Pondrán a disposición de sus más de 1.000 asociados fertilizante orgánico para sustituir el uso de químicos.
Por Revista Summa
Que el cultivo del café y de hortalizas en Dota, Tarrazú y León Cortés sean procesos más orgánicos, así como que el aire que respiran sus habitantes y los turistas que los visitan sea más puro, son las soluciones a favor del medio ambiente que impulsa COOPEDOTA, el Centro Avanzado de Investigación Aplicada (CAIA) -Alejandría y el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) por medio de su “Proyecto One”.
A través de la producción y uso de fertilizantes orgánicos, la colocación de ‘Árboles de vida’ y la limpieza del humo generado por medios de transporte, estas organizaciones apuestan a duplicar su interés de cuidar el aire, el agua, la tierra y la vida, y convertirse así en pioneros a nivel mundial dentro del sector cafetalero.
Tras una visita de campo al beneficio de la cooperativa ubicado en Dota, pudimos comprobar que luego de la producción y la aplicación del fertilizante orgánico llamado FertiDota elaborado a través de aguas mieles y broza de café, durante el proceso de cultivo del grano de oro, dado los aportes de macro y micronutrientes orgánicos, entre otros, este fertilizante reduce la traza química, así como el aumento en el índice morfológico de crecimiento en un 22%, lo cual hace que disminuya en 30 días la salida para poder establecer en campo estas las plantas. A modo de ejemplo, una planta de tomate tardó 37 días para florecer y 45 días para producir. Si no hubiese estado en invernadero tardaría 80 días en florecer y 20 días más en dar fruto.
“El proceso de lavado del grano al llegar al beneficio genera aguas residuales, estas se procesan y se transforman junto con la broza de café, hidro núcleos a base de fósforo y pescado en el fertilizante orgánico. Esas aguas residuales contienen los nutrientes y elementos del grano, por lo que a través de economía circular les damos un nuevo uso”, explica Luis Diego Jiménez, gerente de comercial del CATIE.
Mariela Chinchilla, ingeniera agrícola de COOPEDOTA, añade que: “Este tipo de fertilizante orgánico se puede modificar de acuerdo a la necesidad de cada productor, le sale más barato y es más eficiente si se compara con otros fertilizantes químicos. Por ejemplo, si el agricultor necesita aumentar magnesio de sus plantas de café, se puede agregar sin problema porque es un fertilizante orgánico de última generación”.
Con el Proyecto One, el cual utiliza inteligencia artificial (IA) y energía magnética, la cooperativa busca obtener la certificación Carbono Positivo y ser así la primera en alcanzarla dentro del sector cafetalero.
“Los mercados internacionales nos exigen cada vez más la reducción de químicos en nuestro café, y una forma de seguir en esa ruta de descarbonización es generar soluciones contra el cambio climático. Actualmente, COOPEDOTA posee la Certificación Carbono Neutro, es decir, que las emisiones que genera las compensa, pero, con ‘Carbono Positivo’ se enfocará en reducir el CO2, contrarrestar la huella de carbono y en aprovechar las energías renovables”, añade Monserrat Hernández, subgerente de la cooperativa de Dota.
Aire más puro
Tras una investigación de un año y medio para lanzar el Proyecto One, COOPEDOTA, CATIE y CAIA también aplican dos soluciones más enfocadas a limpiar el aire: Una de ellas es la colocación de ‘Árboles de Vida’.
“Esta metodología permite que el aire contaminado se limpie. Esto ocurre cuando el aire ingresa a una zona cerrada donde a través de la tecnología y el uso de plantas acuáticas como lirios y silvanias, capaces de capturar metales pesados y de convertir el CO2 en oxígeno, respectivamente, lo limpian”, añade el representante de CATIE.
El segundo método lleva como nombre ‘Clean oil. De acuerdo con el experto del CATIE, con el uso de tecnología operada por inteligencia artificial, los gases de gasolina o diésel del chapulín de la cooperativa, usado para realizar paseos turísticos, se transforman en un producto agrícola no tóxico y amigable con el ambiente.
Reescribe su historia
Se habla de sostenibilidad, de agricultura regenerativa, de precisión y de economía circular pero hoy la propuesta es tomar acción y poner en práctica cada uno de esos conceptos, es el compromiso de la cooperativa que va más allá de producir uno de los mejores cafés del mundo, porque su interés es el compromiso y bienestar de sus más de 1.000 asociados, sus familias y demás pobladores de la zona.
“Convertimos nuestros residuos en una solución que nos permite ofrecerle a nuestros productores asociados una forma de producir diferente, desde nuestras plantaciones de café promoviendo alternativas de diversificación que les asegure una economía complementaria además de nuestro grano de oro, por medio de una agricultura orgánica, hasta proponernos a limpiar nuestro aire, queremos que el oxígeno abunde, que el aire que respiramos sea de calidad y para eso ocupamos a todos nuestros aliados estratégicos siendo parte de este gran cambio, los invitamos a apuntarse a reescribir nuestro destino” añade Christian Chinchilla”, gerente general de COOPEDOTA R.L.