El cultivo de palma africana genera cientos de puestos de trabajo en Costa Rica.
Por Revista Summa
Con la nueva propuesta que lanzó al mercado, el aceite de palma Clover Origen, cultivado y procesado 100% en Costa Rica, la compañía reafirma su compro- miso con la producción rural, al mismo tiempo que promueve de forma activa la protección del medio ambiente y el progreso social.
Numar genera miles de empleos directos e indirectos y es un ciudadano corporativo responsable que cumple con sus obligaciones y aporta a las municipalidades y organizaciones de su área de influencia. Además, promueve cambios positivos en un cultivo trascendental para la economía de Costa Rica, país que cuenta con 76.000 hectáreas sembradas, cerca de 3.200 productores –pequeños, medianos y grandes– y 59.000 empleos directos asociados a la actividad.
Como parte de sus buenas prácticas, la mayoría de sus plantaciones cuentan con la certificación de Principios y Criterios de la RSPO (Roundtable on Sustainable Palm Oil, por sus siglas en inglés), lo que garantiza a los consumidores que sus productores y manipuladores se han comprometido con el cumplimiento de las leyes aplicables a la gestión ambiental y social. Abarca aspectos como: conservación de la biodiversidad, uso responsable de los suelos, prácticas de cultivo sostenible, respecto a los derechos de los trabajadores, participación de las comunidades y transparencia, entre otros.
LÍDER DE UN PRODUCTO QUE TRANSFORMA VIDAS
En el caso de Costa Rica, la palma vino a darle uso a terrenos abandonados por las bananeras y a generar nuevos empleos en comunidades vulnerables. Se concentra en 19 cantones de las regiones Brunca, Pacífico Central, Central Sur, Huetar Norte y Huetar Caribe y emerge como un poderoso motor de desarrollo sostenible que ofrece una oportunidad única para impulsar tanto el progreso económico, social, ambiental del sector agrícola como el de esas regiones y sus comunidades. Además, es un cultivo altamente eficiente que demanda me- nos uso del suelo, agua y productos químicos en comparación con otros. Una hectárea sembrada produce entre 6 y 8 veces más aceite que otras oleaginosas.