El nuevo sistema a implementar por el Gobierno de Guatemala tendrá como principal referencia la cantidad de contagios por cada millón de habitantes.
Por EFE
Guatemala llegó este lunes a cuatro meses de convivir con la COVID-19 con la cifra de fallecimientos más alta de Centroamérica y con la meta de «una nueva normalidad» a partir del 27 de julio, cuando empiece a funcionar un sistema de alertas por colores.
El primer caso de coronavirus en el país fue detectado por las autoridades el 13 de marzo y cuatro meses después un total de 29.355 personas se han contagiado de la enfermedad, incluidos 1.219 fallecidos, de acuerdo con la última actualización del Ministerio de Salud.
La «nueva normalidad» fue anunciada el domingo por el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, al informar sobre un sistema de alertas por colores que a partir del 27 de julio regulará las actividades económicas y de convivencia del país, dependiendo de la cantidad de contagios de la COVID-19 por sector geográfico.
El funcionamiento del sistema fue avalado este lunes en cadena nacional por el doctor Edwin Asturias, director de la Comisión Presidencial de Atención a la Emergencia COVID-19, quien dijo posteriormente a medios locales que uno de cada dos guatemaltecos que ha contraído el virus no está al tanto que padece o padeció la enfermedad.
Guatemala se convirtió la semana pasada en el primer país del istmo en llegar a más de 1.000 fallecidos por la COVID-19 y actualmente lidera la estadística por encima de Panamá (909) y Honduras (774).
EN BUSCA DEL COLOR VERDE
El nuevo sistema de alertas presenta un semáforo epidemiológico por municipio, departamento o región que determinará, en el mejor de los casos, la posibilidad de reabrir el transporte público y los centros comerciales, ambos sin actividad desde el 15 de marzo, dos días después de que las autoridades detectaran el primer caso de coronavirus en el país.
«No quiero hablar de una reapertura o de una reactivación, sino de una recuperación. Debemos recuperarnos como sociedad», expuso Giammattei el domingo.
El sistema de alertas está compuesto por cuatro colores y va de verde, el más permisivo y la «nueva normalidad» en palabras de Giammattei, al rojo (alerta máxima), pasando por el naranja (alerta alta) y amarillo (alerta moderada).
El nuevo sistema a implementar por el Gobierno de Guatemala tendrá como principal referencia la cantidad de contagios por cada millón de habitantes, además del porcentaje de pruebas positivas.
En ninguno de los planes expuestos por el gobernante se señala la reapertura del ciclo educativo o de las fronteras, aunque en días recientes Giammattei no descartó públicamente ambas opciones durante el segundo semestre del año.
Con base en el nuevo sistema de alertas, actualmente 64 municipios se encontrarían en alerta roja, 35 en naranja y 241 en amarilla.
Guatemala ya había puesto en vigor un acuerdo ministerial el 3 de junio en el que organizaba un desconfinamiento en cuatro fases dependiendo del número de casos, con lapsos de 14 días, y que funcionaría como «estrategia nacional» ante la COVID-19, sin uso finalmente.
La Asociación Guatemalteca de Enfermedades Infecciosas manifestó el domingo en un comunicado de prensa su «preocupación» por las «consecuencias devastadoras» que podría tener «la liberación de las restricciones existentes en el transporte público y actividades no esenciales».
La asociación también expuso que el país debería de hacer «no menos de 5.000 pruebas diarias» para hacer frente a la epidemia. La nación centroamericana ha contabilizado un promedio de 1.400 tests diarios desde que inició con las pruebas a mediados de febrero.
Según organismos internacionales, la media del continente es de 4.000 tests diarios por lo que Guatemala se perfila como uno de los países que menos pruebas realiza a nivel de la región americana.
Al menos 1.500 funcionarios y servidores públicos guatemaltecos han contraído el coronavirus, incluyendo 28 fallecidos entre miembros del sistema sanitario, policías, agentes de tránsito, trabajadores del Organismo Judicial y personal del presidente guatemalteco.