En Guatemala, el Gobierno del presidente Alejandro Giammattei implementó una estrategia de apertura de la economía, bajo cuidadosos protocolos de bioseguridad.
Por Revista Summa
Guatemala y Perú son los primeros países que registran un crecimiento de sus economías en la región de América Latina y el Caribe en el marco de la crisis sanitaria y económica internacional provocada por la pandemia de COVID-19, de acuerdo con un análisis realizado entre 11 economías de la región por la Central Americana Business Intelligence (CABI).
“Guatemala y Perú, son los primeros países que registran Indicadores Mensuales de Actividad Económica positiva”, consignó la CABI al presentar en su cuenta oficial de Twitter una gráfica sobre la “última lectura de crecimiento porcentual anual” donde se anota que Guatemala logró 1.5 por ciento y Perú 1.53 por ciento.
Los datos son oficiales de cada país, es decir, emitidos por las bancas centrales o institutos de estadística nacionales.
A su vez, CABI estimó “increíble” la caída de Panamá, con -25.96 %, en tanto que los otros ocho países analizados: El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, México, Colombia y Ecuador registran indicadores negativos.
En Guatemala, el Gobierno del presidente Alejandro Giammattei implementó una estrategia de apertura de la economía, bajo cuidadosos protocolos de bioseguridad, al mismo tiempo de lanzar un plan de recuperación económica bajo el lema: Juntos Saldremos Adelante, basado en un mayor esfuerzo productivo, atracción de inversión extranjera directa para la promoción del empleo, identificación de nuevas oportunidades para las exportaciones y el posicionamiento del país como destino turístico.
“En general, nosotros atribuimos la rápida recuperación a varios factores, entre ellos, al hecho de que Guatemala venía en una senda de crecimiento importante previo a la pandemia y eso importa. Es como una precondición en la salud: si alguien tiene enfermedades previas y se contagia de COVID-19, pues tiene más riesgo a que sea golpeado más fuerte por la enfermedad”, comentó Ricardo Rodríguez, analista económico Senior de CABI.
“Lo mismo vimos en la economía: países que traían complicaciones económicas previas, les golpeó más fuerte. Guatemala estaba «sano y fuerte» y, por eso, el golpe fue menor”, complementó.
En cambio, países como Panamá, distaron confinamientos muy, muy, fuertes mientras que el de Guatemala (en comparación) no fue tan fuerte, lo que permitió el desarrollo económico y una recuperación más fuerte”, subrayó.
Un factor adicional, según Rodríguez, es que Guatemala no tiene una dependencia tan marcada del comercio exterior, como sí pasa con otros países.
“Por ejemplo, las importaciones y exportaciones de Guatemala pesan el 35 por ciento del PIB mientras que las de Honduras pesan el 80 por ciento del PIB”, dijo. De ahí que “eso también hizo a otros países más vulnerables a efectos en los mercados mundiales#.
“Lo vemos como una combinación de esos factores”, resumió, sin pasar por alto la incidencia de las remesas enviadas por los guatemaltecos desde el exterior.
“Un aspecto muy importante del 2020 fue el crecimiento que las remesas tuvieron. Ya pesan alrededor de 14.5 por ciento del PIB y son recursos económicos que vinieron a compensar de alguna forma la caída en ingresos y salarios de los miles de personas que quedaron desempleadas el año pasado”, concluyó Rodríguez.