. Esto, junto con las ganancias en la eficiencia de costos derivadas de la digitalización, ayudará a compensar los menores volúmenes de actividad y el crecimiento moderado de los créditos en 2026. En México, la intensificación de la competencia, en particular de nuevas empresas de tecnología financiera y bancos digitales, afectará a los márgenes, mientras que los bancos buscan ir más allá de su base tradicional de clientes y ofrecer préstamos de consumo más riesgosos. En toda la región, las elevadas reservas para pérdidas crediticias, en la mayoría de los sistemas, reducirán la presión sobre los resultados finales, a medida que las condiciones crediticias siguen siendo difíciles.

Los bancos mantendrán una alta liquidez y buen acceso al financiamiento. Es probable que las entradas de depósitos superen el crecimiento de los créditos en la región, lo que respaldará una posición de financiamiento estable. La reciente implementación de un nuevo sistema de pagos instantáneos en Colombia y su rápida expansión en Perú probablemente aumenten el volumen de cuentas de depósitos minoristas en todo el sistema bancario. La liquidez local se mantendrá sólida, especialmente en Brasil y Chile, lo que respaldará los vencimientos del financiamiento de deuda y la gestión de la liquidez en 2026.

La disposición del gobierno de apoyar a los bancos de importancia sistémica sigue siendo alta, en particular en el caso de las instituciones con grandes bases de depósitos o de propiedad estatal mayoritaria. Sin embargo, en países con restricciones fiscales, como Brasil, Argentina (Caa estable) y Colombia, el apoyo soberano puede verse atenuado por la limitada flexibilidad financiera.

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